El día de comer con mi familia había llegado y ya había salido del apartamento.
Decidí vestir algo casual, no quería una recrimenda de mamá acerca de mi atuendo.
Me puse unos vaqueros y un top simple de esos que me encanta usar cuando no estoy trabajando.
Me imaginaba la carita de Alex al verme porque ella ama ese estilo y mamá siempre nos cuestionaba vestir así.
Entré y miré a mi alrededor buscando la mesa donde habíamos reservado.
Al primero que ví fue a papá, sonreí mientras me acercaba a ellos.
Como siempre, me sacaba una sonrisa y me daba tranquilidad ver a mi familia. Aunque no los veía tan seguido, siempre me sentí bien con ellos cerca.
Amo a mi familia, es solo que soy una mujer ocupada pero siempre fueron mi mayor tesoro.
— Alex, linda ¡estás radiante!
— Gracias, amo tu top. Dijo mientras mamá volteaba los ojos y se reía al mismo tiempo.
Todos se levantaron a saludarme y tras el drama de mamá por el tiempo que llevaba sin verlos, nos sentamos.
Me gustaba el ambiente del lugar, se sentía cálido y acogedor, como un ambiente familiar y necesitaba este momento, ahora me doy cuenta de eso.
Poco después llegó el mesero a tomar nuestra orden y al cabo de unos minutos, nos trajeron lo que pedimos acompañado de una botella de vino.
— Quiero probar, ¿Puedo? ¿Mamá? Porfis porfis porfis. — Dijo Alex casi en tono de súplica.
— De ninguna manera — dijo mamá.
— Vamos cariño — le dijo papá, déjala... ¿A qué edad comenzaste a probar vino? ¿Ehh?
— ¡Es diferente por Dios! Sabes que no me gusta que menciones cosas así delante de las chicas. Además, ella es aún una cría.
- Mamá, abre los ojos... No soy una cría, soy una casi mujer y no es justo que mis amigas sepan a qué sabe el vino y yo no.
— Basta digo entre risas. Si lo probarás Alex.
Serví una copa más y se la ofrecí.
—Mamá tranquila, no se va a emborrachar o a volver alcohólica por una copa, solo te ha dicho que quiere probar.
Alex esbosó una sonrisa gigante mientras tomaba la copa y probaba.
— Mmmmm es, no sé, no sabe a jugo y es más fuerte pero creí que iba a volar al tomarlo pero no. Dijo ella con un gesto incrédulo.
— Mi niña jajaja jajaja no es un alucinógeno, tan solo es vino... Le dice papá entre risas.
— Si papá pero pensé que sería más interesante — Dijo Alex haciendo un gesto de decepción. Y a la vez levantó de pronto la vista y sonrió diciendo que le alegraba haberse quitado la duda.
El resto de nuestra cena la pasamos poniéndonos al día con los acontecimientos y hablamos sobre mi trabajo, también estuvimos recordando viejos momentos riendo mucho. Pregunté sobre Justin porque hace más de una semana que no hablábamos y papá dijo que vendría pronto, que casi terminaba el trabajo por el que había ido a Río de Janeiro.
Mamá preguntó si no estaba saliendo con alguien y al decirle que no, me dió un discurso sobre que tenía que sentar cabeza y formar una familia y me estremecí tan solo con escuchar el tema así que decidí evadir a mamá y cambiar rápido el rumbo de la conversación.
Al salir del restaurante nos fuimos a casa de mis papás, ellos en su coche y yo en el mío con Alex que quiso ir conmigo...
Allí estuvimos una hora o tal vez un poco más hasta que me despedí tras decir que tenía sueño, lo que era cierto... Se me cerraban los ojos pero me propuse mantenerme despierta para poder conducir a mi apartamento sin arrollar a nadie.
