No es de la manada-Enid Sinclair x Tn

8-Un nuevo miembro en la familia

Enid estaba esos días apagada, de no lograr dar con una solución al problema tendría que abandonar la relación pues Tn le había dejado en claro que no iba a permitir que echasen de la manada a la joven. Miércoles veía toda la situación con cierto agotamiento pues Enid empezaba a mostrarse no tan colorida. A pesar de que este tipo de sentimiento le gustaba, el sufrimiento, ver a su amiga así le provocaba cierto malestar que no le permitía escribir así que fue a hablar con sus padres. También debía llamarlos porque así lo acordó.

―Vaya, es una situación...extraña―dijo su madre―¿Tn es fuerte?.

―Si, bueno, emocionalmente no, simplemente puede aumentar su tamaño o encogerse―respondió la gótica―sería una buena mascota.

―Oh cariño, Nevermore te ha cambiado. Solo mírate, preocupada por tu amiga―comentó su madre con esa sonrisa.

―No me preocupa...es solo que me molesta que este así porque ahora pasa mucho más tiempo en la habitación y es una constante molestia hacia mi persona.

Morticia estuvo pensando durante unos segundos, su hija conocía esa mirada.

―¿Tienes un plan verdad?

―Puede, ya sabes como soy

―Si, demasiado bien

―Mi querida tormenta...te ayudaré

―No te he pedido ayuda, solamente he hecho esta llamada porque así lo acordamos

―Igualmente, es el deber de una madre echar una mano a su hija

―Para echar manos ya está Cosa.

La mujer esbozó una sonrisa y luego se despidió de su hija.

Tn estaba con sus amigos, y aunque hacia como que todo estaba bien, en su interior estaba triste pues veía que su futuro junto a Enid se iba a terminar. Durante las clases, los ojos de ambos se cruzaban y aunque sonreían, era una sonrisa triste. Era como sonreír por última vez como pareja antes de que todo se fuera a una amistad y ser hermanos.

Aquella tarde Tn salió a caminar cerca del bosque cuando se topó con Enid.

―Enid―dijo sorprendido.

―He salido a caminar un poco...a despejar la mente...ya sabes...

―Si...yo igual...

―Bueno, nos vemos luego.

Al intentar pasar por su lado este la tomó del brazo y la levantó para llevarla hasta él y besarla con tanta dulzura que cayeron al suelo. Enid se separó entre lágrimas.

―No podemos...no quiero ser expulsada o que te echen a ti...eso no...

Tn le acarició la mejilla antes de besarla. La loba se perdió en los besos del chico, había echado tanto de menos sus besos que correspondió pronto con esa pasión encendiendo de nuevo la llama de su amor.

―Te quiero Enid...te quiero mucho...―susurraba mientras la besaba y acariciaba sus mejillas y pelo.

―Y yo a ti...yo...también...―lloraba la joven.

Al regresar, se tuvieron que separar para ir a los dormitorios. Enid entró y aunque estaba algo mejor por la lluvia de besos, de nuevo estaba triste.

―Enid, tengo una sorpresa para ti―dijo Miércoles.

―¿Qué es?

―Ya lo descubrirás pronto

―Vale.