Maegor Targaryen (Pausado)

Capitulo 3

Maegor caminaba por los pasillos del castillo rumbo a la habitación de la reina, mientras se preguntaba por qué lo había mandado a llamar. En eso, hace que el caballero que lo acompañaba frene, ya que habían llegado a la habitación de Alicent.

—Parece que su pierna está mejorando, Ser Criston Cole —Maegor ve cómo se mantenía callado— Tuve que haberle clavado la daga más profundo.

—La reina lo está esperando, príncipe —habla mientras le abre la puerta.

—La próxima, me aseguraré de elegir una daga con más filo —Maegor pasa a su lado— ¿Qué es lo que quieres, madre? —habla mientras ve a Alicent.

—Maegor, quiero que no estés tan cerca de Jacaerys y Lucerys —Alicent había ido directo al grano— Y serás comprometido con Aemond.

—Maegor no muestra ninguna expresión— Serás mi madre y la reina, pero yo a las únicas personas que les hago caso, son las que llevan el color negro, rojo y azul. No me alejaré de Jacaerys y Lucerys, y tampoco me casaré con el idiota de Aemond.

—Maegor, es lo mejor, Rhaenyra propuso casarte con sus dos hijos mayores. Quería que fueras como el rey Aegon o como el rey Maegor —Alicent decía eso con una expresión de disgusto— Yo no lo permití.

—¿Y quién te dijo que podías decidir por mí? —Maegor camina hasta quedar en frente de su madre— A mí no me molestaría casarme con mis lindos sobrinos. Es más, me encantaría ser su esposo, antes de estar con ese idiota que tengo como hermano menor.

—Maegor, estarías dispuesto a mezclar tu sangre con esos… —antes de seguir, Alicent se detiene.

—Ibas a decir esa palabra que ya escuché antes, ¿no es así, madre? —Maegor había usado un tono de voz diferente a lo que él acostumbraba— Son Targaryen y eso es lo único que importa. Tú no te vuelvas a meter en mi vida. Si lo haces, tomaré medidas contra usted, majestad.

—Alicent no sabía qué responder, ya que era la primera vez que Maegor le contestaba de ese modo— Solo quiero lo mejor para ti.

—Lo mejor para mí es que dejes de causar problemas y que dejes de ser una maldita manipuladora —Maegor siempre había notado cómo Alicent les hablaba a sus hermanos, y cómo les hacía hacer lo que ella quería, pero él no es como sus hermanos y hermana— Ya no tengo nada más que decir, y si usted quiere decirme algo, no la escucharé.

—Maegor, espera —habla mientras ve cómo su hijo camina hasta la puerta sin mirar atrás— Maegor.

—Guarda silencio de una buena vez, maldita desgraciada —cuando termina de decir eso, sale por la puerta— Si escucha a la reina llorando, fue porque yo se lo provoqué —Maegor ve a Criston— Espero que algún día pueda matarlo.

Criston solo ve cómo Maegor se retira con el caballero que lo había acompañado. Alicent había quedado en shock con todo lo que le dijo Maegor. Ella se termina sentando ya que sentía que estaba a punto de desmayarse. Hace ya como dos meses que tenía esos desmayos y no sabía por qué. Criston entra a la habitación y ve a la reina con mala cara, así que en seguida toma una jarra de agua y una copa. Él sirve agua en la copa y camina hasta Alicent.

—Tome, majestad —habla mientras le da la copa con agua.

—Gracias, Ser Criston —Alicent en seguida toma el agua— Maegor ha cambiado tanto, de seguro debe ser culpa de Rhaenyra y sus hijos bastardos.

—El príncipe Maegor tiene una actitud muy cuestionable hacia nosotros, majestad —Criston ve cómo Alicent asiente con la cabeza.

—Solo espero que no haga nada contra sus hermanos —expresa mientras ve a Criston— Necesito que mi padre esté aquí, así Maegor no se comportaría de este modo.

—Ahora que Lord Lyonel Strong se haya ido, Ser Otto Hightower podrá volver a su puesto —habla mientras trataba de no caerse, por el dolor que sentía en la pierna apuñalada.

—Sé que el rey tomará la decisión correcta. Además, el puesto de mi padre le fue arrebatado por culpa de esa Rhaenyra —Alicent dice eso con un tono de voz enojada.

—Solo tendremos que esperar, alteza —Criston hace una pequeña inclinación con su cabeza.

—Alicent hace una señal para que Criston tome la copa— Seré más fuerte que Rhaenyra y sus hijos.

—Usted ya es fuerte, majestad —habla mientras deja la copa cerca de la jarra de agua— Siempre lo fue.