Mordida del Juicio Final || ChanSoo [Terminada]

8-Celos

Luego de la confesión sobre sus sentimientos Kyungsoo sentía que tenía un peso menos sobre los hombros, realizaba las tareas de vigilancia con Chanyeol a su lado. Algunas veces se escapaban un par de horas para pasear por los desolados callejones, y aunque no fuesen las citas más habituales del mundo pues en vez de flores había sangre en el suelo, antes que un tranquilo picnic, hacían competencia de quien mataba más obscures, pero para él resultaba en el evento más espectacular del mundo.

Conocer sobre la infancia del alto, sus sueños o lo que le hubiera gustado estudiar al llegar a la universidad. Todo era perfecto y en muchas ocasiones llegaba a olvidar si quiera la condición del mundo en el cual se encontraba viviendo. Era una tontería, pero mientras estuviera junto a Chanyeol no le interesaba demasiado qué condiciones adversas hicieran de todo el viaje una aventura.

—Hay una omega que entrara en celo pronto. — Kyungsoo miró de reojo a algunas chicas que hablaban animadamente a pocos metros de él, Chanyeol estaba haciendo la fila para obtener su ración de comida diaria.

—Si pudieras elegir entre todos los alfa...— La atención del omega paso de la sonrisa torpe de Chanyeol a las mujeres que se sonrojaban mirando hacia la fila, algo no le estaba gustando para nada. — ¿A quién elegirías de todos ellos?

—La verdad—, respondió una mujer muy hermosa de cabello rojo—, me fascinaría cortejar a Chanyeol... es mi tipo ideal.

—¡Cierto!

—Es hermoso.

—Todo un adonis.

—Esos músculos son de muerte.

—Dios, y sus manos...

—Lo mejor es su voz.

Las venas en la frente de Kyungsoo no tardaron en marcarse, las mujeres ni siquiera disimulaban su interés y eso le hacía hervir más la sangre pues estaban hablando de SU ALFA, nadie tendría porque desearlo más que él mismo.

—¡Soosie! — La voz gruesa, masculina y dominante de Chanyeol le hizo saltar en el asiento. Al mirar hacia su costado le vio con dos charolas de comida. Su sonrisa calmo cualquier tipo de malestar.

—Yeol...

Kyungsoo no era tonto, sabía que las personas estaban curiosas respecto a la relación que los dos mantenían, así que tomando ventaja de ello no tardo en levantarse del asiento dejar la comida en la mesa y jalar del cuello al más alto.

Desde ese primer beso lo había sabido, se había vuelto adicto a la dulzura de su alfa la cual parecía incrementar con cada segundo que permanecían juntos. Chanyeol sorprendido por las acciones del omega mantuvo abiertos los ojos hasta que al sentir la lengua del bajo explorar en su boca no pudo evitar atraerlo a su cuerpo.

El vitoreo de los presentes resonó con alegría en el sitio, no era para menos pues el temible y solitario omega Do Kyungsoo estaba pegado como chicle al tímido, pero confiable Park Chanyeol.

La mano de Chanyeol viajo hasta la nuca del omega, con la punta de sus dedos rozo la zona, extasiado por la suavidad y probablemente llevándose de sus instintos primarios le tomo posesivamente de la cadera. Kyungsoo saltó hacia sus brazos, la posición solo provoco una euforia mayor en los presentes.

—¡Vayan al cuarto! —, gritó Junmyeon con un megáfono desde la esquina de la zona de comidas.

Kyungsoo un poco tímido rompió el beso y escondió el rostro en el pecho de Chanyeol, el alfa por su parte sintiendo su ego crecer hasta las nubes lo apretó con mayor fuerza mientras caminaba a través de sus demás compañeros.

—¿Por qué? —, cuestionó Chanyeol tan pronto salieron del lugar quedando por fin solos.

—Yo... solo...

—¿Solo?

—Sentí ganas de hacerlo.

—¿Seguro de que fue solo eso?

El omega se mantuvo en silencio por unos minutos, suficiente tiempo para que Chanyeol tomara la iniciativa de volver a la habitación de los dos. Kyungsoo aferrado al gran cuerpo de su alfa como si se tratará de un Koala, mientras este parecía no sentir siquiera los más de 60 kilos de peso del bajito.

—La verdad...

—¿La verdad? —, presionó Chanyeol mientras abría la puerta con afán. Su cuerpo estaba demasiado caliente, y sabía que no era producto de simplemente la emoción del momento.

—Tenía celos.

—¿Celos? —, exclamó Chanyeol cuando coloco un pie dentro de la habitación, las luces se encendieron y la cama le hizo ojos para que la usara—, ¿por qué? Es decir... no deberías estar celoso. ¿Celoso?

—¡Sí, carajo! Estaba celoso de que todas esas omegas te vieran como un maldito caramelo, eres mi alfa, eres mi novio... o en eso habíamos quedado al besarnos. Eres mi pareja destinada, mío y solo mío.

—¿Te sientes inseguro?

Fue la respuesta de Chanyeol ante las palabras de Kyungsoo, el omega no respondió, pero si jadeo en sorpresa cuando sintió su espalda tocar la suave cama y como el peso del alto quedaba sobre su cuerpo. Sus miradas se unieron, la vergüenza le inundo cada rincón de su ser. Él mismo era incapaz de reconocerse, jamás había sido posesivo y sabía que a muchos alfas les molestaba eso.

Igual le importaba una mierda lo que las personas pensarán de él... pero si le afectaba lo que Chanyeol estuviera considerando de su relación. Claro que se sentía inseguro.

—Lo estoy, eres maravilloso... yo soy muy corriente, no soy delicado, no soy bien hablado y mucho menos bien portado. En mis tiempos libres me gusta patear traseros, soy uno de los mejores asesinos de obscure, no sé cómo calmar a un alfa, aunque me sé defender. Odio realizar tareas domésticas. Tampoco me gusta hablar pequeñito, soy un hombre omega...

—Un hombre perfecto para mí. Eres maravilloso, eres fuerte, me fascina escucharte mandar al diablo a todos cuando se lo merecen, porque esa es otra característica tuya. Eres justo, no trataras mal a quien no te ha hecho daño. Eres pulcro, inteligente, educado. Me encanta escucharte hablar de tus historias en la preparatoria y de cómo castigabas a abusones, me enamora ver tus ojos de satisfacción cuando terminas con un monstruo... además cocinas como un dios y soy feliz que lo hagas solo para mí. Puedes ser posesivo conmigo... reclámame como tuyo, pues yo deseo hacerlo contigo. ¿Me lo permites?

—Eres...

Kyungsoo abulto los labios, ladeo la cabeza mostrando su cuello en señal de sumisión. No tenía por qué temerle a Chanyeol, además que estaría orgulloso de mostrarle a todos que los dientes de su alfa estaban clavados en su cuello, el de nadie más. Además, sobre todas las cosas sabía que Chanyeol... era su todo.

—¿Soy?

—Mi alfa... muérdeme.