...LA VIDA Y LA MUERTE?

4 2 0
                                    

"¿Qué se sentirá morir?"

Y no, no quiero malinterpretar está pregunta, ni quiero enfatizar en las diversas causas /motivaciones que tienen las personas para acabar su propia vida ni acabar con vidas ajenas.

Ni siquiera ando pasando (por este momento) por un periodo depresivo de ningún motivo que me lleve a preguntar está pregunta, para nada, solo por curiosidad.

- Para empezar a indagar sobre esta sencilla (pero se acompleja al tomarla a profundidad) podemos preguntarnos ¿Sentirá dolor un feto? Listo.

¿Qué es un feto? En el caso de nuestra especie (Homo sapiens Sapiens) diría que el feto siente dolor desde que se empieza a desarrollar el sistema nervioso (algunos datos surgieren que se forma desde la semana 22 y otros desde la semana 24 y otros desde la semana 26), por lo tanto, a partir de este punto debería negarse el aborto (aunque depende de cada caso).

Listo, ahora, sabemos que (corrígeme si me equivoco) el feto recibe oxigeno y nutrientes a partir de la placenta, misma que se corta al dar luz con la ayuda de un bisturí, entendido.

¿El feto ya candidato electo a recorrer el camino de la vida sentirá dolor al nacer? Por mi parte no creo, ya que el llanto es el único método que tienen para comunicarse con sus padres (o madre en el sentido de la ausencia de padre).

Claro, el embarazo tiene sus complicaciones, como una hemorragia intensa, sepsis por no tomar las suficientes medidas de sanidad durante el embarazo, eclampsia debido a la alta presión arterial y el parto obstruido, que pueden complicar o poner en riesgo tanto el feto como la embarazada.

Además de otras complicaciones, riesgos y situaciones adversas que no quisiera mencionar porque son en menor medida excepto por las ETS como el VIH/sida o las embarazas de poblaciones rurales que son susceptibles a de complicaciones.

Por un momento pensé que el neonato sentía dolor al cortarse la unión entre el y la placenta de su progenitora, pero bueno, me alegro de estar equivocado en este aspecto, debido a que, como el cordón umbilical no contiene nervios, no sentirá dolor.

La vida, como sabemos, es a veces en el sentido figurativo o literal, una montaña rusa llena de altibajos, con alegrías, tristezas, superaciones, sorpresas, traumas y caminos que podemos escoger, que conectan con nuestras acciones o que se toman por decisiones desesperantes.

Algo que me sorprende es que, desde el momento que, desde antes de nuestra llegada al mundo, somos propensos a morir sin los cuidados necesarios; para empezar, bastan solo tres minutos sin dejar de respirar por cualquier motivo para estar inconsciente y estar al borde de la muerte.

Después de nuestro nacimiento nos presentan a la familia, ya sea a una gran mayoría, o una minoría de esta o una combinación de dos o más familias, las cuales, pueden llegar a ser acogedoras o simplemente una combinación de varios destellos únicos.

En mi caso, les contaré una pequeña historia sobre un fatídico día.

Todo empezó un jueves o un viernes, al terminar mi trabajo de la mañana, cuando me dieron la lamentable noticia que un primo, a quien llamaremos Marco, había muerto a causa de un cáncer que en un principio no se pudo detectar, sufriendo en sus últimos momentos de vida que hacía desesperar hasta el hombre más paciente hasta que le concedieron firmar una hoja donde estaba autorizado aplicarle la eutanasia.

No me acuerdo muy bien si el autorizó a que se la aplicaran o si le pidió a un familiar presente que firmara por el por su debilidad, a causa de la quimioterapia, debido a que ha pasado más de un año desde su entierro a las afueras de la ciudad.

Lo peor es que, durante su funeral, caí en cuenta que le llevaba un año de diferencia a mi hermano Manolo, dejándome una sensación amarga al recordar que la muerte no distingue a los centenarios de los neonatos.

Esto me recuerda cuando iba de lugar de trabajo a mi casa al pasar por un par de locales de marmolería, las numerosas lápidas que miraba los diferentes epitafios acompañados de fotos de difuntos y sus fechas de vida, tomándome por sorpresa personas de todas las edades; una de ellas con tan solo quince años de edad y otro de cinco, que me hizo reflexionar acerca de lo fugaz que es la vida.

Durante los primeros meses escuchaba en mi mente su voz, ya sea al saludarme, al mencionar mi nombre, sus carcajadas al reírse de los chistes que hacían sus familiares o compañeros de trabajo o aquella última comida familiar antes de volver a la clínica ontológica, quebrando una parte de mi ser.

En la tarde que me comunicaron su partida, yo, como otros familiares, como mi abuelita, negábamos su muerte, hasta el día de su velorio, donde ví al lado del cajón de madera fina, una de sus mejores fotos y al otro lado, su padre adoptivo, quien rezaba suaves plegarias para contener su amargo llanto acompañado de rezos y oraciones para superar su duelo en sus labios secos y quebrados, y en el otro su cuerpo inerte, seco y frío cadáver que alguna vez estaba lleno de vida, con poco cabello manos encima de su abdomen; hasta acompañar a rezar tres rosarios con familiares y conocidos, que me dejaron con dolor de cabeza.

- Es mejor llevar a la abuelita al funeral para que sepa que ya no volverá a este mundo. -Decía una familia al prepararnos a visitar el cuarto de la funeraria donde lo habían alojado.

Esa fue la idea sensata, ya que uno se pregunta ¿Cuando vuelve aquel? ¿A donde fue? ¿Por qué no se despidió de mí antes de irse? Y logró recordarme algo; y es que antes de irse, uno debe despedirse con amabilidad o te tomarán como un muerto más.

Durante aquel día, uno de sus parientes me mostró sus últimos momentos de vida, llena de dolor, angustia e incertidumbre hasta escuchar el pitido final del electrocardiograma, anunciando luego de unos minutos, la muerte clínica y su acta de defunción.

Sigo recordando aquel día donde Andrea recibió la noticia de su muerte, viendo el horizonte nublado anunciando una feroz llovizna que caería sin piedad horas más tarde ¿Quiere decir que la eutanasia hizo un efecto inmediato?

Y hablando de eutanasia y posiblemente del aborto (ay Dio' mío, desglozando temas a partir de otros, ahora entiendo porque dicen que los matemáticos buscan constantemente acomplejar temas simples), diría que estaría parcialmente a favor de la eutanasia y el aborto ¿Por qué? Porque es inmoral y genera desperdicios de valiosos recursos médicos mantener a una persona en fase terminal en distanasia, pero por el otro lado es moralmente ilegal aplicar la eutanasia de manera no voluntaria, ya que en términos sociales, se considera un asesinato.

Sigo escuchando la frase de libertinos y vividores "De algo nos tenemos que morir" "Yo pa' que hp's voy a comer sano y algún día me voy a morir" déjeme decirle algo, usted tiene una media verdad; si, algún día no vamos a poder ver el atardecer, pero el problema viene que la muerte en la gran mayoría de los casos no ocurre de manera rápida.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 03 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Y si hoy hablamos de...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora