6. Bienvenido al infierno

1K 109 28
                                    

El sonido de las llaves en la perilla de la puerta, lo despertó inmediatamente. Nunew siempre tuvo el sueño ligero y despertó alterado al oír el ruido en la puerta.

- Levántate, prepárame algo de comer -la voz de Zee se oyó desde fuera, pero no era una voz normal, se oía cansado.

Nunew notó que ya era de día. ¿Acababa de llegar Zee, luego que salió en la noche? Nunew prefirió no molestarse con tantas preguntas y se dispuso a asearse para hacer lo que le habían dicho. Durante la noche pensó que lo mejor sería llevar la fiesta en paz y ser paciente hasta que ese cruel hombre decida dejar de tratarlo como su esclavo personal. Además se había dado cuenta que Zee era de las personas que no aceptaban un "no" como respuesta y era mejor obedecer antes que probar lo que se sentía no hacerlo.

Después de una ducha y aseo personal, el muchacho estaba listo para dirigirse a la cocina. En el camino pudo oler una mezcla de alcohol y cigarro impregnados en todo el corredor de las habitaciones. Era más que seguro que el grato ambiente se lo debía a Zee y su salida nocturna. Nunew suspiró profundamente. Esta iba a ser su nueva vida. Una vida al lado de un hombre que más parecía una bestia salvaje que un ser humano.

Pesadamente, el joven muchacho continuó su camino hasta la cocina. No demoró mucho para que pudiera preparar algo decente que comer con los pocos ingredientes que encontró en la despensa.

Media hora después, Zee hizo su ingreso perfectamente ataviado en su traje negro habitual, el rostro recién afeitado y el cabello pulcramente peinado. Era una vista muy diferente al Zee que Nunew había conocido en Boston. Esto lo dejó de alguna manera maravillado.

- Tome, esto le hará bien -ofreció amablemente el muchacho mientras colocaba un vaso con un extraño líquido frente a Zee.

- ¿Qué rayos es esto? -preguntó Zee levantando el vaso y revisando su contenido.

- Es una medicina casera que preparaba para mis amigos cuando bebían de más -respondió calmadamente Nunew.

- ¿Yo te pedí esto? -La voz de Zee era severa.

- No, pero como recién llegó y....

- ¡Entonces por qué demonios me das estas cosas! ¡Llévate esto! - Zee tiró la bebida al piso rompiendo el vaso y derramando el líquido en el camino.

Nunew quedó sorprendido o más como en estado de shock. Su cuerpo empezó a temblar.

- ¿Ahora te vas a poner a llorar?, ¿qué no estás grandecito ya para eso? ¡No vayas a lloriquear mocoso o te va ir peor! -amenazó Zee al tembloroso muchacho.

Nunew permanecía de pie congelado asustado de lo que Zee podría hacerle en el estado actual en el que se encontraba.

- ¡Qué haces ahí parado! Limpia eso y tráeme algo de comer. -ordenó Zee a lo que Nunew obedeció inmediatamente.

Quince minutos más tarde y Nunew se vio solo, abandonado y encerrado en ese enorme y solitario departamento. El departamento de Zee era muy frío y tenebroso para el gusto del muchacho.

¿Qué sería de su vida de ahora en adelante? ¿Todos los días serían así? ¿Tendría que pasar los próximos dos años encerrado, viviendo solo consigo mismo? Estos pensamientos lo invadían y lo asustaban.

Nunew tomó el teléfono que estaba en la sala tratando de hacer una llamada a larga distancia pero las líneas habían sido cortadas. Tampoco podía realizar llamadas de su teléfono celular.

Era un prisionero.




The beastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora