Con lentitud el bonito príncipe abre los ojos, sin poder creerse todavía que acaba de compartir no uno, sino dos besos con su amado, pensando si será una forma de reírse de él o simplemente utilizarle para olvidar a su padre, ese pensamiento le hace dolor el corazón.
- Ahora sí debes dejar de llamarme tío Taehyung – Susurra acariciando su rostro.
Una leve risilla sale de sus labios, sus mejillas le arden ante la mirada especialmente dulce que le está dedicando, tiene claro que puede hacer cualquier cosa que ese par de centelleantes orbes le ordenen.
Un ¡plof! Suena en la habitación y los tres hados madrinos vuelven a hacer acto de presencia, obteniendo la atención de los dos, por inercia Taehyung lleva sus manos a su cintura, como queriendo indicar que el menor no se va a ir de ahí hasta que él lo ordene, mucho menos a tener una cita.
- Venimos a llevarnos al príncipe, Taehyungie – Le indica Jimin – Tiene deberes para con el príncipe Jungkook.
- No – Dice simple.
- Sí – Insiste Hoseok – No seas caprichoso, es el príncipe del reino vecino y tiene que acudir a su cita, no hay más remedio.
- Taehyung – Llama Yoongi – Volveré mañana.
El ceño del mayor se frunce, la idea de que ese príncipe de cabellos dorados esté a solas con su pequeño príncipe no le gusta, no tiene claro por qué, pero no lo hace en lo más mínimo.
- Estaré cuidando de ti – Susurra en su oído, para dejar un besito detrás de su oreja.
El suspiro precioso que suelta Yoongi llega directo al corazón del mayor, que mira atento el sonrojo precioso que opaca su rostro y cómo sus felinos orbes destilan brillo, casi podría jurar que sale luz de ellos.
Se levanta del regazo y se va hasta dónde los hados madrinos, bajando el rostro avergonzado cuando desaparece junto a ellos.
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Yoongi se pensaba que ese estaré cuidado de ti se refería a algo más espiritual, no a encontrarse al mayor convertido en corcel negro, grande y majestuoso, con sus poderosos orbes verdes destilando malicia, mirándolo con tanta intensidad que se siente confuso por sentirse dominado por un caballo.
- ¿Y éste bonito semental? – Pregunta Jungkook, acercando la mano para acariciarlo, aunque se sorprende cuando el animal, se aparta.
- Eh, me lo regalaron por mi cumpleaños – Acierta a decir, acercándose a agarrar el hocico del caballo – Se llama maléfica.
- ¿Por qué le pones el mismo nombre que al brujo desterrado? – Pregunta confuso, haciendo un puchero.
- Porque es hermoso – Sonríe acariciando al corcel con cariño – Igual que ese nombre.
El animal y él juntan sus frentes y Jungkook los mira extrañado, parece haber una conexión extraña entre esos dos.
- ¿Damos un paseo? – Interviene el príncipe rubio.
Yoongi se separa y se dispone a poner las monturas sobre el caballo, con el mayor cariño posible para no hacerle daño, Taehyung mientras mira con recelo al otro príncipe que no quita los ojos exageradamente grandes que su hermoso niño.
- Creo que le caigo mal a tu caballo – Dice Jungkook con pequeño puchero.
La deliciosa risa de Yoongi se escucha por todo el lugar, coloreando las mejillas del príncipe y haciendo mover la cola al caballo, ambos encantados con escuchar esa bonita melodía que sale de un rostro con los ojitos cerrados y una sonrisa llena de dientecitos pequeños.
Taehyung vuelve a sentir un tirón en su pecho, pensando en qué debería haberse dado cuenta antes de lo hermoso que es ese chiquillo riendo, le gustaría besuquear sus mejillas hasta el cansancio.
Con todos los arreos puestos, los dos príncipes salen a pasear por los prados alejados del bosque, a Jungkook parece darle miedo ese sitio.
- Vayamos por allí – Señala Yoongi, la entrada directa a los dominios de Taehyung.
- N-No – Niega con la cabeza – El brujo puede hacernos algo.
El caballo rueda los ojos y casi le escuchan bufar, llevándose un pequeño manotazo cariñoso en su cuello de Yoongi.
- No te preocupes, es mi tío, no me hará nada malo a mí – Insiste con una sonrisa – Me protege siempre.
Dirigen sus corceles hacia la entrada, en silencio de nuevo, Jungkook piensa detenidamente, mirando al príncipe a su lado que, en vez de estar atento al paisaje, mira con dulzura exagerada al corcel.
- ¿Alguna vez te has preguntado por qué realmente lo desterraron? – Pregunta el rubio.
- Sé por qué – Responde tranquilamente – Se enamoró de quién no debía, ese fue su crimen.
- Mató a mucha gente el día que tu padre presentó al rey Namjoon como su futuro esposo – Comenta con distracción – Los rumores dicen que tenían una aventura.
- Los rumores solo son eso, rumores – Yoongi le mira con el ceño fruncido – Mi tío cometió un crimen y fue desterrado, ni a ti ni a mi nos interesa nada más.
- Lo siento, príncipe – Susurra avergonzado.
- ¿Sabes? No tengo más ganas de estar aquí – Su tono de voz es frío y calculador – Otro día nos vemos, príncipe Jungkook.
El caballo relincha y sale a correr con Yoongi encima, dejándolo nuevamente atrás, preguntándose el pobre chico que por qué cada vez que hay un animal negro de ojos verdes cerca de ellos, acaban dejándolo solo.
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La orilla del lago es donde Taehyung se detiene, transformándose de nuevo en el hermoso humano que tiene robado el corazón de Yoongi, el cual es recogido en sus brazos.
Es en ese momento en el que el menor vuelve a enamorarse del peliazul, la sonrisa formada en su rostro le hace ver aún más hermoso, es una triste y llena de agradecimientos por defenderle, pero es una, en 14 años a su lado jamás la había visto y que se la muestre le acelera el corazón.
- Gracias – Susurra con simpleza.
Le echa los brazos al cuello y junta sus labios, siendo correspondido al instante, no sabe de dónde ha sacado esa valentía, pero se alegra de haberlo hecho.
