09. Perdido

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Antes de empezar, en este capítulo habrán escenas no aptas para todo público, cómo abuso sexual y tortura psicológica, Si eres sensible a estos temas o simplemente te disgustan, te invito a retirarte por el bien de tu salud mental.

A la mañana siguiente, ambos seres seguían durmiendo, apegados el uno al otro, desnudos en un abrazo... Sus cuerpos estaban acogidos bajo el calor del contrario que los mantenía en un sueño profundo. Uno de ellos sonreía mientras el otro fruncía el ceño, se tenían el uno al otro y nada podría arruinar el momento, ¿Verdad?

—¡Phillipppp!, ¡tengo algo que mostrarte, despierta! —Se escuchó cerca de la puerta y un rubio de ojos color mar abrió squella sin previo aviso, lo cuál alertó a los tortolitos que dormían. —Oh. —Murmuró al ver dos cuerpos en la cama, notó que ambos estaban cubiertos por una manta grande. —¿Interrumpo algo?

—¡CARAJO, KENNY! ¿QUÉ TE HE DICHO DE TOCAR ANTES DE ENTRAR? —Gritó el azabache, sentado sobre la cama mientras la manta cubría su entrepierna... Tenía las orejas gachas mientras su rostro estaba colorado, se frotó uno de sus ojos carmesí, fulminando al otro rubio con la mirada. El de ojos claros que estaba acostado a su lado también estaba sentado sobre la cama. Tomando la manta entre sus manos para cubrir todo su cuerpo mientras desviaba la mirada avergonzado.

—Opps. —Murmuró mientras sonreía de forma ladina, Fingía no mirar de más a los dos muchachos, pero era obvio que estaba pensando cosas. —¿Ustedes dos tuvieron sexo? ¿Cómo estuvo, Damien? ¿Ya perdiste la virginidad de una vez por todas? —Comentó recostandose contra el marco de la puerta

—¡KENNY! ¿ACASO ERES UN MALDITO PERVERTIDO? ¿POR QUÉ QUIERES SABER ESO? ¡TE VOY A QUEMAR EL CULO! —El cenizo estaba avergonzado cómo enojado, tomó su trozo de manta correspondiente y se escondió bajo aquella, no quería que nadie lo viera en ese estado tan humillante, pero dos rubios ya sabían que ya no era virgen... El jóven Phillip fue su primera vez.

El pobre azabache estaba incluso echando vapor por la verguenza que sentía. —Vete de aquí, no te quiero ver... — Murmuró, aún escondiéndose. Una cola demoniaca se hacía presente fuera de la manta, Kenneth la notó y soltó una risita.

—Cómo diga, su majestad. —Su tono burlón se hacía presente incluso cuando salió de la habitación.

—¿Está bien, amo? —Preguntó el rubiecito, tocando lo que era aquel bulto bajo la manta, el cenizo.

—No lo sé... Supongo. — Respondió, aquel de ojos carmesí, quitándose la manta del rostro y mirando al de ojos claros con un ceño fruncido suavizado. Volvió a sentarse en la cama, suspiró y bajó la cabeza. —Olvida que Kenny mencionó que perdí mi virginidad. Hubiera preferido que solamente quedara entre nosotros pero no te puedo culpar... Da igual, estuviste bien anoche. —Finalmente levantó la cabeza, tocando suavemente el hombro de su contrario.

—O-oh... Bueno... ¿Gracias por guiarme? —Vió que el azabache se levantaba de la cama... Aún estaba desnudo por lo cuál sus mejillas se tornaron rosadas y desvió su mirada.

Damien notó que el rubio tenía aún vergüenza al verlo de ese modo, entonces frunció el ceño. —Pip, ya eyaculaste dentro de mí, ¿Y aún te da vergüenza? No lo puedo creer. ¿Dónde quedó el rubio que me hizo temblar? —Señaló la mordida sobre uno de sus pectorales, aún tenía el ceño fruncido.

—L-Lo lamento... Aún no me acostumbro.

—Pues deberás acostumbrarte por que planeo tener sexo contigo durante varías noches más. —Mencionó para después chasquear los dedos, una bata color azabache cubría todo su cuerpo, salió de la habitación de Phillip con una pequeña sonrisa.

—¿C-cómo dijo?... —Ahora estaba solo nuevamente. Sin el calor de su contrario sobre su piel... Suspiró mientras se cubría con la manta, estaba sonrojado, pensando sobre lo que dijo el menor. —¿Esto está sucediendo de verdad?... ¿No fue un sueño?...

No Merezco Tu Piedad || DipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora