Luego de dejar a su madre, Nymeria se encontraba abandonando las puertas del castillo cuando se encontró con Aemond saliendo rápidamente del Torreón de Dragones.
Usualmente, Nymeria no husmearía en los asuntos de sus tíos, pero si algo le había sucedido a sus hermanos, ella querría saberlo.
Así que se apresuró en acercarse hacia Aemond. El joven había visto a su sobrina aproximarse y lo único que pudo pensar era en largarse rápidamente. No quería que lo continuaran avergonzando por lo que empezó a alejarse poco a poco. Sin embargo, Nymeria logró acortar la distancia entre ambos y lo acorraló contra una esquina de la sala.
"Aemond, ¿por qué no estás entrenando?" preguntó esperando una respuesta.
"No tengo un dragón" respondió Aemond con la vista pegada al suelo.
"Claro que no, pero un día lo tendrás. Necesitas el entrenamiento".
"¿Y tú no?" estalló observándola.
"¿Qué sucede Aemond?" preguntó Nymeria una vez más ignorando su pregunta.
"Me dieron un cerdo" dice conteniendo el aliento esperando que Nymeria se ría.
"Jace y Luke te dieron un cerdo".
"Y Aegon".
"Aemond, eres un príncipe. Como Targaryen no necesitas un dragón" suspiró.
"Tal vez pienses eso, pero nadie más lo hace. Incluso cuando tratan la disputa de mi compromiso la gente prefiere seguir hablando de Aegon, el hermano mayor que sí posee un dragón".
"Bueno, pues entonces soy libre de casarme con quien quiera" dijo sonriendo. "Si Aegon, mi prometido, quiere casarse con otra chica, estaré muy contenta por ello".
"Podríamos comprometernos" sugiere Aemond quitándole el aliento a Nymeria. "Era solo una sugerencia en caso de que no desposes a mi hermano".
"Deberías irte. Dile a tu madre sobre Aegon" dijo Nymeria cambiando rápidamente la conversación.
"Meria..."
"Debo irme Aemond" dice despidiéndose y alejándose rápidamente.
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Desde el día en que a Nymeria le enseñaron como usar una espada, observaba a sus hermanos y tíos entrenar con Sir Criston. Ella lo odiaba, siempre estaba con Alicent hablando de su propia madre y no lo soportaba.
Nymeria observó como su padre le sugería a Sir Criston que sus hermanos deberían ser adiestrados de la misma manera que lo eran Aemond y Aegon, a lo que Nymeria sonrió hasta que observó como Sir Criston empujó a su hermano mayor para que pelee contra Aegon.
Observó como Aegon empujó a su hermano al suelo y rió. Estaba a punto de acercarse y ayudarlo pero Jace se incorporó nuevamente y atacó.
"Eso es jugar sucio" gritó Sir Criston al mismo tiempo que Sir Harwin tomó del brazo a Jace para alejarlo.
