SENTIMIENTOS OCULTOS

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Cuando vi que entró Looren con Germán no entendí nada.
Y mucho menos cuando se dieron aquel beso.
En aquel momento se me quitaron las ganas de quedar con rebeca aquella tarde.
Necesitaba respirar, no soportaba ver a Sofía con terceras personas y mucho menos con el hermano de mi pareja.
Me fuí hacia el lavabo, cuando salí de él estaba Sofía. Se me quedó mirándome.
-No sé que haces aquí, pero no creo que sea buena idea. ¿En serio estás con Germán?
-Si, nos conocimos hace poco.
-¿Y en serio me montaste todo aquello, estando tú con Germán, de verdad?
Nos miramos una vez más a los labios.
Cada vez estábamos más cerca.
Ella quería huir, yo no quería aguantar más las ganas, no quería evitarlo una vez más.
Y la agarre del brazo y la metí conmigo en uno de los baños.
Me lancé a sus labios.
-¿Que estás haciendo Looren?
-Lo que quería hacer, hace mucho.
Y empecé a besarla.
Nuestros labios se entrelazaron.
Sus besos eran magia, sus labios junto a los míos. Éramos un maldito imán.
Podía notar cada centímetro de esos labios que chocaba junto a los míos y como su mirada se desvanecía en cada beso.
-No puedo Looren. No está bien esto.
-¿De que tienes tanto miedo?
-No está bien, estoy con Germán, tú con María.
-Vale, vale lo pillo. Lo siento...
Cuando salí de allí, se me escapó una lágrima. Y cuando fué a consolarme yo ya había salido.
El resto de día fué algo fastidioso, ver cómo se besaba con Germán.
Y María intentaba estar conmigo como si toda aquella situación no hubiese pasado, como si fuésemos la pareja del año y como si todo fuera genial.
Después de comer me disculpé y dije que tenía una reunión de trabajo.
La cara de María cambió, porque sabía que no era cierto. Pero era una persona que le encantaba guardar tanto las apariencias que sabía que no iba a hacer ningún drama.
Por otro lado pude ver la cara de Sofía, no le sentó nada bien que me fuera tampoco. Insitió.
-¿No puedes quedarte un rato más? Una comida familiar no se hace tan a menudo.
-Que va imposible, ya acordamos de hacer la reunión a esta hora.
Sabía perfectamente que había quedado con Rebeca y eso le molestaba bastante.
Pero sinceramente necesitaba huir de allí. Era demasiada presión para mí todo aquello.
La única chica que se suponía que era externa a todo lo que no me hacía feliz y ahora resultaba que estaba saliendo con el hermano de María. Y encima de habernos besado, no paraba de rechazarme una vez tras otra.
¿Sabría Germán a qué se dedicaba?
No pegaban nada la verdad. Pero aquel día parecía otra persona, tan arreglada, tan elegante.
Estaba preciosa la verdad. No sé qué me pasaba con aquella chica, pero tenía algo especial que me ablandaba, que me encantaba. Y aunque intentará evitarlo, aunque intentará verla con otros ojos. No podía...
Cuando salí de allí con la moto, me fuí volando. Apreté el accelerador y me puse en unos segundos a dos cientos.
Necesitaba sentir la velocidad.
Cuando llegué a la cafetería que habíamos quedado no había nadie.
Era una cafetería de toda la vida, muy bohemia, tenía muchísimas plantas y varios periódicos en las mesas. Además había una zona donde habían muchísimos libros. No sabía que a Rebeca le interesaban este tipo de cosas.
Cuando me mandó el lugar, me encantó.
Era preciosa. Y la gente de allí maravillosa.
Cuando fui a pasar vi cómo llegaba de lejos.
-Perdón, perdoname.
-Tranquila no te preocupes.
Se me acercó y me dió dos besos muy cerca de la comisura.
-Es que estaba acabando una sesión de fotos.
-¿Eres fotógrafa?
Nos sentamos.
-Sí, hago sesiones de fotos, trabajo en esta cafetería que es de mi tia algunas tardes y a parte tengo una floristería en la calle de atrás, que trabajo por la mañana.
-Madre mía, eres una chica ocupada.
-Me gusta lo que hago la verdad. Y me gustas tú. ¿Que haces con una chica tan superficial como María? Se nota que tú eres diferente.
-¿Y qué hace una chica como tú haciendo lo que hace, siendo tan sensible como parece?
-Sinceramente, con María no estaba disfrutando como quería y cuando llegaste tú me impactaste, yo no tenía ni idea de que Maria tenía pareja, pero cuando dijiste que te unías la idea me encantó y para que engañarnos, me hubiera quedado a solas contigo, por eso luego cuando te levantaste hacer el desayuno aproveche. Nunca he hecho un trío, pero la situación fue distinta. Aunque se me hizó raro, ya te digo que me hubiera encantado estar a solas contigo.
-¿Que buscas en alguien?
-Pues sinceramente no lo tengo claro, solo quiero una persona que quiera vivir, disfrutar y sea feliz a mi lado. Y necesito mucha intensidad.¿No pido tanto no?
-Sus gestos, sus miradas cómplices. Cómo me miraba los labios.
-¿Y me podrías hacer una sesión de fotos a mi?
-Sí, cuando quieras.
-¿Ahora?
-Lo que no tengo estudio, pero vivo sola en un loft y tengo allí todo el material, si quieres...
Se encogió de hombros.
Me llegó un mensaje de María.
#¿Dónde cojones estás? Te has ido quemando rueda.
Lo ignoré.
-Sí, me parece bien, vamos si quieres.
Cuando salimos de allí, me agarró su mano con la mía. En su mirada podía sentir que me deseaba. Y a mí tenerla cerca me ponía tan nerviosa que era incapaz de mirarla a la cara.
Tenía los rasgos super definidos y una mirada bohemia que me transmitía tanta paz que me daban ganas de besarla.
Era una chica que se notaba que era feliz y muy libre.
De esas que te tocan el tambor y disfrutan con una puesta de sol.
Cuando llegué a su casa tenía cuadros por todas partes.
-¿Los has hecho tú?
-Sí, me gusta mucho pintar.
Su piso era maravilloso. Se notaba que tenía carácter. Tenía muchísimos cuadros pintados a óleo y un montón de libros.
Plantas por todo el estudio. Y un gatito adorable que no paraba de ronronear.
No tardó mucho en enseñarme el piso, era pequeño pero acogedor. Era una chica sencilla, que vivía como quería y era feliz y eso me gustaba mucho.
-¿Que tipo de fotos vas a querer?
-Lo que quieras tú, me parecerá bien.
-Me estuvo haciendo fotos con diferentes disfraces que tenía por allí y nos estuvimos riendo un buen rato.
Cuando acabamos me ofreció algo diferente.
-¿Te atreves a jugar Looren?
Podía ver en su mirada la cara de satisfacción que se le ponía. La atracción que sentíamos no podíamos disimularla.
-Si, claro.
- Tú empiezas pintando ese cuadro de allí cuando no haya cuadro que pintar empezaremos a pintarnos el cuerpo. Y así hasta que acabemos pringadas por completo.¿Que te parece?
-Humm, me gusta tu idea.
Empecé a pintar el cuadro, y ella me miraba embobada, podía ver en su mirada que le gustaba muchísimo. Se me tiró encima y empezó a pinzelarme los hombros. Yo me quedé paralizada dejándome llevar y empece a pinzelarme los pechos. Llevaba un buen escote y empecé a pintarle ahí.
Ella se dejó llevar y me quito la camiseta y empezó a pintarme la barriga y parte del escote.
Yo le quite la suya y seguimos con el juego.
Cuando nos quitamos los pantalones con cada pinzelada la excitación subía entre nosotras y la pintura cada vez iba a más.
En una de mis piernas puso R+L
Me hizo tanta gracia que cuando me reí se me lanzó y empezó a besarme.
Con cada beso me gustaba más. Era pasional, era intensa, era sensible.
Sus besos eran suaves, delicados, intensos, placenteros. Ese deseo, esos labios.
Fui a tocarla.
-Eh, no no, tenemos que seguir jugando.
Nos quitamos el sujetador, las bragas y seguí pincelandole los pechos, ella se estremecía al sentir como el pincel pasaba por cada uno de ellos y se endurecían, y yo me ponía a cien cuando lo hacía conmigo.
Cuando teníamos todo el cuerpo lleno de pintura yo no podía más y la agarré fuerte del culo. Pero ella me frenó me cogió de las manos y empezó a besarme.
-Tienes tanta prisa por las cosas Looren, que no sabes disfrutarlas.
Aquella palabra me llegó dentro, pero tenía razón, siempre pensaba en el futuro, y no disfrutaba bien del presente.
Nos besamos tanto, que yo pensaba que nos íbamos a desgastar. Sus labios junto a los míos. Podía sentir como su coño se rozaba junto al mío y eso me hacía entrar en el éxtasis más puro. Ella empezó a tirarme saliva de su boca yo me la tragaba y eso me excitaba muchísimo. Me hizó volverme loca de deseo, podía notar como me humedecía.
Podía notar como la deseaba mientras me besaba y jugaba con mi lengua.
Mientras me tenía agarrada de los brazos, hacía conmigo lo que quería. Me tocaba los pechos, me apretaba los pezones, me cogía del culo fuerte mientras me besaba. Me encantaba con la intensidad que lo vivía.
Estaba tan excitada que cuando me soltó las manos y empezamos a sentirnos, no hizó falta nada más.
Empecé a sentir su clítoris mojando junto al mío y entre besos y caricias nos corrimos en un compás maravilloso del que nunca me había ocurrido.
Sentí que volaba, sentí que era libre en el deseo más puro junto a ella.
Me dejó extasiada, me dejó con ganas de más.

Nos besamos y entre besos se me escapó.
-Joder como me encantas Rebeca.
-Y tú a mí.
Aquella noche pasé del móvil y de todo el mundo.
Y me quedé junto a ella, sintiéndola, besándola, complaciendo nuestros deseos.
Después de aquella corrida necesitaba más, así que empecé a besarla, ella me cogió y me tiré encima de ella mientras me agarraba fuerte del culo me llevó a la cama. En la cama desnudas empezamos a tocarnos, sus dedos se dezlizaron por mi vagina mojada y empezaron a penetrarme. Yo gemía y ella se excitaba, y entre besos y caricias empecé a penetrarle con los dedos. El deseo que sentíamos se intensificaba.
Y con cada beso nos excitabamos más.
Entre besos y caricias, nos estremecía, sentir sus dedos dentro de mi, me ponía enferma.
Nos movíamos al compás y cada vez, lo hacíamos con más intensidad.
Nos tiramos toda la noche teniendo buen sexo, nos corríamos y volvíamos hacerlo una vez tras otra, era una conexión mágica.
Nos sentimos de todas las posturas posibles.
Nos lo lamimos a la vez, nos lo comimos con mucho gusto, nos penetramos con el arnés, nos corrimos con las manos. Lo hicimos en la cama, en la ducha, encima del sofá. Y al final nos quedamos dormidas en la cama reventadas de tanto deseo, de tanto placer. Desnudas una encima de la otra, con nuestros sexos juntos y sus labios muy cerca de los míos.

Me gustaba tanto que no pude evitarlo.
Era tan delicada, tan pura, tan perfecta, que me encantaba.
No sé si lo que sentía era momentáneo o algo más, lo que si sé es que me apetecía ella y aquella noche, la satisfacción fue intensa, profunda y real...



 ×∆ ᴍɪ ᴄʜɪᴄᴀ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴘᴀÑÍᴀ ×∆ ᴇꜱᴄᴏʀᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora