Un día, como cualquier otro, antes de que comenzará a trabajar de su don, sin todavía descubrirlo Faro despertó en su oscura habitación, su cabeza no le dejaba descansar, a las 6 am, y lo poco que había dormido le tenía que servir para todo el día. Se levantó de la cama y se tomó su medicación, medicación que le vendieron en un callejón de San Blás afirmándole que le iba a ayudar a encontrarse un poco mejor. Fue directo a cocinarse unos huevos fritos con mantequilla rumana, su favorita. Mientras estaba disfrutando de su desayuno, miró sus notificaciones, había conseguido vender tantas cosas en Wallapop que ya disponía de 106 euros, 106 euros que tenía que decidir si gastarse en perico o en empezar su negocio, una tienda de chubasqueros para peces, todos le afirmaban que sería una perdida de dinero y tiempo, pero Faro estaba convencido de que no iba a ser así.
Llego el medio dia, Faro no se había movido de la mesa, después de 6 horas, decidió levantarse, pero antes de hacerlo le sonó el móvil *ring ring* y dudando en si cogerlo o no, le dió por error al botón de aceptar la llamada.
"Hola Faro, soy Penélope, ústed lleva sin pagar el alquiler bastante tiempo, exactamente 3 meses, nos vemos obligados a desahuciarle si no paga de aquí a 48 horas"
Frustrado, tiró el móvil a la cama, se miró al espejo y empezó a ver un color a su al rededor. Asustado, sin saber si aquello era un efecto del perico barato, de la medicación extraña de San Blás o un suceso milagroso se miró fijamente, vió varios colores, uno de ellos el morado, que era el más potente y duradero.
Asustado comenzó a dar vueltas a la habitación corriendo, cogió su móvil rápidamente y buscó
"Que pasa si veo un color morado al rededor mia al mirarme al espejo"
Y la respuesta fue más que evidente...
"Ver un color al rededor suya o de otra persona, puede suponer que la persona que lo visualiza tiene un don mágico o una enfermedad terminal"
Faro, sorprendido, y con la certeza de que está sano tras esa analítica sanguínea que le realiazó su amigo Oleksandr el Ucraniano, se ilusionó preguntándose si tiene un don mágico.Faro, salió de su pequeño piso de chueca corriendo, con su chaqueta de cuero, camisa blanca y pantalones vaqueros rotos amarillos dé origen desconocido en busca de la librería más cercana para informarse de su nuevo don, lo que no se espera, es a quién encontrará en esa librería...
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Profesor Faro X Pablo Motos
SpiritualBienvenidos a esta curiosa y emocionante historia en la que el maravilloso y cuidadoso Profesor Faro, de un barrio de Madrid, conoce y se enamora del gran Pablo Motos.