Prólogo

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Corea del Sur, Seúl. 15 de Diciembre del 2006

¡Ya llegamos! –grité entusiasmado mientras dejaba mis zapatos e iba a saludar a mi padre que estaba haciendo la cena. Ese día era mi cumpleaños número 5. Era raro que él se encontrara en casa cuando llegaba de la escuela junto con mi madre ya que era un neurocirujano muy famoso en Corea. Su nombre... Hajoon Jeon, un alfa de 33 años, siempre pensé que tenía suerte de tener un padre como él. Si bien usualmente estaba ocupado, encontraba el tiempo para jugar conmigo, y a veces me enseñaba cosas de su especialidad con juegos para que no me aburriera. Era muy divertido. Ese día como en todos los años, despejaba su agenda para poder festejar mi cumpleaños en familia.

Bienvenidos a casa –nos dijo mientras mi madre entraba a la cocina y lo saludaba con un beso. Mi madre... era maravillosa. Era una arquitecta muy talentosa que se había graduado con honores de la universidad. Su nombre... Katherine Stacy, una beta de 32 años. Ella trabajaba desde casa, sin embargo, sabia que no debía interrumpirla mientras lo hacia. Era muy dulce y comprensiva, y se notaba de lejos lo mucho que quería a mi padre. Siempre que los veía pensaba que me gustaría tener una relación así en el futuro.

Mi madre me acompañó a bañarme, mientras mi padre terminaba de cocinar mi plato favorito. Tteokbokki y Bibimbap.

Nos pusimos a cenar, mi madre me limpiaba cuando me manchaba ligeramente. La cena estuvo deliciosa, mi padre siempre cocinaba delicioso pero esa noche le había quedado espectacular. Cuando terminamos, mi madre fue a la cocina y trajo mi torta favorita... tres leches. Apagaron las luces y encendieron las velas. Me pidieron que pida un deseo. Lo hice...

...desee que los momentos felices durarán eternamente.


No fue así.


Estábamos viendo Bambi 2 en la televisión cuando alguien tocó la puerta. Mi padre se levantó a abrir, y el sonido de un disparo se escuchó. Mi madre ahogó un grito y yo me sobresalte, vi con ojos llorosos como se puso de pie inmediatamente y me cargo para subir al segundo piso. Recuerdo voltear a ver cerca de la entrada, él estaba tendido en el suelo con una mancha carmesí alrededor de su cabeza, no podía ver su cara pero algo en mi me dijo que ya no se iba a despertar. Vi a un hombre cubierto de pies a cabeza entrar y apuntar la pistola hacia mi madre. La bala perforó su cabeza. 

Su sangre me salpicó la cara mientras ella caía conmigo en brazos.

No podía reaccionar.

Era como si mi cerebro no pudiera entender lo que acababa de pasar.

¿Cómo podía estar pasando esto?

Hace unos minutos estaba viendo Bambi 2 con mis padres.

Y ahora estoy tendido en el suelo, moviendo a mi madre con desesperación, porque esto no podía estar pasando.

No podía ser real.

Sentí un pinchazo en la nuca. Y lo último que vi fueron los ojos sin vida de mi madre.

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