El Despertar Del Fuego Sagrado

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Capítulo 9

Ese hombre que venía hacia mí me hacía tener nubarrones en mi cabeza, pero volví a ver hacia Yuliano, tirado en el suelo, atravesado y ensangrentado, no entendía nada, pero mi corazón latía con tanta fuerza, entonces la escuché..

«Tómalo, reclama lo que es tuyo, bebe lo que te dejé, es la salvación de ambos, te devuelvo lo que te pertenece, y acaba con esta guerra, mi pequeña bruja de ojos violetas».

Entonces saqué el frasco de mis senos, y lo embebí, sentí que algo me quemaba por dentro, caí de rodilla ante la mirada de esos dos extraños que habían llegado, el hombre mayor volvió a verme con dulzura, mi cuerpo se sentía pesado, no podía moverme, podía sentir el corazón débil de Yuliano, y entonces un aura de fuego recorrió mi cuerpo, vi a Baphomet acercarse, la rabia se apoderó de mi ser por completo, entonces sentí algo en mi pecho, quería llorar, estaba perdiendo a ese maldito vampiro, ardía, mi cuerpo ardía, entonces lancé llamas hacia ese demonio, él abrió los ojos, venía por mí, pero una ráfaga de viento nubló todo a su paso, en ese momento Baphomet se desapareció ante mis ojos.  Corrí hacia Yuliano mientras seguía peleando aquellos hombres para defendernos.

—¡Yuliano, despierta! ¡No puedes dejarme! ¡Eres mío, te reclamo ante las strigas, ante Lilith, te proclamo mi vampiro en nombre de todos los clanes, regresa conmigo… Mi corazón empezó a latir por esos malditos rojos, no me dejes sola, estoy cansada de estarlo, ven a mí, soy tu lánúim, mo grá.

En ese momento besé sus labios tan gélidos, y mis lágrimas se vertieron en ese beso, años sin llorar, pero ahora salían al sentir que perdería a mi vampiro, al borde de desaparecer, entonces acerqué mi brazo para darle de beber de mi sangre, para que sus heridas sanaran más rápido, el cielo crujía entre relámpagos, algo sucedía, el suelo hacía un vibrato fuera de lo normal, y entonces sucedió… Yuliano abrió los ojos, y el fuego se levantó de mis manos, todo en mi ardía, no podía controlarlo.

—¡Todos resguárdense! —Gritaban los clanes presente, mis ojos estaban más violetas de lo normal, y entonces apareció ella como un espejismo… La misma Lilit.

«Ardan como el fuego, hoy son uno solo, la inmortalidad los abraza, nadie podra asesinarlos, la nueva unión los acobija en el manto de las llamas eternas, bruja y vampiro, una nueva era empieza, que comience la última batalla».

En ese momento mis manos alzaron el fuego más álgido que pueda existir, y asesiné a todos los demonios y humanos convertidos, sin piedad, resguardé a los vampiros, a los ancianos, pero perdí la conciencia por el esfuerzo, Yuliano solo me miraba perdido en mí, entonces una voz gritaba…

—¡Hija, Freyja! ¡Estoy aquí, soy Arthuro, tu padre! —Y otra voz que decía:

—¡Padre, ella es el fuego sagrado de las brujas, es la elegida por Lilit, y él es quien va a liderar los clanes con ella! —Mi padre, mi hermano, ¿Dónde habían estado todo estos años? La guerra final debía llegar, y Baphomet era mío, lo haría pagar por cada gota de sangre de mis brujas…

Una cruda emboscada de endemoniados mortales y recién iniciados nos sorprenden a la delegación que nos acompañaban a Freyja y a mí, luego de la reunión que tuvimos con Lebron uno de místicos hechiceros célticos, forzados a una feroz batalla por resguardar la seguridad y vida de Frey, nos vimos forzados a defender nuestra posición, la noche espesa, una gélida brisa con olor a muerte corría por doquier, el filo de mi espada salpicaba la sangre de cualquiera que quisiere pasar por uno u otro lado de mi rumbo a mi amada bruja, la niebla helada se teñía de rojo carmesí con cada estocada de mi espada, las manos bañadas en sangre de mortales y vampiros iniciados por aquel demoníaco vampiro de Baphomet. Vastagos que pertenecen al Clan Siete atacaban sin piedad, ya no sabía si la sangre que corría por mi rostro era de todos los que había matado al filo de mi espada o me pertenecía, hasta que caigo de rodillas, un calor abrazador recorrió mi cuerpo desde mi costado derecho y al mismo tiempo la noche se hizo mas fría aún, calando hasta los huesos, una daga de plata había entrado por mi lado, y al levantar la mirada, la noche se hizo roja con aquella estocada de espada que entraba en mi pecho atravezándome de lado a lado mi corazón y cuerpo, de ahí ya perdí conocimiento…

Cuando vuelvo en sí y abro mis ojos, Frey estaba de rodillas y me tenía en su regazo dándome de beber de su sangre, sentí su miedo a perderme, sentí como su corazón latía fuerte y se llenaba de amor, como florecía un brote de esperanza en su árido y todo miedo del pasado se iba desvaneciendo, las lágrimas brotaban de sus ojos como cascada en los peñascos de cañón en pleno desierto, y un aura de fuego cubrió nuestros cuerpos al escucharla gritar como si el dolor se apoderara de ella nuevamente, místicos símbolos giraban a nuestro alrededor dentro de aquel fuego runas antiguas se unían como si un poderoso hechizo hiciera que se unieran, y el manto de fuego exploto barriendo todo y todos los que nos querían hacer daño, como si fuera fuego sagrado limpiando todo, los únicos que quedaron fueron vampiros, y Frey se desvanece quedando de rodillas sujetando mi cuerpo casi sin latidos, casi sin vida, pero antes veo aquellos dos hombres de pie a nuestro lado mirándonos, pero no entendía nada de lo que hablaban entre ellos, solo veía sus ojos violetas igual a los de Freyja, lo único que pude captar de aquella conversación, fue que pregunto:

—¿Él es el elegido para liderar y gobernar a los cinco clanes y ella estará a su lado para de igual manera hacerlo?

No sé quienes eran aquellos dos seres que nos miraban, pero vi como los vampiros del Clan Siete que sobrevivieron al fuego de Frey, se ponían de rodillas ante aquella enorme figura de gran porte y le juraban lealtad, y volví a cerrar mis ojos, volví a desvanecerme…

Mile Morales "Dulce Cayena" (COLOMBIA)
Pensamientos y Letras G.J.C (URUGUAY)

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