DEVIL TRIBUTE/ L.S [Traducción]

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Su cabeza todavía daba vueltas adormilado cuando Louis se levantó de la cama sin recordar exactamente cómo llegó allí. Recordó de una manera un poco confusa la conversación que tuvo con el señor demonio del pantano, algo acerca de que había algún tipo de magia secreta escondida dentro de él y... ¿su padre? No estaba muy seguro de cómo era realmente esa pequeña habitación junto a la chimenea con una copa de vino en las manos, al igual que no podía recordar haber entrado al dormitorio, desvestirse y meterse bajo las pesadas y cálidas mantas. ... demasiado como para no dejar una gruesa capa de sudor por todo su cuerpo.

Algo dentro de su cabeza parecía latente, la sensación de no estar solo, casi como si en algún momento hubiera entrado en una extraña especie de trance sin ser consciente de ello. Sin embargo... realmente no importaba, nada de eso.

Con la chimenea ardiendo con llamas verdes en la esquina, se sintió no invitado cuando tiró los pies de la gran cama con dosel al frío suelo de piedra. Inmediatamente una oleada de aire fresco invadió sus sistemas y suspiró, disfrutando de las distintas sensaciones de hormigueo bajo su piel. Todo su cuerpo, completamente desnudo, ardía como una fiebre y, al estar solo, Louis pensó que no sería tan malo abrir sus alas después de tanto tiempo, simplemente estirar un poco los músculos tensos allí y agitarlos libremente, aunque solo fuera por pocos momentos. No tendía a dejarlos en ninguna otra posición que no fuera acurrucados contra su espalda, ya que no eran exactamente una cosa bonita a la vista, no cuando la parte superior derecha era solo una maraña desordenada de extremos deshechos e inacabados mientras que la parte inferior El lado izquierdo todavía estaba torcido sin ningún color, como si la piel azul brillante que cubría todo lo demás se hubiera acabado antes de terminar el trabajo.

No se parecía en nada a las alas de las hadas comunes y corrientes, normalmente tan grandes como sus propios cuerpos, esbeltas y fuertes para cargarlas durante horas y horas si fuera necesario. Los de Louis eran tenues, pequeños y grises en los bordes a pesar del azul intenso y brillante en el centro, muy similar al tono de sus propios ojos.

En cualquier caso, simplemente decidió abstenerse de preocuparse por esa parte de su propio cuerpo y relajar sus músculos, extendiendo sus alas casi del tamaño de uno de sus brazos, agitándolas lentamente al principio para acostumbrarse y deshacerse de la sensación de hormigueo de casi no usarlas.

Había un gran espejo en el espacio adyacente donde una bañera de hidromasaje de madera oscura relativamente grande ocupaba el centro, agua limpia y tibia, jabones de hierbas y toallas. Todo aquello era casi como una invitación, se dio cuenta el hada.

Louis no estaba acostumbrado a tomar baños frecuentes en épocas de mucho frío, especialmente en invierno cuando los lagos y ríos estaban tan fríos que podían matarlo en muy poco tiempo. Aún así, el agua natural siempre le había atraído tanto como bañarse bajo la luz de la luna, y aunque no se parecía en nada a los lagos termales cercanos de Córula, no pudo evitar sentirse sumamente agradecido por la amabilidad mostrada hacia él.

Para ser honesto, era la primera vez en toda su vida que el hada había sido tratado con dignidad a pesar de las grotescas anomalías en su cuerpo y, en realidad, Louis no tenía idea de cómo actuar adecuadamente ante tanto consuelo.

Mirando por encima del hombro sólo para encontrar la habitación completamente vacía, decidió probar la temperatura del agua. Ni demasiado caliente ni demasiado frío, simplemente adecuado. Lo que le hizo recordar cómo se había armado todo esto. "Probablemente mientras dormía" declaró lógicamente sin importarle demasiado la idea de su propia desnudez frente a otras criaturas. Pasando sus dedos sobre el agua mientras intentaba no mirar el gran espejo o su reflejo en el agua, Louis simplemente se permitió disfrutar la sensación del líquido dándole la bienvenida como siempre lo hacía.