Retirando con delicadeza y ternura los mechones azabaches que caen sobre la carita relajada y descansada de Yoongi, el brujo se despide con palabras bajas y algún que otro suspiro.
La anatomía desnuda de su príncipe, solo tapada con la sábana de seda apenas por la cintura, el efímero relieve que se puede ver en su vientre, algunas marcas que prueban que todo él le pertenece, la cama deshecha, todo eso le produce unas tremendas ganas de llorar, no querer desprenderse de la compañía ajena.
Se inclina, dejando un dulce beso de amor verdadero en los labios rosados del menor, saboreándolos, disfrutándolos, no sabe cuándo podrá volver a hacerlo.
Con cada parte de su fuerza de voluntad, se levanta de la cama, haciendo aparecer en la mesita de noche una cajita abierta, en la que un par de segundos después, un anillo con una poderosa esmeralda verde, brillante, imponente y orgullosa se alza en mitad de él, Yoongi sabrá qué hacer cuando lo vea.
Se mira el suyo propio, siendo exactamente igual pero negro, hermoso, elegante, como lo es su persona, para dar un giro de mano y desaparecer, tiene mucho que preparar, ya que esta noche, es luna menguante.
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Seokjin se remueve el cabello con histeria, la bruja dijo que sería en lo alto de la más alta torre, jamás dijo de qué castillo se trataba, porque ninguno cayó en la cuenta de que Taehyung tiene el suyo propio.
Mira con algo de ansiedad a la corte que, como ellos, esperan el momento preciso en el que se realice la venganza en contra del segundo príncipe Kim, ese que no ha dejado de crear males desde que llegó al reino, lo que desconocen es que la maldad en Taehyung viene intrínseca por la sangre que le recorre las venas.
Cuando por fin, el invitado especial de hoy, hace acto de presencia.
Con rizos castaños, una corona negra de esmeraldas centelleantes, su impresionante abrigo de plumas negras brillantes y un traje negro en su totalidad, sonriendo altivo y ladino, el brujo aparece en mitad de la sala del trono, asustando a la gente que no se esperaba que surgiera de un fuego fatuo verdoso.
- ¿Me esperabais? – Canturrea divertido – Pues ya estoy aquí de nuevo.
- ¡Atrapadlo! ¡Que no escape! – Grita uno de los nobles.
- No tengo intención de hacerlo, tranquilos – Se acomoda el cabello, indiferente – Me parece que vuestros reyes no os enseñaron lo que tienen escondido, así que he venido yo, que soy un ser extremadamente benevolente y os lo voy a mostrar.
Los nobles ven con asombra claridad como los monarcas se levantan tensos de ambos tronos, asustándose cuando escuchan un tremendo ruido, el castillo se tambalea y una figura femenina aparece entre Taehyung y los reyes.
Los gritos ahogados no se hacen esperar cuando Maléfica aparece ante ellos, con un vestido negro de seda, sus largos cabellos rojos cayendo con gracia por su cuerpo, una sonrisa igual de altiva que la de su retoño, solo que a diferencia que él, está atrapada por las espesas espinas que Taehyung hace crecer a su alrededor para que no escape.
- ¿Sabéis quién es? – Pregunta el castaño – Me imagino que no todos por supuesto, pero os la presentaré – La señala, haciendo una leve reverencia – Aquí delante de vosotros, mi madre, la bruja Ahn HyeJin... más conocida como Maléfica.
- ¡Imposible! – Gruñe Seokjin, que no da crédito – ¡¿Cómo lo has hecho?!
- Madre, por favor – Invita Taehyung, dándole un paso con la mano – Cuéntale a mi hermano mayor como lo sé todo desde que tuve juicio razonable como para entender qué ocurría aquí.
- Claro, mi niño – Asiente, volviéndose hacia el rey – A ver amado Jinnie, tú nunca fuiste tan buen brujo como lo es Taehyung, siempre te dejabas el camino abierto y una de las veces te siguió – Seokjin abre mucho los ojos – Siempre estaba detrás de ti, como no te diste cuenta, se adentró y nos pilló hablando – Se pone un dedo en el mentón – La cosa es que se volvió invisible para poder preguntarme por qué hablábamos de él y bueno, le dije que yo era su mamá.
- Esta bruja siempre me metió ideas contra vosotros – Bufa Taehyung, sentándose en su trono, el cual aparece detrás de él – Si no os maté fue porque estaba enamorado de mi hermano hasta las trancas – Se encoge de hombros, apoyándose en su mano – Ella me enseñó todos los hechizos poderosos y oscuros que sé, iba cuando tú no te dabas cuenta, Jinnie – Sonríe de lado, victorioso – Cuando me abandonaste por ese señor de mierda no pude venir a verla más porque me bloqueasteis la entrada al castillo – Suspira, rodando los ojos – Fuiste tan idiota de volver a abrirla para que viniese a ver a tu retoño, sabiendo perfectamente que no era mío.
Los ojos de Namjoon se abren demasiado, mirando fatal a su esposo, el cual está callado, llorando en silencio por toda la información obtenida.
- Tengo que decir que la odio – Continua Taehyung – Me ha lanzado un hechizo que me dará el sueño eterno – Se levanta del trono – Os vigilo constantemente, como hace ella, eso también me lo enseñó.
- Por lo menos Yoongi está a salvo escondido de ti – Solloza Seokjin.
- ¿Seguro? – Sonríe Taehyung – ¿Cómo sabes que no vengo de estar toda la noche haciéndole el amor a mi príncipe en esa cabaña patética que habéis preparado en mitad de mi bosque?
Jin se lleva las manos a la boca, Namjoon aprieta los puños y HyeJin sonríe orgullosa de su hijo.
- Tú no te rías tanto, madre – Cierra su puño, haciendo que las espinas se aprieten contra su piel – Eres una desgraciada que me pasó la maldición y me condenó a sufrir igual que tú – Levanta rostro, altivo - ¿No querías la libertad? Aquí la tienes.
La mano de Taehyung se abre por completo para luego cerrarse, las espinas se clavan en el cuerpo de la bruja hasta que no queda rastro de ella, tintándose de rojo lentamente, horrorizando a todo el que está allí.
- Estupendo – Se lleva las manos hacia detrás - ¿Quién sigue?
- E-Eres un... - Jin se corta, porque Taehyung comienza a hacer cosas extrañas.
Los esmeraldas orbes del brujo se intensifican, la luz que parece salir de ellos los deja a todos estáticos, su cuerpo se tensa y su rostro se neutraliza, dándose la vuelta para salir por las grandes puertas que dan el paso a la torre.
El rey mira por la ventana, entre todo ese tiempo ha llegado la noche y la luna está a nada de cumplir la misión que se le ha asignado.
