Capítulo 06. Tal vez yo igual

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May.

El momento era horriblemente incómodo.

Mientras ambos subieron, no pude evitar continuar de pie y dar unas cuantas vueltas en la sala. Era muy grande. De hecho, este sitio era casi el triple de grande a donde yo vivía. Lo que también, me hacía sentir que estaba pisando un terreno que no estaba en mis posibilidades.

Chismoseé lo más que pude. Avancé unos cuántos pasos y observé más allá. Había un reloj en una de las paredes, pero nada más. Todo parecía más bien... nuevo.

Alto. ¿Es posible que Jake haya comprado este departamento?

Si es así, eso sólo quiere decir que no planea irse.

Sentí algo desconocido plantarse en el centro de mi estómago. ¿Era una buena o una mala noticia que Jake se quedara? Sinceramente, no conozco cuál es la respuesta correcta. Pero lo que sí puedo asegurar, es que lo más probable es que me haga las cosas más difíciles si se queda.

Vi la gran cocina, todo parecía limpio y ordenado. Eso también recuerdo de Jake. Siempre fue muy organizado con sus cosas. E incluso una vez ocasioné un desastre en su habitación. Eso también me recordó que, es mejor que me mantenga alejada de todo lo que pueda romperse.

Y eso incluye el televisor que ocupa gran parte de la pared del fondo.

¿Por qué algo de ese tamaño? Aunque claro, más pequeño sería gracioso de ver.

Volví a quedarme frente al sofá, esperando.

Están tardando mucho.

¿Será bueno que vaya a mirar? No quiero causar una mala impresión si me ven, pero tampoco quiero quedarme aquí toda la noche.

Pasando saliva, me acerqué a la escalera.

Y lo que oí me dejó confundida.

Porque sinceramente no entendí nada, pero sí estaban hablando, murmurando cosas que quizás, no lo sé, a lo mejor debería escuchar.

Si Natalie estuviera aquí, lo más probable es que me hubiese incitado a posarme detrás de la puerta.

Ella no está aquí.

Sin embargo, siempre es muy sabia, podría hacerle caso.

Convencida, empecé a subir los escalones muy despacio, intentando no ocasionar ruido ni siquiera con mis pisadas. Más me valía que no se dieran cuenta o estaba segura de que preferiría enterrarme viva.

No puedo pasar otra vergüenza frente a Jake.

Aunque bueno... no es que me importe mucho.

¿O sí?

Al llegar al segundo piso, sorpresivamente, las voces se detuvieron de un momento a otro. Eso hizo que mis ojos se agrandaran al pensar que me pudieron haber notado. Así que retrocedí abruptamente, y en ese pequeño momento, la puerta se abrió.

Me quedé quieta.

Como quien acaba de ser descubierta.

Bien hecho, May.

Jake me dio una repasada rápida

—¿Y...? —frunció un tanto las cejas—. ¿Qué sucede?

—¿De qué? —me apresuré a preguntar

—¿Te perdiste?

—¿Yo? No —me señalé, para después negar—. Digo, no.

—¿Entonces qué hacías?

Un concierto para dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora