No Existe Peor Maldición Que El Amor

Dame una razón, solo una razón por la cual tenga que tomar tu mano una vez más y arriesgarme,

Mi corazón estaba quieto, la sangre circulando de manera tan lenta que me hacía sentir mareado, mi respiración contenida en los pulmones con fuerza y mis ojos no dejaban de ver ese mar azul que se encontraba tan inquieto.

Solo necesito una razón, una razón por la cual te elija sobre todo, sobre él, sobre mi mismo.

-¿Porqué?

Solté el aire de manera lenta y desordenada.

Esos ojos celestes cual cielo despejado me miraban con desesperación y un tocó de ¿esperanza?

-Porque te amo.

Tres simples palabras que pueden causar una felicidad inmensa en una persona, tres simples palabras que harían creer en un para siempre entres dos personas, tres simples palabras que cualquier amante desearía escuchar, pero entonces, o en verdad no siento esas palabras, las siento tan ajenas, tan lejos...

-¿Entonces? Yuuji vamo...

-¿Porqué?

Retrocedí, di tres pasos para atrás y busque sus ojos sin parpadear ni un segundo.

Él se veía desorientado, su semblante tambaleó y su mirada se encontró con la mía. Que pasaba por su cabeza, que pensaba, que es lo que quería conseguir, a caso ¿el joven Megumi lo dejo una vez más? Pensará que sigo siendo el niño que podría utilizar a su complacencia, creería que aún existe el chiquillo ingenuo, creería que después de todo; pero eso puede ser posible, ¿A caso sería tan inconsciente?

Intento tomar mi mano derecha una vez más, entonces retrocedí dos pasos y acerque mi mano a mi pecho con mucha fuerza. Le di una mirada dura, dándole entender que no quería ser tocado.

Joven Satoru, sus caricias es lo único que necesito para calmar mi más grande dolor y sus abrazos son una verdadera bendición para mí.

Su mirada era una de nostalgia y desconsuelo.

-Te amo, te amo tanto que estoy por volverme loco- un suspiro lento y desordenado sale de sus labios.-Necesito que me escuches Yuuji yo...

-Entonces, ¿Debería dejar a mi prometido plantado en el altar solo porque justo ahora, dices que me amas?- dije más alto de lo que esperaba, rozando a un grito desesperado, mis ojos estaban rojos, por la furia, por el calor infernal que habia empezado en este verano, por las inmensas ganas de llorar, probablemente la razón más cercana sea está última.

Entonces no deje escapar sus ojos, quería que esto sólo fuera una de sus tantas estupideces, pero entonces las carcajadas y burlas no salieron, y su semblante se veía más devastado, más desesperanzador.

-Yuuji yo...

Que podría decir, que podría decir, que podría decir; y las respuestas no habían estado en las palabras, la confianza no se devolverían en base a estás, por lo contrario son los hechos quien habla por si solos y los que hacen que este se reconstruya, entonces porque está aquí.

Joven Satoru, se que no gusta de usar cosas en parejas pero quise darle esto por su cumpleaños número 27, no es la gran cosa pero, junte toda la paga de un mes de trabajo.

Gojo empezó a revolver su cabello un intento de pensar un poco más en la situación o tal vez estaba desesperado por encontrar las palabras correctas, entonces ví algo que creí había sido un desperdicio de dinero.