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Narra Aixa.
Recojo mis maletas de la cinta de equipaje en el Aeropuerto de Barcelona, son las 14:00 de la tarde.

Tengo 14 llamadas perdidas de mi madre y otras 10 de mi padre. Me he ido de Tenerife sin decir nada, dejando atrás todo lo que me atormentaba. Yo, a mis 23 años huyendo de todo lo que me rodea, qué ironía.

No podía más, después de lo de Raúl necesitaba desconectar, ya había acabado mi carrera y por suerte, buscando trabajo fuera, me habían dado un puesto de asesora fiscal en una gestoría del centro de Barcelona.

No voy a mentir, lo primero que hice fue hablarle a Fer (el hermano de Pedri), a ver si me podía ayudar a encontrar piso allí. Habíamos ido a clase juntos y éramos buenos amigos, después de que se fue para Barcelona por el triunfo de su hermano en el club, no tenemos la misma cercanía de antes pero hablamos casi todas las semanas.
Y bueno, con mucha insistencia me convenció para que me quedara un tiempo en su casa mientras ahorraba y encontraba algo decente, el vivía con Pedri y Gavi, que la verdad sólo me sonaba de verlo en publicaciones que había subido Pedri, porque yo de fútbol sé lo mismo que cero y nada.

Me dirijo a la parada de autobús para coger uno hacia la casa.
Cuando me faltan pocos minutos para llegar, le mando un mensaje a Fer, tras eso el chófer para el autobús bajo mis cosas y me dirijo a la casa de mi amigo, cuando llego a ésta, toco el timbre y a los pocos segundos me abre Fer con una sonrisa.

-Bienvenida! ¿Por qué no avisas antes? Te hubiera ido a recoger al aeropuerto- dijo abrazándome.

- No hacía falta tranquilo.

Narra Gavi.
Eran las 10 de la mañana y me levanté escuchando unos gritos provenientes del piso de abajo, me había levantado hoy un poco más tarde porque Pedri y yo tenemos día libre. Bajé y me encontré a Fer y a Pedri discutiendo.

-Pero vamos a ver! Que hace un montón que no la ves que no sabes que intenciones tiene ni tampoco lo mal que nos puede venir, me parece fatal que no avisaras ni nos consultaras antes de meternos una piba en casa-dijo Pedri frustrado.

-Es mi amiga tío, y ha sufrido lo que no está escrito con ese cabrón, no podía dejarla en la calle, lo siento pero se queda.

-¿Se puede saber lo que está pasando?- intervine yo por primera vez en la conversación.

-Que mi hermano está loco y por su culpa dentro de unas horas llega una piba que conocemos de Tenerife a vivir a casa un tiempo.

-Una amiga que lo ha pasado muy mal con su ex novio y se ha tenido que mudar hasta de ciudad en la cual no tenía donde quedarse-corrigió Fer.

Yo estaba alucinando. Me acababa de levantar y de un momento a otro ya teníamos una mujer en casa, la verdad que mientras no la liara ni fuera una buscafamas, me daba un poco igual todo.

-Bueno... se le puede dar una oportunidad, digo, si Fer la conoce, es de fiar-dije yo interviniendo otra vez.

-GRACIAS, alguien que piensa- dijo Fer agradecido.

Pedri puso los ojos en blanco y se fue a la cocina.
La mañana pasó bastante rápido, hicimos de comer y Fer guardó una parte para... Aixa sí, creo que se llamaba así, para que cuando llegara comiera algo después del vuelo. Pedri había decidido darle una oportunidad a la idea, con la condición que a la primera vez que la liara, se iba, estuvimos de acuerdo.

Son ya las 14:40 de la tarde ya, cuando suena el timbre, Fer va a abrir, Pedri y yo estamos en el salón esperando las presentaciones, cuando se saludan, el hermano de mi amigo deja paso a una morena increíble, siento ser directo pero no me esperé estas vistas, la miré de arriba a abajo, llevaba unos vaqueros con una camiseta que se ajustaba a su figura y una chaqueta encima, hacía frío en Barcelona, se notaba que se acercaba el invierno.

Son ya las 14:40 de la tarde ya, cuando suena el timbre, Fer va a abrir, Pedri y yo estamos en el salón esperando las presentaciones, cuando se saludan, el hermano de mi amigo deja paso a una morena increíble, siento ser directo pero no me esperé ...

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Pedri la abrazó y saludó primero, ya que ellos se conocían, y después me acerqué yo.

-Gavi, encantado y debes ser Aixa ¿verdad?- dije dándole dos besos con una sonrisa.

-Sí, igualmente. Muchas gracias por aceptar que me quede, a los tres en serio, me hacéis un favor enorme-dijo quitándose la chaqueta y colgándola en el ropero.

Me fijé, tenía un morado en el brazo, como de un agarre, me pilló mirándolo y bajó la mirada intentando bajar todo lo posible la corta manga de la camiseta. Fer se dio cuenta y me miró mal. Mierda, soy tonto.
Pedri le ofreció subir con él para enseñarle la que sería su habitación, y Fer se acercó a mi.

-No la hagas sentir incómoda, ya contará ella lo que tenga que contar, si es que quiere hacerlo.

Yo me limité a asentir y me senté en el sillón del salón con el móvil.

Narra Pedri.
La ayudé a subir sus cosas, había cambiado, estaba... más mujer, preciosa para qué mentir, después de que Gavi se fijara en el morado de su brazo, sentí una mezcla entre rabia, intriga y necesidad de protegerla, y no me explicaba porqué. Ahora sí quería que se quedara en casa.

-Bueno y eso es todo, tienes un baño ahí para ti sola también, qué suerte tienes, yo lo comparto con el cozurro de mi hermano. - dije riendo a lo que ella se rió también.

- Gracias por todo en serio, sois un amor-dijo sonriéndome

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- Gracias por todo en serio, sois un amor-dijo sonriéndome.

Acto seguido, me despedí y bajé.
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Hola hola! Qué os ha aparecido el primer capítulo? Intentaré esta noche escribir otro!
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Superhéroe| Pablo Gavi +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora