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Sunghoon POV

La tarde ventosa nos encontró juntos, a Sunoo y a mí, en un rincón apartado del pueblo. Desde aquel primer encuentro, mi mente había estado plagada de pensamientos sobre él. Ahora, en medio de las paredes que nos rodeaban, era como si el universo conspirara a nuestro favor.

"Sabes, Sunoo, estos encuentros han sido realmente agradables. Me preguntaba si alguna vez te gustaría tener una cita en el bosque", le propuse, deseando fervientemente que aceptara.

La respuesta de Sunoo fue una sonrisa radiante con un entusiasmo que compartí al instante. "¡Me encantaría, Hoonie! El bosque suena como un lugar perfecto para una cita."

Así que allí estábamos días después de nuestra conversación la fecha de la cita por fin llegó.
Esperaba a Sunoo en un claro del bosque junto a una manta extendida en el césped y una cesta para el picnic con repostería y mermeladas.

El sol, a punto de ocultarse, pintaba el cielo con tonos dorados y anaranjados mientras yo aguardaba con una emoción apenas contenida la llegada de Sunoo. La brisa susurraba entre las hojas, creando una atmósfera mágica para lo que sería una velada memorable.

El crujir suave de hojas bajo los pasos de Sunoo presagiaba su llegada . Emergió entre los árboles, su sonrisa iluminando el sendero hacia mí.

"¡Hola, Hoonie!" dijo Sunoo con una sonrisa, su voz llena de alegría al verme.

"¡Hola, Sunoo! Me alegra verte", respondí, devolviéndole la sonrisa.

Nos acomodamos sobre la manta extendida, inmersos en la tranquilidad que ofrecía el entorno. La cesta con la repostería y las frutas frescas era el telón de fondo de nuestra velada.

"He traído algunas reposterías y frutas. Espero que te gusten", le ofrecí la cesta a Sunoo con una sonrisa.

Sunoo tomó una de las reposterías con entusiasmo. "¡Gracias! Se ven deliciosos. ¿Los preparaste tú?", preguntó con curiosidad.

"Así es, esta mañana. Me encanta hornear, y quería compartir algo especial contigo", respondí con orgullo.

El viento entre los árboles nos brindaba una melodía tranquila que se entrelazaba con nuestras risas y charlas.

"Estar aquí contigo, lejos de todo, es un respiro muy necesario", comentó Sunoo con una sonrisa.

"Estoy de acuerdo. Es agradable poder compartir momentos así, lejos de las formalidades del día a día", asentí, disfrutando de la atmósfera relajada y acogedora.

La complicidad se extendía entre nosotros, y entre risas y confidencias, decidí compartir algo que había estado pensando.

"Sunoo, ¿te importaría si te llamo Sun? Como un apodo cariñoso", pregunté con ternura.

Sunoo sonrió con ternura. "¡Claro que no me importa! Me encantaría."

La tarde se deslizaba suavemente entre nosotros dos, el sol comenzaba a descender y las montañas se perfilaban en el horizonte. Entre nuestras conversaciones, risas y miradas cómplices, cada segundo con Sunoo se convertía en un tesoro en mi vida.

Sunoo me miró con ternura, una sonrisa suave iluminaba su rostro. "Hoonie, me siento tan a gusto contigo... como si nos conociéramos desde siempre."

Corona y Migajas (SunSun Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora