Capítulo 6

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Capítulo 6

Pensé en dejar de mirar sus ojos, en olvidar todo lo que estaba pasando, en dejar escapar el momento, pero estaba segura de que iba a ser más díficil irme que quedarme. En aquel momento, la cocina estaba en silencio, la ventana estaba entreabierta y se colaba aquel viento fresco mañanero tan típico de allí. Era aquel momento perfecto, el momento soñado, y ahora estaba muy cerca, pero no sabía qué hacer.

Alberto también miraba hipnotizado mi pelo revoltoso de la mañana, y contemplaba ensimismado mis ojos que recorrían toda la habitación, menos a él. Estaban nerviosos, no sabían qué hacer. Recordé las palabras que oí de más pequeña. Era una madre diciéndole a su hija de unos 16 años, las palabras tan simples como:

Déjate llevar.

Pero no podía hacerlo, algo me lo impedía, pero entonces, cerré los ojos, suspiré y me besó. Fue Alberto quien lo hizo, fue él, quien se había atrevido de una vez. Había sido inesperado pero sabía que lo había hecho bien. Me había dejado llevar, había suspirado, había hecho lo que quería. Y había salido bien.

Sonreímos los dos y nos separamos un poco. Todo estaba en tensión, no nos atrevíamos a mirarnos de nuevo, pero Javi se coló por al puerta de la cocina y supimos que nuestro momento había acabado:

-¿Qué pasa? ¡Qué silencio hay aquí!

-No pasa nada, estábamos desayunando,me he manchado y Marta ha cogido la servilleta y…

Le tapé la boca, no quería que Javi supiese lo que había pasado, y ese no era el momento para contárselo.

-No ha pasado nada.

Le mandé una mirada furtiva a Alberto para que no dijese nada más, que lo que dejara ya. Y lo entendió. Me sonrío y no paró de sonreír aquella mañana. Yo también estaba feliz, pero me sentía mal. No podía estar haciendo eso mientras teníamos que liberar a todas las almas durmientes que pudieran existir.

-¿Por dónde vamos a empezar? ¿Cómo lo vamos a conseguir?-Preguntó Javi.

-Creo que la respuesta la tenemos delante y no nos damos cuenta.- Respondí yo.

-Debemos volver a la calle, a investigar cada rincón para saber dónde exactamente se encuentra nuestro principio. Cuando fuimos creados por alguien.

-¿Quién será ese alguien?

-Aquella sombra que pude distinguir en mi primer sueño.-Sentenció Javi.

Ninguno de los tres habló más y nos dirigimos a nuestras habitaciones para vestirnos y empezar a buscar. Aquel día estaba nublado y pude oír cómo Javi y Alberto estaban nerviosos. Hablaban en susurros y casi no se entendía, pero pude sentir su inseguridad en sus miradas. Les conocía a ambos muy bien, aunque ninguno de ellos había sido tan importante hasta ahora. Solo les tenía a ellos y estábamos unidos por lo mismo, para dejar de ser desconocidos en aquel mundo tan imperfecto y lleno de problemas.

•••••••

No deje de observar todas las miradas presentes que estaban allí, no deje de estar inquieta por el calor que hacía allí. Estábamos en una tienda cualquiera, esperando a que viniese alguien a atendernos. Pero por mucho que llamábamos a la dependienta, no nos podía oír. Pensé que Javi ya estaba harto, que quería a rendirse pero él fue quien nos dijo que fuéramos un poco más lejos, sin rendirnos. Me di cuenta de lo poco que conocía sus expresiones, era pensar una cosa y luego resultaba ser lo contario.

En aquel momento Alberto era más expresivo, sabía que tenía ganas de descansar pero no quería irse, quería seguir buscando alguna pista.

-Hay un parque cerca de aquí, siempre he querido ir, ¿podemos?-Preguntó Javi.

Descubriendo lo soñadoWhere stories live. Discover now