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Ya había pasado una semana desde que Violetta se había mudado, era lindo tenerla en casa,  era muy atenta ante los mínimos detalles, amable con el personal y siempre a las 5:30 en punto me llevaba un café a mi estudio.

Amelia no había estado muy feliz con la idea que de Violetta viviera conmigo tan pronto, pero ¿Que podía hacer ella? Habíamos acordado dejar lo nuestro como algo únicamente casual, trataba de ignorarla lo más que podía ya que mientras más convivía con Violetta más mal me sentía

—Buenas tarde Coryo, ¿Cómo estás? ¿Cómo va el trabajo?— Violetta entro a mi despacho con una sonrisa hermosa mientras en sus manos traía una bandeja con un café. Mire el reloj, 17:30 en punto

—Estoy bien y el trabajo... pues ya sabes igual que siempre—suelto un suspiro pesado y agarro mi cabeza

—Hay algo que yo pueda hacer?— pregunta ella con una sonrisa mientras deja el café frente mío

—No, gracias Violetta— le sonrió y ella asiente

—Podría reservar una hora con la masajista para ti, necesitas relajarte—

—Gracias Violetta, eso suena perfecto— le agradezco, un masaje es justo lo que necesitaba, Violetta asiente y sale de mi despacho, Justo recibí una llamada, tomé un poco de mi café y respondí

—Habla Coriolanus Snow, con quien habló??— pregunté con un tono serio

—Soy yo, Amelia— su voz me incomodo un poco pero una parte de mi se sintió feliz de escucharla

—Amelia, que sucede?— pregunto sin abandonar mi tono

—Por que tan serio? No hay nadie mas que tú y yo— su tono comenzaba a desesperarme, antes era como música para mis oídos pero ahora.....

—Estoy trabajando y estoy bastante estresado— me levanto de mi silla y miro por la ventana que daba al patio, pude ver a Laura regando unas flores no muy lejos de mi

—Yo puedo ayudarte con eso— a pesar de no verla sabia que estaba con esa sonrisa juguetona

—No tengo tiempo ahora, lo siento—sin esperar respuestas corte la llamada y me enfoque en el trabajo

...

El reloj dio las 7 en punto y con entusiasmo apague el computador y salí de mi oficina, voy a la cocina en busca de un bocadillo y veo en la sala a Violetta hablando con una amiga

—Coryo! Ya terminaste de trabajar?— pregunto ella muy animada,rápidamente me gane la atención de su amiga, era una mujer un poco más alta que Violetta, cabello negro al igual que sus ojos

—Así es, iré por algo de comer y estaré en mi cuarto, necesito descansar un rato— respondo exhausto mientras observo a Violetta, veo que en la mesa de centro hay muchas revistas de vestidos de novia y cosas de bodas

—Bien, descansa cariño nosotras estamos viendo cosas para la boda, se que aun falta pero me emocione— ella se puso un poco nerviosa y jugó con uno de sus cabellos mientras me hablaba, su amiga se raspó la garganta y Violetta asintió— Por cierto ella es Francis Carther amiga mia, Fransi el es mi prometido Corinolanus Snow—Violetta nos presento con una sonrisa

—Un gusto Francis— trato de sonreírle pero a este punto del día ya no tenía energía para ser amable

—Lo mismo dijo señor Snow— ella me sonríe con interés mientras me observa de pies a cabeza, pereciera que me está comiendo con esa mirada

—Bien las dejo seguir con lo suyo— voy a la cocina y busco un bocadillo para luego ir a mi habitación

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Esposa TrofeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora