Capítulo cinco.

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"pequeño y débil"

Nunew llegó a la conclusión de que había estado equivocado, pero esa reflexión no le aportó nada, ya que solo la aceptó en su interior

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Nunew llegó a la conclusión de que había estado equivocado, pero esa reflexión no le aportó nada, ya que solo la aceptó en su interior. No se atrevería a expresarlo ante su superior. Con paciencia, aguardó el final de las 24 horas de castigo, haciendo un firme recordatorio mental de no regresar nunca más a ese lugar.

Pasó la noche vigilando los insectos que merodeaban por su celda, lo que le impidió conciliar el sueño. Justo cuando comenzaba a descansar, el sonido de las llaves al otro lado de la puerta lo sacó de su letargo.

Allí estaba el coronel.

—No estoy aquí para hacerle cambiar de opinión, soldado. _ Habló finalmente. _ Pero quiero que entienda que el mundo militar es complicado. Y su actitud solo va a perjudicarlo.

—Entiendo, señor. _ Dijo Nunew, sintiendo que su tono había suavizado un poco la confrontación.

—Ahora, salga de aquí. soldadito tonto. _ Dijo Zee, con un gesto hacia la puerta. _ Su tiempo de castigo ha terminado. _ Nunew se levantó y salió. _ Solo seremos usted y yo el dia de hoy.

—¿Qué quiere decir con eso, coronel? _ Preguntó, sintiéndose aún un poco aturdido.

Zee Pruk se giró y lo miró. _ No es una cita en mi cama. Hoy será parte de un ejercicio que pondrá a prueba tanto su resistencia como su capacidad para seguir órdenes en una situación crítica. _ Explicó, con su tono ahora más serio. _ No habrá lugar para la desobediencia, ni para la rebeldía.

Nunew apresuró el paso para alejarse lo más posible del coronel y que este no viera lo avergonzado que estaba después de escucharlo. Una vez que se detuvo, pudo sentir la penetrante mirada del hombre, sobre él.

—La disciplina es esencial, y hoy tendrá que demostrarme que puedes controlar no solo sus acciones, sino también sus pensamientos.

Nunew sintió un escalofrío recorrerle la espalda, sabía que el coronel no bromeaba; la presión que solía ejercer sobre sus soldados era legendaria, y aquellos que no cumplían con sus expectativas a menudo se enfrentaban a consecuencias severas.

—Ahora, vamos al bosque. _ Dijo Zee, comenzando a caminar, indicando con un gesto que lo siguiera.El coronel continuó hablando durante el camino. _ Cada decisión que tome hoy tendrá consecuencias. No se trata solo de sobrevivir; se trata de entender el porqué detrás de cada orden que recibe. ¿Está dispuesto a aceptar eso?,

El chico asintió, aunque el nudo en su estómago no desapareció.

—Sí, señor.

Llegaron a un claro en el bosque, donde la luz del sol se filtraba a través de las hojas. El mayor se detuvo y se volvió hacia él, con su expresión seria.

—Comenzaremos con una prueba de resistencia. Correrá por este sendero durante una hora. A partir de ahí, le daré instrucciones que deberá seguir al pie de la letra. Si no lo hace, las consecuencias serán inmediatas.

—Entendido, coronel. _ Respondió, tratando de ocultar el temblor en su voz.

Zee lo observó con una intensidad que lo hizo sentir como si estuviera siendo desnudado ante sus ojos.

—Recuerde, soldado. Mantenga su enfoque, y no permita que las dudas lo dominen. _ Contó hasta tres, y al hacerlo, un disparo al aire hizo a Nunew lanzarse hacia adelante, sintiendo cómo el aire fresco del bosque lo rodeaba.

Mientras Nunew corría, el sonido de sus pasos resonaba en el suelo cubierto de hojas secas, y su respiración se volvió un mantra en medio del silencio del bosque. Un sentimiento de libertad que jamás creyó sentir, invadió su ser e inmediatamente la adrenalina se apoderó de él. El sendero serpenteaba, y el paisaje cambiaba a su alrededor. Los árboles se alzaban como gigantes silenciosos, y la luz del sol se filtraba en rayos dorados, creando un ambiente casi mágico.

Al llegar al final de la primera vuelta, sintió que su cuerpo comenzaba a protestar. Las piernas le ardían y el sudor le corría por la frente, pero no se detuvo. Justo cuando estaba a punto de completar la hora, escuchó el sonido del arma del coronel, resonando a través del bosque. Era la señal de que el ejercicio había cambiado de fase. Se detuvo, agachándose para recuperar el aliento, mientras Zee se acercaba.

—Buen trabajo, soldado. _ Dijo el coronel, aunque su tono no revelaba si estaba satisfecho o no. _ Ahora viene la parte más difícil.

Nunew se enderezó, sintiendo que cada músculo de su cuerpo le gritaba por descanso, pero estaba decidido a no mostrar debilidad.

—¿Qué debo hacer ahora, señor?. _ Preguntó, con la respiración aún agitada.

Zee lo miró fijamente. _ Escuchará mi voz y deberá seguir mis instrucciones, sin cuestionar.

El coronel comenzó a dar órdenes, y Nunew se dio cuenta de que se trataba de un ejercicio de simulación de un escenario de combate. Tenía que moverse rápidamente entre los árboles, esconderse, y reaccionar a situaciones inesperadas que Zee iba planteando.

En un momento, el hombre le lanzó una granada de simulación, esas malditas cosas que tanto detestaba, tuvo que decidir rápidamente cómo actuar. Su instinto le dijo que se agachara y se ocultara detrás de un tronco caído, pero su mente le advertía que debía ser más astuto.

—No solo corra, soldado; piense. ¿Dónde está el enemigo?. _ Gritó el mayor desafiándolo.

La presión aumentaba, y Nunew sintió que el sudor le empapaba la frente. Se obligó a recordar todo lo que había aprendido hasta ese momento, tanto en entrenamiento como en su vida. En lugar de dejarse llevar por el pánico, concentró su mente en la tarea.

—El enemigo está en todas partes. _ Murmuró para sí mismo, buscando la lógica en el caos. Con un nuevo sentido de claridad, se movió ágilmente, utilizando su entorno para ocultarse y observar.

Debía ser estrategico y mantener la calma, de eso se trataba. Cuando finalmente se detuvieron y él lo miró, había algo diferente en sus ojos.

—No es tan inútil como creí, soldado. _ Sonrió débilmente ante el halago del hombre. _ Ha sido todo por hoy, puede irse a descansar con el resto de sus compañeros. Espero no tener que llevarlo a la celda de castigo nuevamente. Bien hecho.

Un suspiro de alivio escapo de sus labios, tratando de ocultar su sonrisa, que su esfuerzo sea reconocido por Zee Pruk Panich no era algo que cualquier soldado pudiera presumir.

Pero el sí.

El sí.


















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Creí que no lo terminaría pero aquí esta, es todo por hoy, espero que les guste. Los tkm ❤

 Los tkm ❤

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𝘼𝙧𝙢𝙚𝙙 𝙁𝙤𝙧𝙘𝙚𝙨 ✰ zᥱᥱᥒᥙᥒᥱᥕ │✘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora