Capítulo 5.

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─ ¿Dan-ssi?

La particular voz ronca de despertar resonó a sus espaldas. Una pequeña corriente recorrió su columna vertebral y su rostro se adornó de rojo.

¿Qué hacía él allí? Se regañó mentalmente de la estupidez que pensó, esa era la casa donde vivían y era claro que podía estar en ese lugar o en cualquier otro.

─Buenos días. -saludo, sin atreverse a verle el rostro.

Seguro tenía una sonría lobuna, pensando en que decirle para abochornarlo más de lo que estaba y podía soportar de momento. Muy contrario a la realidad.

─Buenos días... -respondió, su tono denotaba su confusión. Era muy temprano y ya tenía que procesar tantas cosas, preocuparse por el apetito del castaño era una de ellas. ─ ¿Dan-ssi? ¿Por qué cocinas? ¿Tienes hambre? -con pasos apresurados llego a su lado.

Siendo recibido por un diminuto empujón para nada fuerte, pero que lo tomo con la guardia baja.

─Hoy lo haré yo. -expreso con determinación, su ceño fruncido y un intenso brillo en sus ojos.

¿Su lobo había aparecido?, eso, dejo boquiabierto al Alfa.

Las pequeñas manos lo tomaron, llevándolo a sentarse en la mesa donde ambos compartían sus comidas matutinas y demás. El Alfa quedó enmudecido, viéndolo regresar a donde estaba antes.

Era la primera vez que el Omega se levantaba tan temprano, lo más probable es que tuviese hambre, le daba pena llamarlo y ahora quería terminar de desayuno por esa misma razón. Ese pensamiento conmovió al de cabellera oscura, tapando su boca con su mano, la ternura se reflejó en sus ojos, lo vio moverse audazmente por toda la cocina.

Sin duda, era una buena persona. Tan tímida y vulnerable, pero ciertamente fuerte de mentalidad.

Se abstuvo de interrumpirlo para que él mismo terminar el desayuno, Dan parecía muy concentrado y le daba pena cesar la felicidad del mayor. Además, debía admitir que olía exquisito y le daba curiosidad.

Sin saber que más hacer, se dispuso a colocar y ordenar todo en la mesa para comer. Todo bajo la estricta y penetrante mirada del castaño, quien recalcó no hacer más nada que eso.

Este último jadeo, vaya que le había dado un susto su repentina aparición.

Desde hace tres días, tenía planeado darle una sorpresa a Dooshik y devolverle la gratitud con un buen desayuno, amaba cocinar y tenía muchos conocimientos, así que no debía ser tan complicado complacer el gusto del otro. Al fin y al cabo, ¿No era mejor una comida sincera en vez de comprada? No sería el mejor, pero daba el intento.

Con eso en mente, sirvió con esmero el desayuno.

Tenía tiempo sin cocinarle a alguien, bueno, no recordaba haber cocinado a alguien más que no sea a su abuela. Aunque, si lo pensaba bien, ¿No le habría cocinado antes de perder la memoria?

De ser así, tenía altas expectativas de su comida y del nivel de agrado para el Alfa.

Ambos se sentaron, viendo detalladamente la comida. Siendo habitual en las comidas del día, el arroz con kimchi como platillo principal. Sumando a esto, pescado a la plancha, gimbap y bibimbap.

Este último fue captado rápidamente por el Alfa, tenía buena pinta y un aroma delicioso. Apetecible a simple vista.

Dooshik vio a Dan, quien solo asintió mirándolo fijamente.

Con los palillos tomo parte del alimento para después llevárselo a la boca, sus papilas gustativas agradecieron el sabor divino que este tenía. No espero que fuese tan espléndido cocinando, demasiado bueno para creerlo, demasiado bueno como para que él lo estuviese probando.

Soy más que mis cicatrices.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora