Ese día, el castillo se levanta revuelto, Yoongi sin entender por qué tanto ruido, sale de su habitación, andando con pereza y el pijama puesto hasta donde provienen los sonidos que le han arrebatado su sueño de escasas horas por culpa de Taehyung, llegando hasta la sala donde se realizan los eventos.
- Papá ¿Pasa algo? – Le pregunta Yoongi a Seokjin, llamándole por detrás.
- Mi niño, buenos días – Sonríe el mayor, acariciándole el rostro – Viene el rey Jeon y su hijo a comer con nosotros.
- ¿Para qué? – Ladea la cabeza, sin ganas de ver a Jungkook.
- A pedirte formalmente que te cases con él – Responde Namjoon, por detrás de ambos – Se acabó la tontería que te traes entre manos.
- No me voy a casar con alguien a quien no amo – Sentencia el menor, enfrentándose a su padre - ¿De qué tontería hablas?
- ¿Crees que no hemos visto el chupetón que tenías el día del festival? – Pregunta Seokjin, poniendo una mano sobre su hombro – El deber de un príncipe es encontrar a su pareja, no tener un romance a escondidas.
- ¿Cómo el que tenías tú con el tío Taehyung? – Pregunta irónico.
El rey frunce el ceño, entrelazando su mano con su marido que se posiciona a su lado, ambos mirando con severidad a su retoño.
- No voy a tolerar ni una sola falta de respeto, Kim Yoongi – Gruñe Jin.
- Ni yo que me cases con alguien porque a ti te dé la gana – Se da la vuelta – Comed felices con los Jeon, yo me voy al bosque.
- Tú me has obligado – Responde el mayor.
Seokjin levanta su mano, abriéndola para luego cerrarla, inmovilizando a Yoongi que se disponía a irse, intentando sin conseguirlo el moverse donde está paralizado. Su padre de facciones dulces y labios carnosos se pone a su lado, acercándose a su oído, para que solo él pueda escucharlo.
- No vas a encontrarte con Taehyung nunca más – Le advierte.
Lágrimas de frustración llegan a los ojos del menor, que se siente jodidamente dolido por la actitud de su padre Jin, derrotado porque lo sabe todo, intenta hablar, aunque tampoco puede, lo tiene hechizado.
- Si no quieres que algo malo le pase, obedece – El mayor acaricia su hombro – Te entiendo perfectamente, pero Taehyung no es para ti.
Un chasquido suena y pronto se ve en su habitación, soltando un grito de frustración, el que no ha podido soltar antes, queriendo tirarse por la ventana si es necesario, aunque cuando lo intenta, una descarga eléctrica le recorre la mano, sabiendo que no puede acercarse tampoco a ella.
- Taehyung, ayúdame por favor – Solloza al aire, llevándose las manos al rostro.
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En el trono del castillo del bosque, un pelinegro que lo está viendo todo con rostro impasible, siente furia en su interior por cómo están tratando a su pequeño, sin inmutarse cuando los hados madrinos se aparecen allí, los tres con clara preocupación en sus caras.
- Os ha descubierto – Empieza Jimin – Jinnie lo sabe.
- Desde el principio – Responde tranquilo el brujo – Ha decidido actuar ahora por miedo a lo que ha dicho esa señora que se hace llamar mi madre.
- ¿No estás asustado? – Pregunta Hoseok – Pueden atentar contra ti.
- Que lo intenten – Se encoge de hombros para posar su barbilla en su mano – No tengo absolutamente nada que perder.
- A Yoongi – Recuerda Eunwoo – Lo van a casar con Jungkook.
- Lo sé – Asiente, igual de impasible – O eso es lo que mi hermano se piensa que harán.
- ¿Qué estás planeando? – Pregunta Hoseok, con algo de miedo – Dínoslo, te ayudaremos Taehyungie.
- Podríais proponerle a mi hermano que es mejor esconder a Yoongi de mi – Les dice, mirándolos a los tres – Encerradlo en alguna casa perdida, donde ni yo sepa donde esté, así, podré poner mi plan en marcha.
- Taehyung, tú sabes qué... - Jimin no consigue terminar la frase, puesto que las puertas se abren con furia.
Los reyes aparecen por ellas, el brujo les sonríe irónico, sabiendo a la perfección que aparecerían por allí, sin inmutarse en su sitio.
- Te prohíbo que vuelvas a tocar a mi hijo – Gruñe Jin, señalándole con el dedo.
- Sólo le canto canciones para dormir – Responde socarrón.
- Taehyung, tenemos muchas cosas con las que destruirte, no nos obligues a hacerlo – Amenaza Namjoon – Sólo tú vas a salir perdiendo en todo esto.
- ¿Seguro? – Pregunta levantándose del trono – Porque a lo mejor el pueblo debería saber la doble vida de sus venerados reyes.
Ambos tragan duro, no es posible que Taehyung sepa tantas cosas, no entienden cómo es posible, si lleva allí años desterrado.
- Casadle con ese príncipe de cuarta que queréis – Invita el brujo, aterradoramente sonriente – Yo mismo me encargaré de despegar su cabeza de su cuerpo en mitad de la plaza donde celebrasteis el festival de verano.
- Eres malvado – Seokjin le mira con ojos llorosos, añorando a ese hombre aniñado, adorable y cálido que era – No entiendo por qué Yoongi te ama.
- Porque yo lo amo a él – Confiesa, sorprendiendo a ambos padres – Lo que sentí por ti no es ni una mísera parte de lo que siento por mi príncipe.
- T-Taehyung – Solloza Jin, destrozado por esas palabras – N-No te lo lleves.
- Eso solo depende de ti – Llega a su altura, mandando a Namjoon a volar por los aires, agarrando a Jin del cuello – Hazle algo malo y convertiré tu vida en una tortura tan insoportable que la muerte será el mejor castigo que podrán darte.
Su mano se cierra cuando el mayor desaparece de allí con su marido, dejándolo con un aura de victoria, con la que se gira a los hados madrinos, obteniendo el asentimiento de los tres, que desaparecen a los pocos segundos de allí.
- Siempre cumplo las promesas que hago – Dice al aire – Un poco de paciencia, mi princesito hermoso – Susurra.
Esas palabras llegan al cerebro del menor, que llora desconsolado en su cama, tranquilizándole con éxito, solo le queda confiar en su mayor, cosa que hace con cada parte de su alma.
