Se queda atento mirándolos, su corazón late deprisa porque ninguno se dice nada, solo se miran atentos, recreándose en el rostro del contrario después de tantos años sin verse.
- ¿Qué haces aquí? – Pregunta por fin el mayor.
- He venido a felicitar a mi sobrino – Le dice simple.
- No deberías venir, no eres bienvenido y lo sabes – Gruñe apretando los puños.
- Sólo hago de mi papel de tío – Se encoge de hombros – No le voy a hacer nada malo, sigo sin ser yo el malvado de este cuento.
- ¿Otra vez me lo echarás en cara? – Mueve sus brazos, incrédulo – Supéralo.
- Me dejaste sin darme ninguna explicación, hermano – Responde apretando la mandíbula – Apareciste del brazo de otro hombro, dejándome con el corazón roto.
Las sospechas de Yoongi se confirman en ese momento, llevándose las manos al pecho en un intento de que duela un poco menos.
- ¡Fue lo mejor! – Grita histérico – No podíamos estar juntos y lo sabes.
- Eso no te importó durante más de treinta malditos años – Bufa Taehyung.
Yoongi cree firmemente que su corazón se acaba de romper, su padre y su amado mantuvieron una relación tan larga sin saberlo nadie, ambos estaban enamorados el uno del otro.
- Somos hermanos, está mal – El labio inferior le tiembla – Nunca debimos.
- Mientras gemías mi nombre por todo el bosque jamás te preocupaste de que fuésemos hermanos – Rueda los ojos – Te follé tantas veces que lo raro es que jamás tuviésemos un hijo juntos.
El menor ve como los ojos de su padre se empañan, las lágrimas llegan a sus preciosos orbes raudas, también ve cómo el rostro de su tío, obtiene una mueca de dolor al verle así.
- Sí lo íbamos a tener – Confiesa con voz rota – Lo perdí a la vez que la muerte de nuestros padres, me afectó demasiado.
Conforme la lágrima cae, la mano de Taehyung se dirige a su vientre, acariciándolo con dulzura, sus bonitos orbes esmeraldas brillando con profunda tristeza, ambos en silencio, sin tener en cuenta el delicado corazón al que están destrozando.
- ¿Íbamos a ser padres? – Pregunta casi en un susurro – Llevabas en tu vientre un hijo mío.
- Lo siento realmente, Taehyung – Solloza, cerrando los ojos.
- Jinnie... - Susurra, llevando su otra mano al rostro del mayor.
El pelinegro niega con la cabeza con tanta rapidez al ver cómo su tío se acerca peligrosamente al rostro de su padre que su corona cae irremediablemente, alertándolos a los dos que se separan corriendo, pero no ven más que al objeto rodar hasta ellos, porque Yoongi ha salido disparado.
Le duele el pecho a rabiar, sus ojos pican y siente sus mejillas húmedas, el hombre que ama sigue teniendo sentimientos por su primer amor, lo ha tenido demasiado cristalino.
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Taehyung da vueltas alrededor de su trono, lleva más de 20 días sin recibir una triste visita de su mocoso acosador, no sabía cuánto le gustaba su presencia hasta que dejó de ir.
Sabe que los ha visto en esa situación, seguro que le odia por que su padre ha estado a punto de traicionar a su otro padre, pero no podía resistirse, tener a su hermano delante, tan frágil y después de confesarle eso, reavivó un poco los sentimientos que para su desgracia siguen estando ahí.
Es la primera vez en tantos años que Yoongi no va seguido, todos los días independientemente de la hora va un rato a sentarse en su regazo y pedirle que le cuente algo.
En realidad, es sencillo, con un simple movimiento de manos puede hacer que aparezca delante de él, pero si no va, será por algo.
Siente un latido traicionero en su corazón cuando las puertas se abren y su bonito menor aparece por ellas, aunque en sus felinos orbes no hay más que vacío, desprende un aura de tristeza que remueve su interior.
- Yoongi – Dice casi con nostalgia, andando hacia él.
- Vengo a decirte que no volveré más – Su cabeza está agachada, no se siente capaz de mirarle – No voy a molestarte durante más tiempo.
- Cómo veas conveniente – Suelta simple.
Se acaba de dar un golpe mental por decir eso, le gusta su compañía y no quiere que deje de ir a visitarle, no entiende ni un poco por qué ha tenido que soltar algo así.
- Adiós, tío Taehyung – Su nombre lo pronuncia con la voz rota, dándose la vuelta para marcharse.
El menor piensa que debe mantenerse fuerte al menos hasta que se marche de su vista, le ha costado mucho tomar esa decisión, pero es lo mejor, no puede estar enamorado de alguien que ama a su padre.
Aunque su corazón casi se sale de su pecho cuando es rodeado por los brazos de Taehyung, sintiendo su barbilla posarse en su cabeza, cerrando los ojos, disfrutando de ese abrazo que no entiende a qué viene.
- Me gusta que estés aquí – Susurra el mayor – No dejes de venir, me siento solo sin ti.
Eso es mucho más de lo que su corazón puede soportar, volviéndose para enterrar el rostro en su pecho, sollozando en silencio mientras su cabello es acariciado, ni dos minutos ha tardado en arrepentirse de su decisión.
A lo mejor, con esfuerzo y cariño, consigue hacer que su hermoso tío le mire con los mismos ojos que lo hace él, volver a repararle ese corazón que su mismo padre se encargó solito de romper, juntando sus pedazos con mimo y besos, porque es lo único que quiere otorgarle.
- Estabas muy bonito en tu fiesta, pequeño – Le dice Taehyung, en su oído.
Sus mejillas arden por el roce en su piel, la voz grave del castaño colándose y paseándose por todo su cuerpo, totalmente entregado a él.
