Pablo Gavi
Estábamos oficialmente fuera del mundial de Qatar, quería llorar, pero vio a su novio tirado en el césped y supuso que esta vez le tocaba a él ser él fuerte.
Corrió angustiado viendo la figura de Pedri tirado en el césped, de arrodilló junto a él y el estadio era ensordecedor, los hinchas marroquís no paraban de celebrar, y ahí estaban ellos.
—mi amor— le llamo y el canario solo lo miro con los ojos llorosos y una sonrisa triste. —no fue tu culpa— le dijo cubriéndose la boca para que nada de lo que le dijera fuera descubierto.
—vayan adentro— les susurró Ferran fingiendo darle una palmada para que no fuera sospechoso.
—gracias Fer— susurro Pablo y jalo a Pedri para levantarlo del césped húmedo.
—ven Pepi— caminaron por los túneles, viendo a su hinchada, aún con los ojos llorosos y algunos lagrimeando seguían aplaudiendo y besando su escudo.
El ambiente en el vestidor era desolador, todos callados con miradas perdidas y muecas de dolor, algunos no se contuvieron y lloraron justo en el momento que entraron al vestidor.
Algunos se intentaban consolar a ellos mismos y otros estaban dando palmadas de ánimos a los otros, sabiendo que las palabras no salían en ese momento.
—chicos, yo se que esto no ha salido como hubiéramos querido, pero esta bien, nos toca seguir luchando para defender los colores de nuestra bandera, les quiero mucho y estoy seguro de que os veré muy pronto— dicho esto Luis Enrique se acercó a abrazar a todos y cada uno de ellos diciéndoles "buena suerte, has jugado muy bien".
Cuando algunos tuvieron el ánimo de vestirse se acercaron a ambos que seguían sentados lado a lado.
—han jugado súper bien ambos, el marcador no nos ha favorecido, ha sido una experiencia única estoy seguro de que nos tocará repetirla— les dijo Alvaro Morata mientras se acercaba a dar un abrazo a ambos y palmear su espalda.
—gracias Alvi— agradeció Pablo y este solo asintió sonriendo. —Pepi, ya tenemos que ducharnos, hablaremos en el hotel ¿vale?— finalizó Pablo y se metió a duchar.
El ambiente en el bus era igual, callado, triste, solo nadie quería hablar, todos estaban en sus propios pensamientos.
Y Pablo se dio cuenta que, esa misma madrugada tendrían que tomar el vuelo a Madrid, así que tenía que procesarlo y estar apoyando a Pedri.
—hemos echo un excelente trabajo, tenemos que seguir luchando, estoy seguro de que nos veremos muy pronto, nada de irnos decepcionados, al contrario, con la cabeza en alto y orgullosos portando nuestra camisa ¡animo!— les grito Busquets y todos aplaudieron agradecidos.
Llegaron al hotel y comieron su última cena juntos, esta vez fue algo diferente al régimen y eso les agrado.
Se dieron las buenas noches y Pedri camino sin mucho ánimo a su habitación, en cuanto entraron y sintieron la privacidad que ese cuarto les otorgaba, Pedri se lanzó para abrazarlo y apretarlo contra el, sintiendo su corazón latiendo a mil por hora.
—tranquilo mi amor, estoy contigo— y dicho eso Pedri se soltó a llorar, lanzando todo lo que había estado reprimiendo desde esa noche.
—llora todo lo que quieras, aquí estoy— se sentaron en el sofá donde Pedri seguía llorando, a veces se ahogaba al punto de no poder respirar pero estaba Pablo con el.
—perdón— susurro débil Pedri quien seguía sollozando.
—¿porque?— pregunto con demasiada suavidad.
—es que tú también te sientes triste y yo— sorbió su nariz. —y yo estoy acaparando tu atención y tal vez tú también quieres estar triste y yo no, no lo sé, siento que soy egoísta— finalizó Pedri.
—ay mi amor, para nada, tu siempre eres mi punto de soporte, déjame ayudarte como tú me ayudas a mi— limpio las lágrimas de su novio con sus dedos recorriendo sus mejillas y sonrió enamorado.
—gracias por estar para mi, es muy importante— le dijo Pedri ya más calmado.
—no tienes que agradecer— soltó sincero y deseoso paso sus dedos por los labios de Pedri y se acercó para besarlo.
Era un beso tranquilo, suave, relajado como muchos que ya se habían dado, el sevillano finalizó con un piquito y siguió bajando sus besos por el cuello del canario, quien suspiraba complacido y tiraba del cabello del menor demasiado abrumado.
—más..— pidió Pedri en un hilo débil de voz y Pablo solo pudo obedecer.
Siguió con su cuello, luego besó y pasó su lengua por las clavículas de Pedri quien soltó un jadeo, siguieron en esa posición por unos minutos donde parecía que Pablo tenían el control de la situación.
No hicieron nada más porque ya era tarde y en unas horas salía su vuelo, así con tristeza empacaron sus cosas entre besos suaves y caricias inocentes.
Después de que terminaron de empacar se pusieron algo más cómodo, y se tumbaron, Pablo se apresuró en abrazar a canario aparentándolo contra el.
Estuvieron todo el rato acostados, el sevillano diciéndolo le mucho que le quería y lo mucho que lo amaba.
El canario nunca antes se había sentido tan querido, ni nunca había sentido la calidad que se instalaba su pecho cada vez que el sevillano lo miraba con esos ojos tan sinceros, lo volvía loco.
Pablo solo lo miraban enternecido, viendo a su novio aferrado a él respirando su colonia, diciendo que también lo amaba muchísimo y dando las gracias por estar con el en ese momento.
Un momento triste e íntimo, triste porque está seria su última vez abrazándose en esa cama e íntimo por los sentimientos encontrados que tenían en ese momento.
—ya tenemos que bajar..— susurro Pablo mirando a su novio.
—lo sé— dijo en un leve murmullo.
El canario se levantó primero y luego Pablo, quien lo miró con tristeza y ambos caminaron al baño para cepillarse los dientes y después recoger las maletas.
Bajaron en silencio, este día para ambos había sido agotador, tanto física como mentalmente, entregaron sus llaves y se despidieron de la recepcionista y subieron al bus.
El bus que los había traído recién llegaron a Qatar y ahora era el que los llevaría al aeropuerto para irse a sus casa.
El silencio era notable en el bus, algunos iban dormidos y otros hablando con sus compañeros de asientos, y ellos solo iban escuchando una playlist.
Cuando bajaron del bus se despidieron de compañeros de selección, algunas lágrimas se les escaparon por el sentimiento del momento abrazándose y deseándose lo mejor.
Algunos subieron a otros aviones y los que iban a Barcelona o a Madrid subieron al mismo.
Pablo y Pedri aprovecharon para dormirse en el avión, y solo sintieron cuando Ansu los sacudió indicándoles que estaban en Madrid.
Ambos habían reservado un hotel donde también se quedarían Ansu y Balde pero ellos en otras habitaciones.
Ansu, Balde, Pedri y el se pidieron un taxi y llegaron agotados al hotel, donde se rendirán que ir temprano porque su vuelo saldría temprano y Fer los estaría esperando.
—no estamos durmiendo nada— se quejó Pedri en cuanto llegó a su habitación.
—lo se y mañana nuestro vuelo sale a las 8:00– Pablo hizo un sonido de queja y se tumbó en la cama.
—ponte la pijama antes de que te acuestes— le ordeno Pedri y Pablo hizo caso poniéndose el pijama.
Se acostaron a dormir sabiendo que mañana sería un día nuevo, abrazados como siempre, necesitados por la cercanía ajena se dedicaron a disfrutar el momento y dormir.
Notita de la autora: a lo mejor en un ratito otro, espérenme ¿vale? Os amo mucho 💘💝
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Efímero
Fanfiction"Lo nuestro no es efímero" sollozo con ganas las lágrimas abandonaron sus ojos color miel. ¿Que pasaría si durante el mundial de Qatar 2022 Pedri se enamora de su mejor amigo? Pablo y Pedri, compañeros de equipo y selección, amigos inseparables con...