Capítulo tres.

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"Soldado de juguete"

Nunew se encontraba agotado, colmado de frustración y cada vez con un mayor desdén hacia Zee Pruk Panich, quien era una versión más joven de su padre

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Nunew se encontraba agotado, colmado de frustración y cada vez con un mayor desdén hacia Zee Pruk Panich, quien era una versión más joven de su padre. Solo el pensamiento de ello le resultaba repulsivo; Zee era tan insensible y cruel como su progenitor, un rasgo que lo llenaba de desprecio.

Había transcurrido una semana desde su llegada a la base, y el coronel Panich se dedicaba únicamente a hacerle sentir miserable. El riguroso entrenamiento resultaba abrumador para alguien como él, que detestaba el ejercicio. Cada mañana debía levantarse a las cinco, vestirse en apenas tres minutos y presentarse en formación, sin importar que su mente aún estuviera adormecida o que el frío helado lo hiciera temblar.

Ese día no fue la excepción.

—¿El entrenamiento es demasiado duro para usted, soldado Perdpiriyawong?. _ Dijo con desdén. _ Esto son las fuerzas armadas; no espere que yo haga todo por usted. ¿O acaso es tan débil como un soldado de juguete?

Esa comparación hirió su orgullo, y no pudo reprimir el impulso de abofetear al pelinegro. Se arrepintió al instante, pero fue demasiado tarde. La mano de Nunew se quedó suspendida en el aire, y el ardor de la rabia se transformó en una oleada de confusión. Los rostros de sus compañeros lo miraban con sorpresa y curiosidad, como si esperaran que se desatara una tormenta. El coronel, sin embargo, no mostró ni un atisbo de sorpresa; su expresión era de pura diversión, como si disfrutara de la tensión que había creado.

—¿Vas a golpearme, soldado?. _ Preguntó el hombre, con una sonrisa burlona que le hacía parecer aún más arrogante. _ Deberías pensar dos veces antes de actuar así. No solo perderías tu tiempo, sino que también te harías un enemigo que creeme, no quisieras tener.

Nunew sintió cómo la sangre le subía a la cabeza. Enfrentar a Zee significaba desafiar no solo al coronel, sino también la ira de su padre cuando fuera enviado a casa sin más. Sin embargo, el desprecio que sentía era tan profundo que le costaba contenerse.

—No soy un juguete, coronel. _ Respondió, su voz temblando entre la ira y el miedo, un sentimiento que Nunew odiaba.

La risa de Zee resonó en el aire helado como un eco de burla.

—Demuéstralo entonces.

Sabía que no podía retroceder. La idea de rendirse ante alguien que representaba todo lo que despreciaba era inaceptable.

—Un combate. Aquí y ahora.

El coronel levantó una ceja, claramente entretenido por la audacia del joven.

—Muy bien. Pero si pierdes, no solo deberás soportar el doble de entrenamiento, sino que también tendrás que cumplir con mis órdenes durante la próxima semana sin rechistar. ¿Aceptas?.

Nunew asintió, sintiendo cómo la adrenalina comenzaba a bombear en sus venas. La tensión en el aire era palpable, y sabía que no solo lucharía por su orgullo, sino también por su dignidad. Aunque sintiera sus piernas temblar por la notable diferencia, no solo de estatura, sino tambien de cuerpos, entre el coronel y él.

Ese hombre era al menos unos diez centímetros más alto que el. Nunew siempre careció de masa corporal, era tan flaco que el viento fuerte podía hacerlo tambalearse, en cambio Panich, parecía estar hierro, tal y como su apodo lo decía. Lo único que Nunew podía presumir era su valentía.

—¿Y si usted pierde?. _ Se atrevió a decir.

Zee lo miró de pies a cabeza, suspiró con fastidio y respondió. _ Los dejaré descansar todo el fin de semana.

—Hecho.

Cuando el mayor dejo su arma en el suelo, y los demás soldados formaron un círculo alrededor de ellos, expectantes, Nunew respiró hondo, enfocándose en la pelea que se avecinaba, ahora sentía que debía ganarle no solo para mantener su orgullo, sino también por sus compañeros.

Ya no había vuelta atrás.

Nunew se posicionó en el centro, sabía que su rival tenía experiencia, pero su determinación lo mantenía en pie. Zee lanzó el primer golpe, un puñetazo directo hacia el rostro de Nunew. Con un rápido movimiento, Nunew se agachó y esquivó el ataque, sintiendo cómo el viento generado por el puño del coronel le rozaba la mejilla. Aprovechando la apertura, se lanzó hacia adelante, golpeando el costado de Zee con un puñetazo que, aunque no lo hizo tambalear, sorprendió al coronel.

La multitud rugió, animando a Nunew. Zee retrocedió un paso, pero rápidamente recuperó su postura. Sin perder tiempo, contraatacó con una serie de golpes rápidos que lo hicieron. La fuerza detrás de cada puñetazo era abrumadora, y a pesar de sus esfuerzos, la velocidad y la experiencia de Zee lo ponían en desventaja.

Sintió la sangre brotar de su labio pero no le dió importancia, ambos hombres moviéndose con una mezcla de agilidad y fuerza. Nunew se obligó a seguir adelante, recordando la razón por la que estaba luchando aún cuando sentía que se desmayaría en cualquier segundo.

Lo siguiente paso en camara lenta, Zee miró por primera vez los ojos del joven soldado, nunca había prestado atención a lo hermosos que eran y fue extraño, aunque para si mismo reconocía su belleza, se sintió débil al verlo, nadie logró eso en él, hasta ese momento.

Se olvidó de la pelea, estuvo dispuesto a detenerse.

Pero Nunew no.

Simuló un golpe hacia el rostro de Zee y, cuando el coronel levantó su brazo para bloquearlo, se desvió y le propinó una patada en la pierna que le hizo perder el equilibrio. Aprovechando la oportunidad, se lanzó sobre él, llevándolo al suelo.

Ambos cayeron en una enredadera de brazos y piernas, pero Nunew logró situarse sobre Zee, presionando su peso contra el cuerpo del coronel. Sus miradas se cruzaron, con el corazón latiendo desbocado, incapaces de hacer algo más.

—Eres más inteligente de lo que pensé, soldado Perdpiriyawong. _ Dijo Zee, con una sonrisa. Con una mirada que mezclaba sorpresa y orgullo, finalmente cedió. _ Tus golpes son tan débiles, pero tienes el coraje necesario. Me rindo. _ Se dejó caer de espaldas y levantó las manos en señal de rendición. _ Has ganado esta vez.

Nunew se quedó inmóvil, la incredulidad y la euforia inundándolo. El círculo de soldados estalló en vítores y aplausos, reconociendo su valentía y su triunfo. Con una mezcla de alivio y satisfacción, se levantó, mirando a Zee que lo observaba con una expresión que nunca antes había visto en él: admiración.

—Gracias a su compañero, pueden descansar este fin de semana. _ Dijo Zee, levantándose con esfuerzo.

Nunew sonrió, sintiendo por primera vez que había encontrado su lugar. Ese sentimiento que no podía reconocer seguía ahí, estaba orgulloso de su logró, pero no pudo olvidar ese momento en que dejo de ver a su coronel como una figura de autoridad y lo vio como algo más.

Algo que no podía aceptar.

Y estaría acabado si fuera real.




















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Abrazos, no balazos. 😗
En vez de quitarle lo gei, lo mandaron con el amor de su vida ajajajsk 😋

Capítulo tres y ultimo por hoy, que tal?

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𝘼𝙧𝙢𝙚𝙙 𝙁𝙤𝙧𝙘𝙚𝙨 ✰ zᥱᥱᥒᥙᥒᥱᥕ │✘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora