IX - PERSECUCIONES EN EL BOSQUE

238 9 3
                                    

Maratón 3/4

_______________________________________

Empecé a abrir mis ojos adaptándome a la oscuridad de la cueva con pequeños rayos de luz entrando por la improvisada entrada oculta. Me senté y estiré mientras bostezo.

No dormí bien anoche debido al insomnio, pero no fue tan malo. Antes de ayer había salido temprano para encontrar una nueva cueva y estuve a punto de rendirme, pero lo hice casi cuando estaba perdiendo las esperanzas. Y ayer pasó lo mismo, solo que fue de pura casualidad después de haberme asustado con una ardilla común y corriente. Este ya era mi séptimo día desaparecido.

Agarré la bolsa y saqué una lata de ella empezando a comer. Tengo que aprovechar el día y encontrar un nuevo lugar para quedarme, puesto que no avancé mucho y este es mi tercer día aquí. No estoy tan cerca de la entrada del bosque, pero aún es peligroso y fácil que me encuentren.

Al terminar tomo un poco de agua, guardo las cosas y me levanto estirando mi cuerpo una vez más para después, asomarme por un hueco en la entrada verificando que no haya ningún animal cerca.

Una vez afuera, veo como el sol ya salió desde hace un tiempo. Respiro la pureza del aire sintiendo como el viento me acaricia y me dispongo a empezar mi búsqueda de un nuevo lugar para quedarme.

Mientras camino, han aparecido cosas totalmente normales como unas ardillas, zorros (?), pájaros en las ramas de los árboles y un hombre con una especie de hacha en la mano que está corriendo hacia mí.

─Espera, ¿¡qué!?

Vuelvo a mirar y ahogo un grito empezando a correr como si mi vida dependiera de ello y es que, sí, mi vida depende literalmente de ello.

─¿¡Sabes qué hora es!? ¡Vete a dormir! ─observa como aumenta la velocidad─ ¡Carajo!

Correr parecía no servir de nada puesto que se acercaba cada vez más y más a mí. ¿Enserio me está sucediendo esto tan temprano? ¡Mi cuerpo aún se estaba despertando! ¡Y necesito un baño! ¡Puedo hacer competencia contra el ciervo de la vez pasada que mató ese niño!

Con la mirada busco algo que me pueda servir para alejarlo, distinguiendo una especie de tierra movediza que llegué a ver en los libros de Emmeline. ¿Eso existe en los bosques? No tengo idea, pero me sirve.

Visualizo los árboles más estables y la distancia entre sus ramas y el suelo. Aumento la velocidad y en el mejor momento salto para agarrarme de una rama, me balanceo y me impulso para agarrarme de otra donde maniobro hasta quedar parado encima de esta y saltar al otro lado de la tierra movediza.

El hombre me sigue, pero no nota la tierra quedando atascado en esta y empieza a hundirse poco a poco.

─Debería de dormir, señor ─dice en un intento de no parecer un miedoso, cosa que no funciona, ya que el tipo gruñe desapareciendo, haciendo que le den escalofríos─ si salgo vivo de aquí, voy a salir sin la poca cordura que me queda.

Sigo avanzando intentando deshacer aquellos pensamientos negativos. Veía varias cuevas, pero no eran adecuadas para pasar la noche. Veo otro arroyo y me acerco mirando como el agua corre hasta que siento como algo pasa rápidamente al lado mío haciéndome sobresaltar y mirar al frente. Tal parece que las sombras están inquietas. Desde ayer no han dejado de estarlo.

─Qué raro ─murmura y mira a su alrededor.

No veo nada fuera de lo normal. Escucho algunos arbustos moverse, pero veo que son los animales del bosque. Continúo mi caminar mientras observo a mi alrededor.

Un Secreto En La Sangre (Libro 1 [BL]) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora