Por suerte o por desgracia hoy era fin de semana y tenía que aprovechar a hacer todo lo que no había hecho en toda la semana.
Despertarme con toda clase de malestares se estaba volviendo una rutina, una muy cansada y desgastante. Parecía muerta viviente, con un par de ojeras como koala y mi tez pálida por lo débil que me tenían los vómitos matutinos y no me podía permitir un doctor al menos hasta el próximo pago, aunque tampoco consideraba que por un virus estomacal debía de pagar tanto dinero, ya para eso era mejor conseguir los remedios del libro de la abuela que tenía guardado en alguna parte de mi pequeño librero el cual aún no recordaba cómo llegó a mi mochila la última vez que la vi.
Estos dos días después de la cena fueron una mierda, y eso por no mencionar la parte horrible de ese día que me dejó llorando toda la madrugada hasta sacarme la última gota de líquido salado en mi rostro, Noah Thompson ni siquiera se tomó el detalle de dirigirme la palabra lo que restó de semana, pero no solo eso, como un maldito crío en rabieta dejó de enviarme los papeles que me hacían falta, tuve que romper mi orgullo e ir varias veces a suplicarle que me recibiera y me diera los malditos documentos.
Por alguna extraña razón después de ese beso comenzó a tratarme como si no existiera, y eso aparte de que me estaba moliendo por dentro me estaba afectando en el trabajo.
La gota que derramó el vaso y me hizo arrepentirme amargamente de aquella noche fue ayer en el elevador antes de ir a casa. Yo se cuan repugnante es para alguien como él compartir el aire con alguien como yo, pero cortarme la mirada y dejar que las puertas sellaran sin montar en el único elevador del edifico que estaba funcionando porque yo estaba dentro era algo mezquino. Claro, que eso tampoco justifica que haya dejado las huellas de mis zapatos por las paredes, porque de vez en cuando no puedo controlar mis ataques de ira.
El sábado entero se me fue haciendo cosas banales del hogar, aunque estar sola en la casa y que Max sea un perro tranquilo ayuda mucho a que no haya desorden.
Hablando del rey de Roma últimamente está todo el tiempo conmigo, nunca fue tan cariñoso, aunque en parte me gusta, eso solo significa que está olvidando a Max mi ex igual que yo.
Lástima que mi corazón se esté enfocando en alguien que no vale la pena y se mantenga roto y en mil pedazos, a veces pienso que soy masoquista y me gusta el dolor.
Mira, que no es la primera vez que me gusta alguien que no está a mi alcance. Antes del accidente que acabó con la vida de mis padres y mis abuelos, vivíamos una vida feliz y llena de lujos, papá se codeaba con la más alta cúpula de todo el Estado de la Florida y nuestra casa era gigante, y resulta que nuestro jardinero tenía un hijo que me gustaba, y sí, sé que una niña de 11 años no se enamora, pero yo tenía obsesión día y noche con él, sus ojos azules y su cabello negro eran definitivamente mi tipo.
Ironías, siempre los hombres con esas características me hacen sufrir, ya voy por 3 y de seguro contando.
Resulta que nos hicimos novios, aunque él tenía 5 años más y papá se enteró, él no era de los clasistas, o al menos eso pasé mi vida entera creyendo, porque cruelmente nos separó y no volví a saber más de él.
Pasé noches enteras maldiciendo mi suerte y mi principal culpa fue porque lo último que le dije a papá era que lo odiaba por haberme separado de Tomy.
A veces el destino es tan cruel y nos da unos golpes tan duros por una pequeña mala acción, aunque yo prefiero creer que el universo es un idiota que estaba girando en torno a los deseos erróneos de una niña de 11 años.
Maldito.
Por eso creo en él y por eso cada día veo las mierdas que me tiene preparadas en los signos astrológicos, porque por su culpa perdí a mis padres y a mis abuelos y tuve que vivir en la calle como perro, en refugios y en un orfanato pasando todo tipo de situaciones que una niña no merece pasar hasta que a los 17 fui a la Universidad por una beca un año antes de lo usual y a los 19 me gradué con honores y hubiese sido la mejor etapa de mi vida si no hubiese aparecido en ella Max.
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DCEO Y Constelaciones (Ya Disponible En Amazon)
RomanceEva es una chica linda y llena de secretos, pero rota por dentro ya que carga con la culpa de quitarles la vida a las personas que ama. Por cosas del destino encuentra un trabajo como secretaria del CEO de una de las empresas más grandes de New Yor...