1. Regreso

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25 de agosto

El sol se asoma por el este dando inicio a un día soleado, mientras se llega la hora exacta tecleo en mi laptop que tengo en mi escritorio de mi dormitorio, añado un par de letras al capítulo que estoy editando. Reviso con sumo cuidado cada puntuación, ortografía y demás cosas que se deben de checar en un texto.

Sonrió con ánimo al saber que lo tendré listo más pronto de lo que pensé, por fin podré actualizar de nuevo.

En mi teléfono suena una alarma que doy por hecho que tengo que bajar al comedor, es hora de irnos al instituto. Tomo mi mochila para ir al comedor y tomar un desayuno rápido.

Escucho murmullos provenientes del comedor, disminuyó el paso volviéndolo lento, tomo un respiro hondo y me armo con un poco de valor antes de pisar el umbral del cuarto.

Los veo desayunando, me da felicidad verlos de nuevo.

Al parecer notan mi presencia ya que voltean y posan sus ojos encima de mi, me siento un poco incómoda pero trato de sonreír.

—Hola mi vida, buenos días. Siéntate a desayunar con nosotros —me ánima mamá.

Camino llegando a una de las sillas vacías a su lado.

—¿Cómo dormiste hija? —es la voz de papá.

—Buenos días —saludo—. He dormido bien, extrañaba mi recámara.

Hay un plato en frente de mi, tiene fruta picada y un vaso de jugo. Agarró el tenedor para empezar a comer lo que hay.

—¿Estás lista para regresar a clases?

Me pongo rígida ante la pregunta, creo que ya se habían tardado en hacerlo. Me quedo callada por un momento procesando en que decirle.

—Si —es una respuesta seca más de lo que imaginé.

Veo en los rostros de mis padres la angustia.

—Todo irá bien —toma mi mano para acariciarla—. Además es tu último año de instituto, el próximo estarás en unas de las mejores universidades.

Y seguro que será el año más largo que he podido imaginar.

No quiero pensar en la universidad, no estoy soportando regresar a mi antigua preparatoria y ya están pensando en la universidad que no se aún que es lo que de verdad quiero.

—No hay que presionarla, todavía hay tiempo para que piense lo que quiere ser —papá sale a defenderme, lo agradezco—. Mejor desayunemos que se nos hará tarde.

Ojalá se haga tarde y no alcance a entrar.

Bebo un poco de jugo para terminar de comer.

Mi padre va en un traje, escuche que tendría una junta importante hoy sobre un nuevo proyecto de producción. Mi madre tiene que ir a su agencia como siempre, mi mamá era una modelo reconocida hace tres años se retiró solo para dedicarse a su agencia que va de modelos y marcas; sin embargo mi papá aún sigue en lo suyo, ser productor y director de cinematografía. Es lo que le apasiona hacer.

Bueno es un poco de mi vida, de la vida de mis padres. Mi mamá piensa que seguiré sus pasos en el modelaje pero no lo quiero, además de ser una chica de estatura muy bajita y no tener el aspecto de una. Yo sueño con cosas totalmente diferentes a lo que se dedican.

—¿Has terminado? —miro la poca fruta que queda.

—Lo he hecho —asiento levantándome—. Iré a la habitación por mi mochila.

—No te tardes o llegaremos tarde —grita mi padre detrás de mis espaldas.

Subo cada peldaño con delicadeza, no tengo apuros y tampoco es como si me emocionara regresar a clases presenciales. Estaba mucho mejor en Canadá y no aquí.

Yo también quiero mi final feliz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora