𝕰𝖘𝖈𝖑𝖆𝖛𝖔 𝖙𝖚𝖞𝖔

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En la biblia están escritos los 10 mandamientos según el Éxodo, estos entregados en 2 tablas de piedra hacía Moisés en el monte Sinaí. Su razón se fundamenta en su voluntad para nosotros, siendo muestra el cómo amarnos los unos a los otros y a vencer al hombre natural. La obediencia a los mandamientos nos prepara para regresar a la presencia de Dios y obtener la vida eterna.

El ser humano actúa con devoción por estos regalos, siendo las distintas razas los que han interpretado y vuelto a interpretar estos mensajes; qué de sus nociones crean más. No muchos llegaron a la época de dicho suceso, estando aquellos que dudan, y otros que creen de forma ciega, sin embargo, algo comparten todas las creencias; le dan un propósito a la vida, una dirección. Es con la presente devoción qué les aterra romper estás "reglas", fallar a los ojos del mundo y ser etiquetados como pecadores y falsos.

Pará ello, los cristianos han catalogado las siguientes tentaciones, pecados capitales qué se deben vencer, evitar y no nombrar: la soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza son las siete pasiones del alma que la tradición eclesiástica ha fijado.

Pará la Iglesia Ortodoxa se parte de una noción espiritual del pecado, de un enfoque teológico-pastoral que no requiere una rígida sistematización y reglamentación. Los pecados capitales son esenciales, no mortales o pecadores, necesarios para vivir.

Y ahora, es justa la lujuria lo que siente, es aquel deseo que nunca se exploró, aquel no sé qué del acto sexual que apacigua los más grandes deseos del ser humano. Aquello que es tan prohibido.

-No-o Agh~

Sofocado con el caliente deseo entre su piel, sus piernas temblando con los espasmos picando, cosquilleando desde la punta de sus pies hasta su cabeza, con el aire escapándose de sus pulmones, y sus músculos cediendo al peso que travieso se escabullía entre sus piernas, lo mareaba, lo hacía delirar.
-Espe-Ah-!
Temía lo que podría pasar, porque decir que todo sucedió sin precedentes era una vil mentira que su razón quería inventar. La descripción de los eventos era tan clara que negarse a que era un simple malentendido tan intencionado era para reírse, porque sí, todo apunto a que el Dios llegaría a eso, y ese eso le espanta.
-Mgh No-lo siente lamer su cuello-Beelzebub esp-mgh-sus palabras se arrastran, sin completar nada; y es que teme ser criticado, puesto en ridículo por su inexperiencia, no quiere que lo humille, de verdad que no.

-Espera-intenta alejarlo, pero con la poca o casi nula fuerza le traiciona-enserio ah--la desesperación con la que el azabache lo comienza a despojar de sus ropas es aterradora, parece un animal-Mgh Ah-pronto siente una ligera presión en su cuello, y sin evitarlo gime.

-¿Te gusta verdad? -con ambas manos sujeta firmemente su cadera evitando qué se mueva, continuando a su vez las húmedas succiones en su piel nívea-te deseo-sin evitarlo lo dice; expresa su apetito que posee por el castaño, por ese bello espécimen bajo suyo.

Su camisa había bajado hasta sus codos, el frío se colo en su parte inferior haciendo chinita su piel, por lo que, por el rabillo del ojo divisó hacía abajo, y pasando saliva comenzó a sentirse más nervioso.

Sus pantalones habían volado, ni sus luces de saber dónde estaban.

-¡Beel-zebud, Beel espera! -lo quiso separar, solo un poco, ya que todo comenzaba a escalar demasiado rápido-¡Espera! - con exhalaciones pausadas, sus manos marcando distancia entre su pecho y el suyo, y su espalda en la fría madera del escritorio, logró detenerlo-Yo-

𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐲 𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨-𝕭𝖊𝖊𝖑𝖓𝖎𝖐𝖔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora