Capítulo 30: Jaque al rey negro

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_ Antes me dijiste que el ajedrez era un juego que no dependía de la suerte, sino de ser más astuto que tu rival. _ dijo Daniel ayudando al mayor a colocar las piezas en su posición original. _ ¿qué pasa cuando tu rival es igual de astuto que tú?

Vlad lo pensó por un momento mientras movía su peón blanco dos casillas adelante. Danny lo imitó con su peón negro y el otro movió su caballo siendo imitado una vez más por el menor. Así siguieron jugando por un tiempo largo hasta que finalmente el mayor, en dos movimientos, logró encerrar al rey negro. Danny miró con sorpresa y horror como había sido atrapado por las torres sin posibilidad de escapar. No entendía que pasó. Había hecho todo como la última vez. Danny miró a su novio esperando una explicación a lo que este sonrió a medias.

_ Gana el que tiene la mejor estrategia.

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Iliana había entrado al hospital, pero algo andaba mal. Las personas en el ni siquiera se inmutaron ante su presencia, pese a que varios ya habían cruzado miradas de desprecio con ella. La alfa ignoró el mal sabor de boca que eso le provocaba, así como la inquietud que le producía la tranquilidad con la que la aceptaban en ese lugar y ni siquiera intentaban detenerla, cuando hace solo unas horas tenía a toda la ciudad aterrorizada. Ella caminó a paso firme por el camino conocido hacía la habitación de la hija mayor de los Fenton, pero se detuvo justo en el marco de la habitación. La puerta estaba abierta y la cama con la adolescente conectada a una máquina estaba dentro, tal y como la había dejado la última vez que la vio.<<Sin seguridad>>, pensó. Volteó intententando escuchar algo, pero no había un solo sonido en todo el hospital. Eso no era normal. Volvió a mirar hacía adelante y allí seguía la joven Fenton, respirando suavemente sin moverse, con un respirador que apenas si hacía algún ruido. Solo tenía que poner un pie dentro y jalar el gatillo. Eso era todo. ¿Entonces porque su instinto le gritaba que saliera de ahí lo más rápido posible? ¿Por qué su corazón comenzó a latir como si la estuvieran persiguiendo? ¿Por qué se sentía como la presa y no como el cazador? La alfa entonces recordó un fragmento de una historia que ahora le parecía una advertencia. La historia era de un hombre que había ido a la selva a explorar cuando de repente notó un alarmante silencio. Ningún sonido llegaba a sus oídos. Los animales se habían callado por completo. Pronto sabría el hombre que un animal salvaje lo acechaba entre la maleza, y los animales, curiosos, habían esperando expectantes el desenlace final. Ella no recuerda cual era el final de la historia, pero el escalofrío que recorrió su espalda, y que la hizo dar media vuelta y correr lejos de aquella habitación, le hizo darse cuenta que no quería saberlo. Ella corrió por los pasillos como si la estuvieran persiguiendo cuando de pronto, frente a ella, comenzaron a aparecer cientos de fantasmas. Salían de las habitaciones, el techo y las paredes. Era una trampa, reconoció con horror. Con ella no tenía armas cazafantasmas por lo que ella solo pudo huir en dirección contraria a la de los espectros que la perseguía y golpeaban cada vez que podían, ya sea al arrojarla contra la pared, el suelo o el techo, o en su defecto, arrojandole mesas, relojes, bandejas, comida, todo lo que estuviera a su alcance. Iliana sentía que no podría continuar así. No podía ganar. No es como si pudiera usar su pistola contra ellos, sería inútil. Pero fue en ese momento de desesperación que una idea cruzó por su cabeza. Tomó su arma y corrió lo más rápido que pudo hasta la planta baja. Una vez allí comenzó a dispararles a las personas indiscriminadamente, y como pensó, los espectros entraron rápidamente a sus cuerpos y los hicieron intangibles. Ella sonrió con emoción. Ahora tenía una oportunidad. Siguió disparando y viendo como todos los espectros protegían a cada persona del lugar, no dándoles lugar a que pudieran continuar persiguiendola fuera de este. Ella corrió un par de cuadras antes de detenerse y caer de rodillas en la vereda casi sin aliento. Ya no podía más. Estaba malherida, cansada y muy débil para continuar. Revisó su arma y se dio con que esta ya no tenía balas. Maldijo en voz alta hasta agotarse, y cuando un auto de color gris se estacionó a su lado, ya había aceptado que perdió. Sin embargo, y contra todo pronóstico, escuchó una voz a su espalda que la estremeció de pies a cabeza.

Defectuoso (Vlad x Danny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora