Capitulo 61

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Arthur se levantó junto a Adela y este se aclaró la garganta, poco a poco la gente se giró hacia ellos al enterarse que tenía algo que decir.

—Antes que nada quiero agradecerles por su atención y desearles a todos una muy feliz noche—. Las personas levantaron sus copas a modo de saludo.

>No muchos sabrán quien soy así que me presento, Soy Arthur Graywolf, recientemente nombrado barón hace un par de meses por su majestad el rey, y señor de la ciudad de Orley al sur no muy lejos de Ornsted.

Arthur señaló a Adela.

—Con la ayuda de mi socia, la señorita Adela Greenhart, hemos perfeccionado una nueva y exquisita bebida la cual traje hoy para que todos degustemos.

Mientras decían eso, los sirvientes de Arthur y Adela entraron con docenas de barriles de Aguamiel, todo el mundo los observó con curiosidad.

—Esta es una bebida exclusiva de Orley la cual estoy abierta a comerciar. Puedo asegurarles que está bebida es mucho mejor que el vino. —Continuó Adela—. La receta es secreta, pero les aseguró que es un poco dulce pero sin duda más fuerte que el vino.

Mientras ella hablaba, miró hacia la mesa del rey en busca de su permiso para compartir dicha bebida. El rey parecía intrigado, como un hombre que le gustaba los placeres de la carne y el alcohol esto sin duda le llamó un poco la atención.

Al ver que el rey sacudió un poco su mano en señal de aprobación, Adela le ordenó a sus sirvientes rellenar las copas de los invitados con aguamiel.

Nadie creía que Adela sería capaz de meter veneno en las bebidas ya que ella era no solo la mejor comerciante del reino sino la más confiable.

Su reputación dependía de la calidad de sus productos y todo el mundo lo sabía. Así que tanto Arthur como Adela pusieron mucha atención a quien servían las bebidas o si alguien intentaba ponerles algo en secreto.

Arthur lo tenía más fácil con su sistema, por ejemplo. Nadie podía falsificar la identidad de sus sirvientes ya que el sabe quién es y quién no un seguidor suyo.

No solo porque salen marcados como si fueran una unidad más así servicio sino porque sobre sus cabezas podían ver sus nombres y su "Facción".

Esto facilitaba mucho las cosas para Arthur pero no podíamos decir lo mismo de Adela.

Cuando todo el mundo tenía una copa de Aguamiel en sus manos, Arthur levantó su copa.

—Brindemos por esta bella noche y por un futuro lleno de paz y prosperidad. —Acto seguido bebió de la copa y Adela lo siguió.

El conde preston y Miri fueron los siguientes, la última con vergüenza al beber frente a su padre.

—¡Woah! —Exclamó el conde con sorpresa.

El ardor en su pecho y garganta fue muy agradable a su gusto, era justo lo que habia imaginado que sería una bebida alcohólica. Fuerte y dulce, no como el vino que parecía bebida de perros.

Gestos de sorpresa y placer vinieron de las otras mesas, también se escuchó alguna que otra tos pero era de esperarse.

—¡Que increíble bebida! ¿De que está hecha? —Un noble gordo le preguntó Adela.

—La receta es un secreto, señor Wilxes. Pero puede pedir barriles por encargo en Orley. —Explicó Adela con una sonrisa tranquila.

En la mesa del rey, por primera vez en mucho tiempo vieron al rey casi ahogándose en alcohol, sonriendo y riendo.

Las reinas lo miraron con incredulidad y decidieron probar por si mismas la bebida.

—¿Q-Qué? —Rolanda miró incrédula su bebida.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora