Capítulo 56.

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Martina me espera sentada en la mesa del bar donde hemos quedado para cenar. Yo entro en el local y camino hacia ella. Se levanta y nos damos un fuerte abrazo. Después nos sentamos sin decir nada, nos miramos y la sonrío débilmente.

-¿Cómo estás?-me pregunta ella.

-He estado mejor, sinceramente. Caleb ha intentado hablar conmigo hoy pero no he cedido.

-Mejor, no deberías escucharle y deberías de irte de su casa en cuanto puedas, si no quieres volver a casa de tus tíos, deberías de buscar una habitación donde alojarte al menos.

-Lo sé, ya sé que debería, pero pienso que no tengo fuerzas todavía como para dejarle, le quiero demasiado y una parte de mí aún quiere quedarse en esa casa.

-¿Qué más necesitas para comprender que no te hace bien y que tienes que dejarle ir?-me pregunta Martina.

-Supongo que con todo lo que ha pasado debería ser suficiente, pero en el fondo sé que no es tan fácil abrir los ojos cuando amas tanto a alguien.

-Si sigues así, vas a acabar mal, te lo llevo advirtiendo un tiempo ya, espero que te des cuenta antes sinceramente.

El camarero nos trae el sushi que hemos pedido para cenar y ambas empezamos a probar las piezas de los platos. Martina me cuenta lo bien que la va con Diego y que están empezando a mirar nuevas casas para mudarse. Quieren una casa más grande, porque están pensando en buscar un hijo para el año que viene. Me alegro por ellos, de corazón, incluso les envidio sanamente de que sean una pareja tan unida y tan fuerte. A veces me gustaría tener con Caleb algo como lo que tienen ellos, pero es imposible, eso es lo único que se, Caleb jamás se ataría conmigo de la forma en la que Diego y Martina comparten su vida.

Caleb no está preparado para el tipo de relación que yo quiero con él y tengo que respetarlo. Por mucho que me duela.

-Me alegro tanto de que tengáis esos planes de futuro, cualquier día de estos se presenta en casa con un anillo y te pide matrimonio-la digo.

-¿En casa? Querida, por su bien ya le vale que sea épico y especial. Si quiere que me case con el, ya se lo puede currar-dice vacilando.

Ambas nos echamos a reír ante el comentario de Martina sobre la pedida de mano. Lo dice en broma, pero en el fondo sé que la encantaría que fuese de una manera especial y bonita. También es lo que se merece, una pedida a su altura.

Paganos la cuenta y salimos del bar. Diego ha venido a buscar a Martina en coche y me han dicho que me llevarían a casa para que no tuviese que irme sola.

Montamos al coche. Martina de copiloto y yo en la parte de atrás. Me abrocho el cinturón mientras que saludo a Diego.

-¿Qué tal lo habéis pasado chicas?-nos pregunta.

-Pues genial amor, tendrías que haber probado el sushi, estaba delicioso-dice Martina.

-Todo genial, como siempre. ¿Tú cómo estás?-le pregunto yo a Diego.

-Bien, ya sabes que yo siempre estoy bien, estoy tranquilo últimamente, parece que todo va saliendo bien-dice.

Mientras que el coche avanza por la autopista nosotros tres cantamos la música que suena en la radio.

"Another Love"

Es una gran canción, habla de cómo una persona ha sido lastimada y engañada en su pasado y, aunque ahora trata de expresar su amor por alguien nuevo, toda su energía emocional se ha agotado.

Parece que estuviera hablando de mí o de Caleb la canción. De cómo la energía emocional se nos ha agotado, de cómo yo sufrí por mi antiguo amor y lo que me costó aceptar que pudiese amar de nuevo, sobretodo de una manera más fuerte. Y de cómo Caleb después de haber perdido a sus padres y no conocer otro tipo de amor, tuvo que conocer y aceptar el amor de pareja cuando me conoció. De cómo el, en su fondo quiere amarme pero su corazón, su cabeza y el mismo no se lo permite. De todo lo que le gusto y de lo que le gustaría hacer por mi.

Sé que para él no es fácil toda esta situación, pero para mí tampoco y su actitud de mierda no ayuda para nada.

Mientras que la canción sigue sonando, yo comprendo que de los dos amores que he tenido en esta vida, he salido herida de ambos. Y de que me he enamorado más del último, pero que las heridas del primero no me han dejado ser totalmente quien yo soy.

Analizar esta canción mientras conduzco me está haciendo el viaje más ameno.

-Hemos llegado reina-dice Diego.

-Gracias chicos, avisadme cuando lleguéis a casa. Os quiero-digo bajando del coche.

-¡Te queremos!-dicen los dos a la vez por la ventanilla bajada mientras que el coche vuelve a arrancar.

Un golpe de suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora