EL ENVENENADOR 2

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Wei Ying se despertó, seguía débil. Escucho una discusión y trato de levantarse pero Jiang Yanli le puso la mano en el hombro y lo empujo hacia el respaldo, le dio un poco de agua, tal vez caldo, no sentía la boca y no reconocía ningún sabor u olor, las voces fuera subían de volumen y de violencia. La puerta se abrió y el rostro de su tío se veía pálido, Wei Ying no sabia cuanto tiempo estuvo inconsciente, solo recordaba que Jiang FengMian le prohibió incursionar en los venenos de la secta Meishan Yu, pero él tenía curiosidad, no quería quedarse atrás mientras Jiang Cheng comenzaba a aprender, o si podía llegar a ser sincero, no quería que Jiang Cheng pasara por el dolor solo.

― ¿Satisfecho? – la voz de Madame Yu era fría como un cuchillo – sé lo que hago, necesitan inmunizarse.

― Suficiente – dijo él, pero su voz era mas cruda aun, como un sable manchado de sangre caliente – A-Xian no lo hará, no volveré a decirlo.

Sacudió sus mangas y salió, pero ya era tarde para que sus palabras fueran escuchadas, en ese momento dejo de enseñarle. Una y otra vez limpio a Jiang Cheng, lo vio palidecer, enfermar, llorar, le dieron veneno tras veneno, hasta que un día cuando le llevaron la taza Jiang Cheng solo necesito verla para saber que estaba contaminada. Su resistencia creció pero no fue fácil, no fue un día o dos, y cuando Wei WuXian fue expulsado de la secta Lan, Jiang FengMian tenía que preparar la reunión de Alianzas.

― Quiero aprender – dijo – necesito aprender

Porque eso era lo que hacia entonces, su hambre no estaba en los alimentos, era su ansia por saber más, por llegar mas lejos, no le importaba a donde solo quería ir.

Corrió y corrió pero ella se lo dijo; ¿Sabes porque no te quiero? Porque vas de camino al desastre, arrasando a tu paso, arrastrando a los que vayan a tu lado.

No podía moverse, gritar, o suplicar, se quedo ahí, sintiendo todo sin ser capaz de hacer nada, atrapado dentro de su propio cuerpo, fueron tres días pero se sintieron como años enteros, la desesperación era algo desconocido entonces, después seria un sentimiento amigo.

Luego, unos años después Wei Ying giraría a Chenqing entre sus dedos y miraría el rostro de Wen Zhulio, vería ese rostro desde la obstinada lucha hasta la mueca de completa y absoluta desesperación, porque no lo mataron... lo drenaron. Hizo que durara, no fue por su tío, no fue por Jiang Cheng, no fue por Jiang Yanli, lo hizo por ella, porque ella tenia razón.

Arrasando a su paso

*

Ella le da un golpe en la frente con dos dedos y le sonríe, se ve tan bonita y graciosa como siempre.

― Ya es hora de irte – le dice mientras repite su nombre, Wei Ying, Wei Ying, Wei Ying y su voz va cambiando, de la suave voz de su esposa, a la voz baja y grave de su amado.

― Me duele - dice y cuando se ríe le duele todavía mas

― No te muevas, la herida no ha cerrado completamente

― Ya lo cierro yo... - observa con cuidado los ojos de Lan Zhan que siguen fijos en él – no te enfades, a veces me ayuda a curarme.

Usar energía demoniaca, para él es tan simple como contar hasta diez, la herida seguirá ahí, pero a curado en tres o cinco partes, solo que él se ha puesto más pálido y se ve mas delgado que hace un instante.

― Lo siento – dice el hombre y sus ojos dorados paren apagados – nunca logro protegerte

Es tan agradable escucharlo, pero él esta tan cansado que se queda dormido sin responder.

LAGRIMAS DE LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora