único

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Sunghoon estaba bastante ilusionado. 

Era 21 de septiembre, un día en el cual se suelen regalar flores amarillas, más que nada entre parejas o gente que desea cortejar al destinatario de la flora. 
El castaño de lentes nunca en su vida creyó recibir unas, y por esa creencia ya llevaba un tiempo desde que en este tipo de fechas se quedaba en su departamento a pasar sus penas comiendo helado mientras miraba películas románticas, para así, recordarse a sí mismo lo solo que está. Pero hoy, Sunghoon quiso cambiar su mentalidad. 

Se vistió con sus mejores prendas, adornó su cabello con pequeños broches para evitar que su flequillo caiga en su rostro e incluso se colocó rubor, gloss y rizó sus pestañas para resaltar sus ojos de ciervo. 

En su transcurso a la secundaria, estiraba sus medias finas con ansiedad y se miraba en su pequeño espejo circular, retocando ya sea su cabello u maquillaje. Su intuición le decía que valía la pena lucirse, a pesar de no saber la razón. Muchas veces recibió comentarios de su belleza, que sus lentes le daban un toque tierno junto con sus abultadas y rosas mejillas, pero todos eran de chicas y chicos que no le interesaban, él quería a Shim Jaeyun. 

 Shim Jaeyun era el capitán del equipo de baloncesto, portador del número "01" que protagonizaba un montón de carteles a la hora de los campeonatos. Tenía el cabello ondulado de color negro, ojos verdosos y una reluciente sonrisa; por su deporte, era un poco más alto que él, por lo que algunas veces y por culpa de su enamoramiento, se imaginaba a si mismo abrazando el delgado cuerpo del chico y poniéndose de puntillas para besar su frente. Este chico venía siendo su interés romántico desde el comienzo del ciclo escolar hasta el presente, podría decirse que ya habían pasado dos años desde que busca llamar la atención de Jake, pero no lograba tener éxito, o eso pensaba él. 

Se bajó del transporte público, arreglando su ropa para que no tenga una apariencia arrugada. Al llegar a la secundaria, ya pudo observar a cientos de personas otorgar las famosas flores amarillas a otras, viéndose bastante felices por las reacciones positivas que recibían. 

Sonrió enternecido por toda la escena, ya esperaba poder ser protagonista de algo así. Y digamos que no estaba lejos de experimentarlo. 

Caminó por el amplio pasillo del establecimiento hasta su casillero, guardando su lonche del día que consistía en brownies y unas frutillas apartadas. Sin dudas esas eran sus frutas favoritas, pero tan solo su círculo cercano de amigos lo sabía, compuesto por: Sunoo, Leehan y Harua, que eran un curso mayor al suyo. Gracias a esto, su diferencia de horario afectaba bastante las veces en las que podían verse, pero siempre buscaban algún fin de semana para contar desgracias ajenas y comer cosas chatarra. 

Aprovechó que faltaba como media hora para el comienzo de su clase de literatura y fue a sentarse a unos bancos que se encontraban afuera, donde se hallaban algunas de las parejas ya mencionadas dándose un poquito de cariño. Él, por su lado, estaba solo, revisando algunos de sus apuntes y optando por simplemente irse a leer algún libro de la biblioteca. 

Cuando se levantó del asiento y estuvo por marcharse, chocó contra un fornido pecho que lo descolocó notablemente, levemente mirando hacia arriba, confundido. Se llevó una sorpresa al encontrar a Shim Jaeyun, el dueño de su corazón, observándolo atentamente con sus ojos verdosos de ensueño, una sonrisa y... Un ramo de flores amarillas detrás de su espalda. 

—Hola, Sunghoonie —Lo saludó—, ¿estás ocupado? —preguntó, formando una línea con sus labios. 

—Hola, Jakey, si se trata de ti nunca estoy ocupado... Eh- ¡Quiero decir! ¡No! N-no estoy haciendo nada, Jakey-hyung —Sacudió sus manos y le otorgó una sonrisa torcida al de cabellos negros, quedando sonrojado y completamente avergonzado por su comportamiento. Sin embargo, Shim simplemente se rió levemente de su torpeza, enternecido por el menor. 

flores amarillas ★ jakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora