"El destino juega contigo, por que tu destino soy yo."
-Jenn.
-¿Jimin...?-
Fue la única palabra que su boca pudo articular, su mente fue un lío en el instante que vio lo vio.
Sintió una corriente eléctrica que recorrió todo su cuerpo, desde la nuca, hasta los talones.
Esa sensación que desde hace muchísimo tiempo no hacía efecto en su cuerpo, su corazón comenzó a latir con irregularidad, muy fuerte, todo eso que creía enterrado en el fondo de su ser, revivió con solo verlo.
¿Cuántos años habían pasado? el tiempo de verdad que corre rápido, ya no quedaba nada de aquel chico, o por lo menos no la última imagen que Namjoon tuvo de el en aquella cafetería, cuando tenía 17 años, cuando lo dejó con el corazón en las manos.
Ya no llevaba más sus grandes y redondas gafas, tampoco el mismo color de cabello, o la misma forma de vestir, pero lo que pareció no cambiar ni un poco, fue su rostro.
Esos preciosos ojos, nariz afilada, bellas mejillas abultadas, sus labios... esos bonitos y gruesos belfos que tanto anhelaba poseer.
"¿Que carajos pasaba?"
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-¿Namjoon?-
Su cerebro entró en un especié de shock, intentaba procesar lo que estaba pasando, por su mente jamás pasó la idea de tener la mínima oportunidad de ver de nuevo a Namjoon, pasó años con ese aliento de esperanza en su corazón, de tal vez... y solo tal vez... volver a coincidir.
Y ahí estaba, sin haberlo esperado, sin siquiera imaginarlo, estaba a pasos de él.
En ese momento los recuerdos lo golpearon.
De pronto volvió a sentirse pequeño, volvió a sus 17 años, cuando juntaba su corazón pedazo por pedazo.
Habían pasado 9 años.
9 años en los que no supo absolutamente nada de aquel moreno de lindos hoyuelos y sonrisa cálida, que fue el responsable de que su corazón llorara ante su desprecio, pero, sobre todo, por su ausencia.
"¿Acaso era real tal escena?"
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