Después de dos hermosos años de relación, entre inseguridades y gritos, Damian y Ofelia decidieron que era su final.
Y ahora los dos estaban en sus habitaciones. Damian no podía dormir, no sacaba de su mente el calor de Ofelia. Ambos tenían insomnio y para poder dormir ella siempre iba a la habitación de Damian para tener su protección durante la noche, con sus brazos rodeando su cintura y teniendo su espalda en su pecho. Damian la esperaba, pero sabía que no llegaría. Su mente solamente pensaba en los recuerdos que habían tenido juntos, en cómo se fundían en el calor del otro, y como en sus días más fríos caían lágrimas como cataratas por sus mejillas.
Damian extrañaba sus abrazos, sus caricias, sus besos y no estaba dispuesto a perderla por una relación fallida, él había planeado una vida junto a ella, especificó cada detalle en su mente.
Ambos ya no dormían cada noche en la misma cama así que no fue algo fácil para él sentir el vacío del otro lado de la cama.
Damian fue a su habitación con el corazón en sus manos, y sin hacer ruido tocó a tu puerta, y le dijo:
-Ofe, ¿puedo entrar por favor?- Su voz salía igual de fino que un hilo, el nudo de la garganta intentaba ahogarlo.
Para sorpresa de ambos Ofelia abrió la puerta, sus ojos estaban rojos e hinchados por el golpe de la separación.
Damian entra a su habitación, la cual está llena de soledad, la cama estaba deshecha, y ropa y papeles hechos bollo estaban sobre el piso. Él va a su lado y la abraza fundiendo sus cuerpos y de alguna manera buscando algún remedio para su gran dolor ella solo abraza a Damian con más fuerza, atrayendo más, porque sabe que lo necesita, aún sus tacto es el motor que hace su cuerpo funcionar. De sus ojos corre la nostalgia en forma de lágrimas saladas.
-Ofe,no me imagino la vida sin ti, no puedo, yo te amo con toda mi alma- dijo Damian con los ojos llenos de lágrimas que no estaban permitidas correr libremente, pero no sabía cuánto más podía soportarlo.
Ofelia no puede decir nada, la tristeza le robo la voz, solo puede mirar los ojos de su ex amante.
-Debes irte...- Su voz salió débil, su garganta ejercía presión para callarla.
-No por favor-Rogó Damian- solo quédate conmigo esta noche, no puedes hacer esto.
Damian está totalmente desesperado y quiere que Ofelia se quede con él y no lo deje así, solo le pide una noche más con ella... solo una noche más. Damian realmente le está entregando su corazón, permitiendo que este sea destruido por sus significantes palabras.
-Por favor, Damian, esto ya es lo suficientemente doloroso- Era inefable la ansiedad que Ofelia tenía de fundir sus labios con los suyos, pero sabía que no debía hacerlo.
-Por favor Ofelia, no puedes decirme eso, esto te esta haciendo daño también y yo no lo soporto, solo quiero que estemos juntos y que seamos felices, que pasemos una noche como cuando éramos felices.
Damian tiene que hacer todo lo posible para que Ofelia se quede con él, pero ella está decidida en no hacerlo, eso solo los rompería más y los sumergirá en un pozo oscuro.
-Demostramos hacernos el efecto contrario a la felicidad, demostramos que las peleas son más importantes que el otro, demostramos no poder estar juntos sin dañar al otro.
-Sí, tenemos ciertas diferencias que nos alejan y nos ponen en discusión muchas veces, pero sin duda, también pasamos momentos que ambos disfrutamos y recordamos con mucho cariño.
Damian sabe que ella no es una mala pareja, y que tiene un buen corazón, pero los dos están pasando un mal momento. Por lo cual, Damian le pide al menos una última noche con ella.
-No vas a dejar a tu familia, tu apellido y tu poder solo por mi, no es justo y lo sabes, y yo lo acepto.
-Si Ofe... Lo sé, pero lo único que quiero en este momento es pasar una noche contigo, te pido un último momento juntos.
