XXVI┇Jelousy

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__________ llegó a su casa a las tres de la tarde. Tenía una gran sonrisa en sus labios, recordando todos los juegos y atracciones en los que se habían subido con Jerry. En su bolso se encontraban al menos diecisiete boletos o más que representaban su presencia en cada juego. Felizmente se acercó al comedor, agradeciendo de que la escuela de ella y su hermana y el trabajo de su padre eran de turnos mañaneros y que probablemente estarían almorzando a esa hora. Se hizo ver en el comedor, sacudiendo su cabello, que para la hora se había vuelto desordenado, y revoloteando su bolso hasta llegar a la mesa donde su familia almorzaba tranquilamente. Sin decir una palabra, bajo las miradas confundidas de las cuatro personas que allí se encontraban, sacó todos los boletos que recolectó y los esparció por el desayuno con una sonrisa victoriosa dirigida a su padre, quien dejó caer un pedazo de carne de su tenedor, apunto de entrar a su boca, con un gran asombro y sorpresa.

-¿Qué son todas esas chucherías?

-Funnytown. -Respondió __________ detonante.

Su padre frunció el ceño. -¿No fuiste a la escuela? ¿Faltaste por ir a ese tonto parque?

La muchacha frunció el ceño molesta. Tal vez no eligió el mejor horario para ir, pero a la tarde tenía que ensayar la obra y no tendría tiempo; pero lo que molestó a la bonita hija de William Barry fue su manera de referirse a aquel parque lleno de sentimientos y emociones que había formado incluso cuando era una niña de la edad de Minnie May, siendo como un golpe para __________, quien abrió su boca para responder, y probablemente iniciar una de las muchas discusiones que solían tener, pero su madre acató primero.

-__________ salió hace rato, William; fue a la escuela, volvió, dejó sus cosas y se fue. ¿Verdad, chicas? -Eliza miró a las dos mayores.

__________ se quedó con las ganas de responder, pero solo asintió, viendo como su madre trataba de apaciguar las aguas entre ambos. En cambio Diana veía confundida esa escena, sin decir nada, pues no quería contradecir a su madre, era de muy mala educación, y ella siempre tenía esas palabras presentes antes de hacer cualquier cosa.

-Ahí tienes tus pruebas. -Dijo __________ apuntando a los boletos.

-No me hables de esa forma. -El mayor de la familia tomó uno de los boletos. -No era la clase de pruebas que quería; lo tuyo fue una invitación a divertirte.

-Este muchacho me ha invitado, padre. Pasé una tarde interesante con él.

-Pudiste haber ido con alguna amiga, y dices que es un muchacho.

-¿Y con qué amiga me hubiera ido?

-¡__________, que no me hables así!

-Pero dime, ¿con quien me hubiera ido? Todas las chicas estaban ocupadas. -La muchacha se estaba desesperando porque no le creía, y su temperamento estaba floreciendo como florecen las balas en las guerras.

El mayor se levantó de su asiento bruscamente, y __________ retrocedió pensando en que le daría alguna cachetada, cosa que ya había pasado antes, pero este tomó la maleta que tenía a un lado de su asiento y se dirigió a su oficina de un portazo. __________ bajó la mirada.

-¿Estás bien, hermana? -Preguntó Diana con una mirada triste.

__________ no le respondió, pues seguía ofendida por lo de Moody. Decidió aplicar la ley del hielo, y extenderla lo más que pudiese.

-Iré a mi habitación, madre. Lo siento. -Tomó rápidamente los boletos y los volvió a guardar en su bolso, y corrió escaleras arriba par encerrarse en su habitación.

Se tiró en su cama unos segundos, pensando, apretando el bolso contra su pecho, tratando de aferrarse a los pocos momentos qué pasó con Jerry esa mañana, que le habían dado un regalo más caro que cualquier cosa de su habitación: genuina felicidad.

𝑴𝒚 𝑩𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝑳𝒂𝒅𝒚 | 𝐉𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐁𝐀𝐘𝐍𝐀𝐑𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora