CAPITULO 16

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CAPITULO 16

—¿Quieres más?

Endymion me ofreció un vaso de limonada.
La jornada había sido larga y pesada.
La mayoria habíamos sido trasladados hacia otro hospital para un evento deportivo para liberar la presión y el estrés de trabajar en un hospital psiquiátrico, y debo admitir que venir a este evento había funcionado para que todos estuviéramos relajados.

—Gracias.

Endymion asintió tomando asiento a mi lado. Desde aquí se podía ver como todos corrían divertidos, otros también se encontraban sentados sobre el césped mientras tomábamos descansos.

—Ha sido divertido —murmuré—. Me he divertido.

—Me alegro mucho —suspiró—. Aún que si estoy un poco deprimido porque mi equipo perdió.

—¡Y el mio ganó! —me reí—. Fue una derrota justa Doctor Endymion.

—Jugaste bien, aún que la pelota se resbalaba de tus brazos.

Bueno digamos que no había sido una experta en jugar  Voleibol pero hacía mi mayor intento para golpear la pelota y estar atenta de que no cayera al suelo.

—Pero hice mi intento —golpeé ligeramente su brazo con mi codo para así reírnos juntos—. Ha sido un día maravilloso.

—Sin duda.

Y mientras yo miraba hacia al frente, podía sentir la mirada de Endymion sobre mí. No era la primera y dudo a que fuera la última vez en la que podía sentir su mirada hacia mi. Ya no me incómodaba como el inicio, creo que empezaba acostumbrarme además de que yo también empezaba a mirarlo de vez en cuando.

—¿Cómo está tu sobrina? —pregunté, y dicho eso, la mirada de Endymion brilló como la primera vez que me contó que su sobrina había nacido.

—Oh de maravilla —se rió—. Creo que mi hermana ya se ha enfadado de verme cada noche solo para ver a su hija.

Me reí.
Compartía exactamente el mismo sentimiento. Cuando mis sobrinos nacieron, mi amor por ellos era inmenso, aún que el deseo por tener mis hijos propios eran escasos.

—Será tu talón de aquiles.

—Probablemente. Por el momento mi sobrina será como la hija que nunca tuve.

Asentí.
Tener sobrinos era así como se sentía. Una parte los amaban como si fueran hijos propios.

—Por cierto —Endymion se aclaró la garganta—. ¿Como va tu situación?

Me encogí de hombros.
No iba nada bien.
Darien seguía indiferente, creo que le afectó un poco la notificación sobre el divorcio.
Hace dos semanas que se me avisó y hasta el día de ayer se le entregaron los papeles para que los leyera. Aclaré que a mi no me interesaba el dinero de él, estaba bien con el que había ganado y ahorrado con mi trabajo. Aún que era difícil porque Darien al casarnos aceptó que serían bienes mancomunados. Sería divinir todo lo que teníamos juntos pero yo no lo aceptaría. Así que estaba en ese dilema con mi abogado.

—Bueno, no lo he visto desde el jueves, pero el día de ayer le llegaron los documentos de divorcio —suspiré—. Aun que ya me hago una idea, —señalé mi celular con más de diez llamadas perdidas de Darien y cincuenta Mensajes—, es mi día de diversion así que no quiero que se arruine.

Endymion asintió.

—Es difícil. Para mí ex esposa le costó semanas hacerse la idea, y todo un completo dilema al convencerla de que firme —suspiró—. Es raro ¿no te parece? En toda tu matrimonio has hecho lo posible para que la relación no se muriera. Entregabas todo, te desvivias pero ¿Para qué? Y cuando por fin ves para ti mismo, para que puedes seguir adelante sin la atarura, al fin que tomas tus decisión, para ellos eres un egoísta por ver solo para ti. Pero ¿Alguna vez ellos vieron lo que estaban haciendo? Es su culpa en parte pero, nosotros somos los egoísta. ¿No crees?

Supongo que lo sabes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora