𝖉𝖎𝖊𝖈𝖎𝖔𝖈𝖍𝖔

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Mientras los amantes tienen su momento de amor y felicidad, el castillo es un auténtico caos, los reyes miran desde sus tronos a los nobles pedir explicaciones sobre lo que el príncipe desterrado ha dicho, exigiendo que la verdad sea expuesta, todo dicho de una vez por todas, hasta que Seokjin, se levanta.

- Todo lo dicho por ese brujo es mentira – Dice con tranquilidad – Su único propósito es vengarse de nosotros por desterrarlo, queriendo debilitarnos y separarnos, jamás le sería infiel a mi esposo, igual que él a mí.

- Ha dicho demasiadas cosas como para que sean mentira – Grita uno de los nobles – Enseñadnos ahora mismo qué hay detrás del cuadro al que se refería.

- Como gustéis – Asiente, manteniendo el rostro impasible.

Ofrece la mano a su esposo, que la coge poniéndose de pie, ambos andando decididos y en silencio con los nobles por detrás, que los siguen cautelosos.

El camino, aunque es corto se hace pesado, llegando al gran cuadro situado en mitad de las escaleras, el rey chasquea los dedos y el cuadro desaparece, solo dando la pared que hay detrás, que deja a los nobles con las caras descompuestas.

- No os mentiríamos nunca – Dice Namjoon – El pueblo es lo más importante para nosotros.

- Hay que librarse de vuestro hermano, mi rey – Propone uno de los nobles – Solo ha traído problemas y si no nos lo quitamos de en medio, podría traer un desastre al reino, eso es lo último que queremos.

- Lo sé – Asiente el rey, devolviendo el cuadro a su lugar – He sido benevolente con él todos estos años porque es mi querido hermano – El agarre con Namjoon se intensifica, unas lágrimas mentirosas que acuden a sus ojos – Es cierto que tuve una aventura con él, me engañó durante años para aprovecharse de mi cuerpo, hasta que mi marido vino para sacarme de ese hechizo al que me tenía sometido – Solloza de forma lastimera – No sabéis cuánto he sufrido por su culpa.

Los nobles miran enternecidos y engañados a su rey, el cual está siendo acariciando de forma cariñosa por su consorte, que retira esas lágrimas venenosas con cuidado.

- Yo mismo me encargaré de librarme de él – Sentencia, subiendo su mentón con orgullo – No os preocupéis, este reino volverá a ser libre.

Todos parecen quedar convencidos por el cuento que los reyes les han contado, marchándose de allí enfrascados en conversaciones que a ambos no les importa una mierda, cuando por fin están solos, se sueltan violentamente de las manos.

- Por eso jamás me decías nada de mis visitas a HyeJin – Suelta Namjoon, socarrón – Porque has sido tan infiel como lo he sido yo.

- Cállate, esto siempre ha sido algo forzado para mantener el reino a flote – Bufa Seokjin, poniendo la mano en el cuadro – Nunca nos hemos amado, Namjoon.

El consorte se queda en silencio, sin querer rebatir eso porque es una absoluta mentira, él se quedó prendado de ese hombre de belleza exultante en el momento en el que lo vio por primera vez, amándolo todos estos años de matrimonio, solo buscando afecto en alguien más porque su rey, jamás lo amó a él.

Lo sigue a través del pasadizo que los dos tan bien conocen, perdido en sus pensamientos hasta que llegan a su destino, la sonrisa maligna de la bruja que los recibe encantada.

Maléfica se pone de pie para hacer una reverencia con clara burla que hace rodar los ojos a Jin y bufar a Namjoon.

- Mis reyes – Canturrea divertida - ¿Vienen a que nos montemos un trio?

- Eres igual de imbécil que tu hijo – Escupe Seokjin – Vengo a por el hechizo que me ofreciste, no aguanto ni un minuto más a Taehyung.

- Ah, ya os he escuchado – Hace un puchero, cruzándose de brazos – Mi bebé malvado sabe que estoy aquí y jamás ha venido a verme, qué malcriado.

- Cállate de una vez – Corta Namjoon – Solo sirves para una cosa, hazla.

- Sabes bien que sirvo para muchas cosas, rey consorte – Le guiña un ojo, pícara – Está bien, os daré el hechizo – Asiente – A cambio de que me dejéis salir de aquí, quiero viajar, ver mundo, ser libre.

- No nos fiamos de ti, intentarás atentar contra alguien de nuevo – Jin niega con la cabeza – Danos el hechizo y mucho será que no te matemos.

- Nada me retiene aquí – Se encoge de hombros – Mi hijo tiene una familia que cuidar y un príncipe al que amar, mi cometido como madre está cumplido, ya solo me queda disfrutar y esperar paciente el día de mi muerte.

- ¿Familia? – Pregunta Namjoon, en bajito.

- Dame el puto hechizo y te liberaré – Gruñe Seokjin – Por fin me libraré de vosotros dos, solo habéis sabido traerme problemas, desdicha y tristeza – Aprieta los puños, frustrado – Por vuestra culpa he perdido a mis padres, tengo un matrimonio roto y mi hijo está cegado, no os soporto más.

HyeJin sonríe con malicia y paz, por fin va a salir de allí, a huir de ese reino de mierda que no tiene nada para ella, unas palabras escapándose de su boca, las mismas que se iluminan frente a los reyes que están delante de ellos.

En la próxima luna menguante, cuando esté en todo su zénit, el príncipe será guiado hasta lo más alto de la más alta torre, su dedo atravesado por el uso de una rueca, cayendo en un hechizo de sueño de muerte eterna.

El corazón de Seokjin da un vuelco al ver la palabra muerte en el hechizo, sin querer que su hermano muera, solo quería dormirlo hasta que pasase el tiempo suficiente para que su pequeño hijo pudiera superar su encaprichamiento, que pudiera enamorarse de una persona que no fuese él, añadiendo otra parte al hechizo.

Y sólo un beso de amor verdadero, podrá librarle de tal castigo.

Cómo podría saber en ese momento el rey que ese sería su mayor error, que todo daría un cambio drástico, solo por pensar en que el dueño de ese amor verdadero le correspondería a él entregarlo, no estando más lejos de la realidad porque no puede.

En la cabaña mientras Taehyung acaricia con parsimonia la espalda desnuda del padre de su futuro retoño, dormido entre sus brazos, observa todo el espectáculo, sonriendo terroríficamente por ello.

Taeleficent ❣ TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora