𝖈𝖎𝖓𝖈𝖔

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Armándose de valor, queriendo preguntarle a su hermoso tío lo que siente por su padre, se separa de él, tomando todo su esfuerzo en subir la mirada, aunque cuando lo hace los orbes verdes le abruman, dejándolo paralizado, brillan de una forma demasiado especial, casi puede ver fuego en ellos.

- No voy a contarte nada – Empieza Taehyung – Es algo entre tu padre y yo.

El puchero que sale en sus labios es irremediablemente acariciado por el mayor, que no puede evitar llevar su pulgar a tocarlo.

Yoongi ve con atención como sus ojos bajan a mirar sus labios que han vuelto a su posición, sintiéndose mareado por tener al castaño pasando ahora el dedo índice por ellos, volviéndole loco, delineándolo por su mejilla hasta bajar por la mandíbula, totalmente concentrado en mirarle los labios.

- T-Tío... - Dice Yoongi con dificultad.

El castaño parece salir de su ensimismamiento, subiendo de nuevo los ojos hasta los suyos, el fuego en la mirada de Taehyung brilla con más intensidad y Yoongi jadea de forma lastimera cuando su mentón es agarrado con fuerza.

- ¿Has tenido tu primera vez, princesito? – Pregunta con voz baja y grave.

El pelinegro siente que su cerebro acaba de explotar, la temperatura elevada de su cara seguro le hace ver como un lindo tomatito, sus dedos se mueven ansiosos y su labio es lamido por inercia, bajo la mirada atenta de su tío.

- N-No... Yo n-no... - Logra balbucear, completamente avergonzado.

- Interesante – Susurra.

Lo que ocurre es algo que acelera aún más el corazón de Yoongi cuando ve una sonrisa en el rostro de su tío, es pequeña, de lado, pero sin duda es una, viéndose a sus ojos aún más bello si eso es posible.

Su mentón es soltado y su cuerpo se destensa de nuevo, mirando las grandes espaldas del mayor cuando se dirige al trono donde tanto le gusta estar sentado, alzándose enfrente del pelinegro cuando el rostro apoyado en su mano, las piernas abiertas y ese tono verdoso que indica peligro.

- Yoongi – Llama desde su asiento.

Es como si una fuerza extraña que no reconoce le arrastrase a él, sus pies se mueven por sí solos, andando deprisa hasta sentarse en el que es su lugar favorito, siendo éste el regazo del castaño, que le mira de lado con una expresión casi divertida en el rostro.

- Hoy tengo un cuento nuevo para contarte – Canturrea Taehyung – Acomódate.

Asiente levemente y se apoya en el pecho, cerrando los ojos cuando las grandes manos del mayor se enredan en sus hebras azabaches y juguetean con ellas, escuchando terriblemente cerca de su oído la voz grave y melodiosa de Kim Taehyung.

Érase una vez una linda muchacha de cabellos rojizos, ondulados, más allá de donde termina la espalda, su sonrisa era algo creado por las mismas ninfas del bosque para resplandecer todo lo que hubiese a su alrededor.

Había algo que la hacía más bonita todavía, un amor puro en su interior que sentía por su amado, ese que decía amarla más que a nada.

Otra peculiaridad de esa bonita chica es que era la bruja más poderosa de un reino en el que la magia era algo secundario, casi nadie la practicaba porque según ellos no tenía mucho sentido, pero a ella siempre se le dio bien.

El problema de esta linda muchacha fue que su amado un día apareció con otra mujer de la mano, embarazada de los suficientes meses como para saber que no fue un desliz, destrozando su puro corazón, sus buenas intenciones y convirtiendo ese amor que sentía por un odio furioso.

Ese día las vidas de los tres se esfumaron, sus ojos normalmente marrones se volvieron de un furioso verde esmeralda, su cabello se tiñó de negro e hizo crecer un par de cuernos en su cabeza, dando una imagen tan intimidante que nadie se atrevió a contradecirla nunca más.

Esta malvada bruja se encargó de acabar con la vida de todas las parejas del reino, volviéndose loca, arrasó con su fuego verde todo lo que encontró a su paso, hasta que de repente, desapareció.

La linda e inocente Ahn HyeJin se convirtió en maléfica en esos momentos, un nombre que le iba a la perfección.

Un nombre que representa la maldad de un corazón destrozado, que se volvió loco al ser traicionado por la persona que se supone que lo cuidaba, volviéndola loca a ella, sumiéndola en una espiral de depresión y oscuridad de la que no sabemos si salió o no.

¿Y tú qué crees? ¿Es ella la mala del cuento?

Un sollozo lastimero se escucha en el salón del trono y Taehyung incorpora a su sobrino, descubriéndole con los ojitos muy apretados, la nariz y mejillas húmedas y rojizas por el esfuerzo, sus labios rosaditos brillantes a causa de las lágrimas, profundamente emocionado con el cuento.

Es superior a sus fuerzas, Taehyung siente en ese momento que esos pequeños labios deben ser besados, un cosquilleo recorre sus dedos, un nerviosismo que se instala en su estómago.

El sabor es dulce y salado ¿Es eso posible? Se pregunta el castaño cuando junta ambas bocas, sorprendiendo al menor que es lo último que se esperaba, moviéndose de forma torpe al ritmo lento que le proporciona su tío, como si estuviese degustando la mejor comida de su vida.

Las manos de Yoongi se aferran a su precioso abrigo de plumas, sintiéndose morir de felicidad y entonces Taehyung vuelve a la realidad, separándose de la forma menos brusca que puede.

- L-lo siento, Yoongi – El mayor desvía los ojos – No sé qué me ha pasado.

La única opción que tiene para ocultar su precioso rostro es volver a esconderse en el hueco de su cuello, escondiendo la felicidad y decepción que siente a partes iguales, todo su cuerpo irradia nerviosismo.

Ninguno de los dos ha probado nada más delicioso nunca.

Taeleficent ❣ TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora