¿Qué rayos pasó anoche?

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Otro día, y mi cabeza quiere explotar. ¿Qué rayos pasó anoche? Abro lentamente los ojos mirando a mí alrededor... ¡Gracias a Dios! No estoy en la casa del gordo como la última vez que tomé, sigo en mi cama. Me aferro a las sábanas y me quedo descansando por un momento más. Tengo sed, mucha sed y no soporto mi cabeza, menos con esos ruidos del exterior. ¿Exterior? Abro los ojos de golpe, al mismo tiempo en que siento algo en mi frente, llevo mi mano a ella y veo algo blanco. Casi me lo llevo a la boca, pero me detengo observando a mí alrededor, ¿Qué rayos hago en la azotea? Y si, en mi frente hay caca de paloma. ¡Oh sí, que bello amanecer!

Me levanto un momento, pero noto casi al instante que estoy completamente desnudo ¿Desnudo? Saco rápidamente una sábana de mi cama y me envuelvo en ella. Miro a todo mi alrededor y verifico que estoy completamente solo. Me rio como un demente, ¿Cómo rayos le hice para subir mi cama hasta acá?

Bajo las escaleras hasta el departamento, oh maldición ¿Con qué me encontraré? Abro la puerta, temeroso de quizás encontrarme con Abril y Drew... Pero qué rayos, tenía que enfrentarme a la realidad, Abril me había dejado claro que no quería nada conmigo.

Abro la puerta de golpe y encuentro la sala completamente vacía, pero destrozada. Claro, llegan, bailan, toman, destrozan todo y se van... Malditos desconocidos.

Me dan ganas de ir al baño, pero primero me dirijo a mi pieza para ponerme algo de ropa, abro la puerta caminando casi inconscientemente hacia mi closet, pero de pronto me doy cuenta de que la habitación no estaba vacía. En la cama de Drew estaba acostada una señora de unos 60 años de edad junto con Drew. Esperen ¿Acaso no es la señora del aseo de los domingos?... Camino lentamente retrocediendo y cierro la puerta sin hacer el menor ruido. Eso fue... raro.

Intentando olvidar la escena anterior, camino hacia el baño, llego hasta el wáter, pero siento un ruido en la ducha. Abro la cortina y me arrepiento al segundo de que mis ojos sean testigo de tantas cosas últimamente.

Salgo casi corriendo del baño hacia la cocina, intentando borrar la imagen del gordo con mis calzones de Bob- ¿Cómo lo habrá hecho para que le cayeran?- y Malcom acostado encima del gordo, con su cabeza apoyada en su pecho. ¿Debería tomarles una foto? ¡No, ni loco vuelvo a entrar a ese baño! Ni a bañarme ahí...

Me dirijo a la cocina a tomar algo, quizás eso me distraiga de las imágenes que sin querer, se han grabado en mi memoria. Abro el refrigerador, y no le tomo importancia al gato que acaba de salir de él. ¿Un gato en el refrigerador?... Tomo el zumo de naranja y me sirvo en un vaso.

Alguien tendrá que explicar todo lo que pasó ayer. Y no hablo de la vieja de la limpieza que está saliendo por la puerta con una sábana tapándose el cuerpo. Hablo de los losers, los que ya no tengo la certeza que sean los vírgenes losers de siempre, y menos Malcom que sigue en el baño con el gordo... ¡Maldición! ¡¿Qué rayos pasó anoche?!

Me tomo el zumo intentando recordar algo pero nada, rayos.... Me dirijo hacia el sofá, y me siento con la cabeza hacia atrás mirando el techo, aún nada... El maldito techo blanco no me daba las respuestas. Aun así, vagamente recuerdo los momentos de la noche anterior, sobre todo aquellos que desearía no haber presenciado por la mañana.

Cierro los ojos y de repente siento como un cuerpo inerte se desploma sobre el sofá.

–Rayos, que dolor de cabeza –Se queja Drew con la cabeza colgando hacia el suelo. Luego aparece Malcom tirándose de boca abajo al suelo con las manos extendidas.

–Duele... Todo... –Lo miro con una mueca de asco, recordando que la última vez que lo vi, estaba con el gordo en la bañera... ¡Cómo caer tan bajo! pero rayos... Es Malcom ¡Malcom! Sí, sólo él podría estar lo suficientemente borracho como para dormir en la peculiar masa corporal del gordo de la esquina.

L0SERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora