Capítulo 11

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Stefan Anderson

Me quedo parado bajo el techo de la escuela, esperando que vengan por mi, ya casi todos se han ido, solo quedamos algunos niños. Tiemblo un poco cuando un fuerte viento llega.

¿Papá se olvidó de venir por mi?

No...papá nunca lo haría.

Salgo de mis pensamiento cuando veo un paraguas asomarse entre las gradas, el paraguas  tapa la cara de la persona que viene subiendo las gradas, hasta que al fin veo a Estefanía.

Me quedo quieto esperando que llegue hasta mi, se agacha un poco a mi altura y me sonríe.

-Perdón que hayas tenido que esperar.

Mis ojos y boca se abren mucho mientras la miro.

-¿Está todo bien corazón?

Frunzo el ceño ante la última palabra en otro idioma.

-¿Co...cora que?

Se ríe divertida, extiende su mano hacia mi mejilla y me da una leve caricia.

-Corazón, es un apodo bonito para un niño bonito.

Para ella soy un niño bonito, yo...yo soy un niño bonito.

-¿Y por qué precisamente ese apodo?

Me estremezco de frío, ella al ver eso, sostiene el paraguas entre su cabeza y hombro, mientras trata me coloca su suéter encima.

-Porque eres mi corazón, una parte muy importante de mi corazón.

-¿Tanto así soy para ti?

-Mucho mas, eres mi pequeño guerrero y mi corazón, ahora que te parece si me das tu mochila y te cargo hasta el taxi, no quiero que te mojes.

-Vale ¿porque no vino papá?

Ella se pone mi mochila en el hombro y luego se agacha para cargarme, me aferro a su cuello.

-A tú papá le salió una reunión de un momento a otro, de hecho tenía planeado no ir y el venir por ti, sabes que eres su mundo.

-Lo soy, así como él es el mío.

-Y yo me ofrecí a venir por ti, espero que no te moleste.

-No, obvio no, tú me caes muy bien, te quiero mucho.

-Y yo también te quiero mucho, así que tú y yo pasaremos unas horas juntos en lo que llega tu papá a la oficina, podremos hacer tu tarea, después pedir comida y ver una película ¿te gusta el plan?

-Si!!!

Me pide que sostenga el paraguas para que pueda abrir la puerta del taxi, luego me pone en el asiento así que me muevo para que ella pueda subir, cuando ya la puerta está cerrada me subo a sus piernas y me recuesto en su pecho, ella me envuelve en sus brazos, cierro mis ojos y los aprieto fuerte cuando siento ese sentimiento del que tanto escucho hablan mis compañeros, cuando hablan de sus madres.

-¿Cómo te fue en la escuela?

-Normal.

-¿Y qué es lo normal?

Ser empujado por mis compañeros, que me tiren bolas de papel en la cabeza, que tiren mi comida a veces y ser llamado fenómeno.

Eso es lo normal.

-Te siguen molestando ¿verdad?

No contesto, solo me pego más a ella, tratando de buscar apoyo y cariño en sus brazos.

-¿Y si te cambias de escuela, corazón?

-¿Para que? Será lo mismo, siempre es lo mismo, los demás niños me verán como alguien raro.

-No todos son malos, sé que por ahí encontrarás niños buenos que serán tus amigos.

-Ya me conformé de que nunca los tendré.

-Nunca debemos conformarnos, si quieres algo debes luchar por ello.

Mis ojos se llenan de lágrimas.

-Ya luché y no fue suficiente.

Ella acerca su mano para limpiar las lágrimas de una de mis mejillas, ya no dice nada más del tema, solo escucho las gotas de lluvia caer en la ventana, hasta que escucho que canta en susurros.

-Aunque el día sea gris, el sol volverá a brillar.
Eres fuerte, valiente, mi pequeño guerrero.
Las tormentas pasan, deja que el arco iris decore tu cielo. No estás solo, juntos enfrentamos la adversidad. Cada paso que tomas, estoy a tu lado, con sinceridad. Hoy puede haber sido difícil, pero mañana es un nuevo día, es una nueva oportunidad de ser feliz.

La pequeña canción y sus brazos me envolvieron con cariño, creando un refugio reconfortante.

-Esta bonita la canción ¿cómo se llama?

Ella ríe suavemente.

-La acabo de crear para ti, solo que es muy pequeña.

-Pero bonita y es mía.

-Solo tuya, corazón.

Cuando llegamos al edificio de papá y ella está por abrir la puerta del taxi, el señor que conduce habla.

-Es una gran madre señora y tu un niño maravilloso jovencito.

Ambos nos quedamos sin palabras.

-Gra...gracias.

Salimos apresuradamente del taxi, voy de su mano cuando entramos al edificio, me le quedó viendo embobado.

Estefanía es bonita, amable y cariñosa, pero también puede ser una...

Una mamá.

Ella puede ser mi mamá, ella si a demostrado quererme a pesar de cómo luzco.

Ella puede amarnos a papá y a mi, así seríamos una familia completa.

Ámame a tú Manera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora