Un caraqueño

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El sol empezaba a iluminar la planicie de la sabana. Bakugou le dio un vistazo al hermoso cielo azul que se perdía en el horizonte; el clima era perfecto, el aroma de la tierra y del rocío mañanero inundaba el aire. Bakugou acarició el lomo de su cimarrón y cabalgó terminando de arrear al ganado. La época de sequía estaba por terminar, muy pronto ese agradable cielo azul sería reemplazado por nubes cargadas de lluvia, y las planicies donde solía llevar a pastar a las reses se convertirían en enormes lagunas repletas de caimanes.

—Buenos días, joven Bakugou. —El patrón le sonrió al verlo llegar a los establos. 

—Buenos días, señor. —Se bajó del caballo, el hombre le extendió un pocillo de café. Bakugou inhaló el aroma y dio un sorbo. No había nada mejor que un buen pasado bien oscuro para iniciar su mañana.

—Veo que has terminado temprano.

—Aún hay trabajo que hacer —respondió mientras daba otro sorbo a su taza—. El potro que capturamos hace unos días ha roto la cerca, hay que repararla antes de que anochezca, también hay una yegua que está a punto de parir, lo mejor será separarla de las demás y preparar todo para el nacimiento del potrillo.

Toshinori asintió.

—Nombrarte como mi capataz fue la mejor decisión —dijo el hombre mayor con orgullo. Bakugou terminó de beber su café y resopló.

—No creo que hayas venido para llenarme de elogios, ambos sabemos que no los necesito. Solo hago mi maldito trabajo, después de todo, es para eso que me tienes aquí.

Toshinori sonrió, el carácter explosivo de Katsuki no era un secreto para nadie, pero aun así el viejo tenía un corazón tierno. Bakugou era casi como un hijo para él, y hablando de hijos…

—En realidad te estaba esperando, hay algo que necesito pedirte.

Bakugou lo observó por unos segundos, tratando de descubrir que se traía entre manos ese viejo costal de huesos.

—No me gusta cuando me miras de esa manera. —Bakugou frunció el ceño—. ¿Qué carajos quieres?

—Como sabrás tengo unos cuantos años que me casé con la señora Inko.

—¿Y eso qué mierda tiene que ver conmigo?

—Tiene un hijo.

Bakugou alzó una ceja aún sin entender.

—Es un joven muy inteligente, se llama Izuku, al parecer va a pasar una temporada con nosotros, necesito que vayas a buscarlo al pueblo, debe llegar antes del mediodía.

—¿Quieres que sea la maldita niñera de un blando de ciudad?

—Joven Bakugou…

Katsuki resopló.

—Tengo mejores cosas que hacer, le pediré a Kirishima o al inútil de Denki que lo traigan hasta la hacienda, yo no tengo tiempo para esa…

Toshinori puso una mano en su hombro, haciendo que se callara. Los ojos azules del viejo quedaron fijos en los suyos.

—El chico es mi familia, joven Bakugou, es el hijo de la mujer que amo y eso lo hace mío también. Quiero que la persona en la que más confío vaya y lo reciba. Hemos hablado pocas veces, pero se nota que es un buen muchacho. Fue una lástima que no pudiera asistir a la boda, por eso quiero que se sienta como en casa, en realidad... —Hizo una pausa—, quisiera que se quedara aquí con nosotros indefinidamente. Mi esposa me ha dicho que ha estado bastante deprimido. Joven Bakugou, entre hombres que somos, sabe que haría lo que fuera por hacer feliz a mi mujer. Estoy seguro de que mi tierna florecilla se alegrará de tenerlo de vuelta, es por eso que este encargo es tan importante, dígame, ¿puedo contar con su ayuda?

El Coplero del Amor [BakuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora