❪ 𝐈𝐈 ❫

2.6K 160 65
                                    

Vamos, sólo toca la puerta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Vamos, sólo toca la puerta. Sólo toca la puerta. Sólo es Samantha, que una noche de sexo no cambie nada. O por lo menos no mucho. ¿Cuántas posibilidades hay de que Samantha no me quiera explicar? No muchas. Supongo.

Bien.

Alcé mi brazo para así tocar la puerta de la casa, esperando por alguna respuesta. ¿Cómo se supone que deba actuar ahora? Me parece imposible que actúe normal, es decir como siempre, porque... Bueno, tuvimos sexo, eso no es normal. Tal vez deba actuar neutral, o enojada... ¿enojada neutral? Un punto medio, sí. Le reclamaré y la odiaré por el momento, después esperaré a que las cosas se relajen un poco. Aunque no estoy segura de que forma las cosas podrían relajarse, la friendzone nunca fue lo mío. A duras penas conseguía citas, chicos, claro. Las mujeres en la vida me habían pasado por la mente. Hasta... Hasta que pasó, lo que pasó. Eso, sí.

Dejé mis pensamientos cuando la puerta se abrió y Samantha apareció frente a mi. ¿Por qué hasta ahora es que noto lo atractiva que es?... Ah sí, soy lesbiana desde aquella noche, ya lo recordé.

— Hola Abril... — Samantha se volvió, dejándome pasar, para cerrar la puerta detrás de mí. Miré a mi alrededor, buscando a su hermano, o alguna señal de su mamá, o cualquier persona, pero al parecer no había nadie.

— ¿Estás sola?... — Inquirí cautelosa. Samantha alzó una ceja con una sonrisa.

— Sí... — contestó, casi en un tono interrogativo. Bien, es el momento.

— ¡Eres una puta enferma! ¿por qué dejaste que, hiciéramos, eso que... No hacen las amigas, imbécil... Eres, somos... Tu... — debí haber ordenado mejor mis ideas antes de abrir la boca. Oh, es que las cosas suenan tan bien cuando las pienso en mi cabeza, y al momento de decirlas, todo es tan mierda.

Samantha alzó sus manos en señal de que me detuviera.

— Tú también pudiste detenerlo... Y no lo hiciste. — se defendió.

— ¡Era de noche, pensé que eras un ladrón, no tenía saldo, tu debías morir primero, gemías "Abril", ¡llegaste al cuarto y me atacaste! ¡No sabía cómo!... — Samantha entrecerró sus ojos y se cruzó de brazos con una sonrisa. Caso pareciera que la situación le divertía.

— ¿Qué tal?... Me refería a Abril Capriles, no a ti, Garza... —

¿Qué?

¿Capriles? ¿La castaña, enana, fea, con problemas de pronunciación? ¡Soy mejor que eso! Sí, a veces me trabo igual, y digo estupideces, pero, vamos...

— Estás de broma, era yo, ¿no? ¿cómo Capriles? ¡Joder, soy mejor! —

Samantha rió.

— ¿Y por qué me lo estás reclamando? ¿Tanto te importa? —

— Porque... — Suspiré, reconociendo que discutir el "a qué Abril se refería mientras se masturbaba" era algo estúpido y que me dejaría como una celosa. No estoy celosa, solo soy mejor. Fácilmente es a mi a quien se refería. No a la otra... Por favor. Era yo. Obvio. — Déjalo, el punto es que... Estuvo mal, Samantha. —

¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐒𝐄𝐗𝐎𝐌𝐍𝐈𝐀. ❜ ˹ 𝐆!𝐏 ˺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora