Rosas & Sangre (Shikaneji/Nejishika Mafia AU)

Capítulo XXXVI

TEMARI

Regresaba a mi casa después del desafortunado accidente, en donde Shikamaru y Neji se habían aventado de un acantilado. Neji Hyuga estaba loco, y con esto quedaba más que confirmado. No podía terminar de asimilarlo todo y un montón de teorías a cerca de como tal vez, solo tal vez sobrevivieron llenaban mi cabeza, sin embargo cada una de ellas se escuchaba más improvable que la anterior.

Aparqué el Camaro rosa en el garaje del apartamento del condominio y me bajé del auto, saqué las llaves y me dirigí a la entrada. Pero, antes de que pudiera abrir la puerta, los faros de otro automóvil llamaron mi atención, encandilándome y reduciendo mi visión a solo sombras de gente que no conocía, ¿quiénes eran?, puesto que no reconocía el vehículo de ninguna parte, pero eso no me alarmó, la gente se equivoca de apartamentos todo el tiempo.

Un hombre se bajó del auto, cabello castaño, ojos lila: un Hyuga. Comencé a sentirme asustada, sabía como hace poco al jefe Asuma lo había matado esa gente, y como fueron orquestadores de algunos ataques a masa y etcétera. ¿Qué hacían ahí, en mi casa, a estas horas de la noche?

- Temari, ¿correcto? - Preguntó el hombre con una sonrisa que no me agradó para nada.

- ¿Quiénes son? - Dije, tratando de mostrarme lo  más calmada que pudiese.

- Queremos hacer un pequeño negocio contigo querida... - Dijo el Hyuga. - Ven, acércate, no tengas miedo. - Continuó al tiempo que más hombres se bajaban del automóvil y me apuntaban con sus armas.

Mierda...

Pensé cuando vi que la situación en la que estaba no era para nada favorable y que si no hacía lo que esos locos me pedían iba a terminar con una bala en el cráneo y muy probable que después de eso me desmembraran y vendieran mis órganos, que asco, ese era uno de mis mayores miedos.

- Bien, sé que sabes sobre algunas cosas y si no las sabes te las voy a contar. - Dijo el Hyuga, invitándome a sentarse en el asiento del acompañante, al lado suyo.

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Me metieron en ese lío, me dijeron mentiras y me habían hecho traicionar a mi propio equipo. Era increíble lo que el Clan Hyuga era capaz de hacer, fui demasiado ingenua, le tenía tanto miedo a qué harían conmigo que ni siquiera me detuve a pensar en las mil maneras en las que lo pude haber evitado... esperen, ¿por qué no estoy muerta aún?

- Hermoso discurso. - Aplaudió Hiashi. - Lástima que escogiste un arma sin carga.

Mi sangre hirvió en coraje, ese maldito, siempre sus juegos, siempre sus trucos, ¿cuándo se cansará, cuándo dejará de ser tan malditamente insoportable y cuándo dejará de controlarme y dejará en paz a las hermanas Hyuga y porque no, al mismo Neji.

De nuevo pude sentir otro cañón contra mi sien, sin embargo, escuché el portón abrirse con un ruido sordo y lo siguiente que vi fueron Kakashi y Kiba con ametralladoras disparando a diestra y siniestra, no importándoles si yo estaba ahí todavía o no. Se estaban comportando como locos, no, estaban locos, pero no pude evitar sonreír y hablar para mí misma.

- Mis héroes... - Me dije para luego comenzar a correr en dirección a ellos, sin importarme si una bala me hería o no, total que por lo menos no moriría a sucias manos de los Hyuga.

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SHIKAMARU

Encontrar he infiltrarme en la oficina de Hiashi no fue tan difícil como creí, los demás se quedaron haciendo guardia desde afuera, y yo me apresuré a husmear entre los registros cual perro de aeropuerto, no encontraba otra palabra para describir cómo me sentía en ese momento.