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Los chillidos de euforia y lamento comenzaban a provocarle dolor de cabeza a Baekhyun quien apenas y había logrado conciliar el sueño, todo por la visita inesperada que trajo su padre, escondió más su rostro entre sus brazos, tratando de menguar aquel molesto ruido de sus compañeros. Aunque era poco de ayuda siendo que al poco rato alguien carraspeó, claramente tratando de llamar su atención y después de haber salido de su escondite de inmediato puso mala cara cuando las hojas de su último examen fueron puestas frente suyo y por consecuencia frunció el ceño a Do Kyungsoo, como si él tuviera la culpa del número rojo que se vislumbraba en esa hoja de examen. 

Baekhyun estuvo tentado en arrugar ese pedazo de papel y tal vez botarlo en algún basurero de por ahí, por lo general lo primero lo hacía sin remordimiento alguno, sea en el momento en que este llegaba a sus manos o recordaba que lo tenía en su mochila, pero con la presencia de Do Kyungsoo cerca estaba imposibilitada la primera opción. Este lo analizó de pies a cabeza, a pesar que el de cabellos cenizas le mostrara una expresión más molesta, no paró de escanearlo con la mirada.

Do Kyungsoo, un chico prolijo y educado, era el representante de salón y además de pertenecer al cuerpo estudiantil, para Baekhyun era alguien irrelevante, excepto por una pequeña cosa: su delegado de clase que era una de las muy pocas personas que conocía a su padre y lo peor de todo, lo conoció cuando este estaba completamente fuera de sus cabales. ¿Podría haber algo peor que eso? Además de que su padre, alcoholizado, comenzara a humillarlo frente a este, gritando cuanta grosería se le ocurriera y finalmente dirigiendo esos gritos colerizados hacia su delegado de clase.

Un chico tan responsable como lo era Kyungsoo por supuesto que fue hasta su casa después de más de dos días de ausencia para entregarle sus deberes. Una de las tantas responsabilidades que conllevaba esa posición, el cual en realidad forzaban a aceptar a los estudiantes con más alta calificación de los salones. No esperó que el desvarío de su padre, en plena calle, no perturbara ni un poco el semblante de Do, y lo que vino lo dejó todavía más sorprendido.

—Señor debería calmarse o me veré obligado a llamar a la policía —Baekhyun en ese entonces quiso reírse tanto y lo hubiera hecho si no fuera porque su padre se giró hacia él, dispuesto a sujetarlo del cuello y agradecía tener buenos reflejos.

—¡Lo llamaste tú! ¡Solo me das problemas! Como es posible que tenga un hijo como tú —palabras que ya había escuchado más de una vez, por supuesto que no le afectarían en esas instancias, pero tampoco se acostumbró a las miradas llenas de lastima dirigidas hacia él.

Con todo el escándalo que ese día causó atrajo a varios espectadores, algunos que iban de paso y otros eran conocidos vecinos que no era la primera vez que presenciaban una escena similar. ¿Alguno de ellos hizo algo para detener a su padre histérico? Por supuesto que no, solo observaron a su padre perdiendo el equilibrio a punto de estamparse contra el suelo. Los desconocidos siguieron su camino y aquellas personas que lo conocían, los ignoraron como de costumbre.

Y si no era lástima lo que provocaba, era miedo o en ocasiones, poco probables, hasta escuchaba que él era el del problema, seguro que hizo algo malo o puede que fuera un hijo en serio desobediente y poco educado, sin el más mínimo respeto por la persona que le dio la vida. Bien, aunque lo ultimo lo escuchó en una sola ocasión y ni siquiera se referían a su padre.

—Voy a llamar a la policía —Baekhyun había creído que realmente lo haría, pues su padre había comenzado a empujar a los pocos que quedaban de audiencia y no fue hasta que escuchó al pequeño entrometido que bramó más incoherencias y, por medio de tropezones, entró a su casa.

Como si todo aquello no hubiera sucedido o que muchas amenazas fueran lanzadas en la dirección de su delegado, este con tranquilidad se acercó para entregarle lo que llevaba en manos. Baekhyun había notado ni con todo ese espectáculo suscitado no vio algo más allá de una expresión estoica del muchacho y casi sintió algo de vergüenza de su aspecto al notar lo pulcro que su delegado vestía.

Sueño Azul [Chanbaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora