Prologo

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La sensación de falta de aire la desesperaba, pero no tanto como estar viendo vivamente como se le presentaba una vida que al parecer, en algún momento fue suya.

"Que demonios esta pasando" era lo que resonaba una y mil veces en su cabeza, mientras las personas frente de ellas parecían estar completamente cómodas con su presencia.

–Hija ¿podrías ayudarme con la cena?

Ahí estaba de nuevo, la palabra que estas personas ocupaban para referirse a ella y que hacia que su pecho se comprimiera de una manera dolorosa. Su cuerpo se movió por si solo y ayudo a la mujer pelicastaña con lo que estaba pidiéndole.

–Sabes que no tienes que pedirlo, Mamá.

Mientras su cuerpo hablaba y se movía por si solo, Amari no tenia de otra opción mas que ser una espectadora de este extraño suceso.

–Tu padre hoy llegara temprano del trabajo, por lo que podremos cenar todos juntos.

–¡Que bueno! Hace ya un tiempo que no cenábamos juntos.

La mujer le acaricio la espalda con cariño.

–Tienes razón hija, desde que entraste a la universidad, no has venido seguido a visitarnos. De todas formas era algo lógico, ya que consume mucho tiempo.

Antes de que pudiera responder sintió bruscamente como el escenario frente a sus ojos cambiaba. Esta vez se estaba mirando en un espejo, con quien se supone era su padre detrás de ella, haciéndole lo que parecía un peinado, que a simple vista era desastroso.

–JAJAJA.

Se escucho la risa de la mujer de hace unos momentos. Sus rasgos parecían ser mas jóvenes, tal como Amari que frente al espejo se veía como una niña de apenas 8 años.

–Amelia ¡Puedes parar de reírte! Céline se enojara.

Cuando escucho ese nombre salir de la boca de aquel hombre su pecho se comprimió un poco mas. "¿Ese es mi nombre?"

–Oh vamos Richard, Céline igual se esta riendo. Eres realmente pésimo intentando hacer peinados.

Al mirar hacia al frente vio una imagen que le resulto totalmente conmovedora. Ella tenia una completa expresión de felicidad como si el peinado del hombre fuese lo mejor del mundo. Los adultos se juntaron detrás de ella también riendo de la situación.

Antes de que pudiera disfrutar de ese momento un poco mas, el escenario nuevamente volvió a cambiar. Esta vez ella estaba en lo que parecía ser una de las pantallas que ocupaba Lolopechka para vigilar el reino de corazón.

"¿Que es esto?"

–¿Céline, bajaras a almorzar?

Gritó su madre.

–¡NO! Veré Black Clover, tu almuerza con papá, yo comeré después.

–Esta bien.

Al prestarle atención a lo que tenia frente a ella en esa pantalla, su cuerpo se tenso completamente.

"Que mierda se supone que es todo esto"

La pantalla reprodujo escenas donde conocía perfectamente en que lugar se desarrollaban. Si su mente no le fallaba era el reino vecino, el reino del trébol. Pero que se suponía que estaba haciendo ese reino frente a esta pantalla, en esta vida que aparentemente no estaba ni cerca de ser el mundo que ella conocía.

Con un montón de pensamientos arremolinados, no se percato cuando el escenario cambio nuevamente.

–No sabes cuanto me gustaria que fueras real–Dijo viendo una foto que sostenía en sus manos–Me gustaria dedicarte mi vida para ayudarte a sanar esa carga que llevas tu solo, no mereces pasar por eso.

𝐄𝐜𝐥𝐢𝐩𝐬𝐚𝐝|𝐍𝐨𝐳𝐞𝐥 𝐒𝐢𝐥𝐯𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora