"La Correcta" - Morat
Se dice que la noche es corta.
Sentado en uno de los mejores restaurantes de la ciudad, viendo únicamente el movimiento de labios que se producen al hablar de mi hermosa esposa sé con certeza que aquellas palabras son ciertas.
Siento más de una mirada sobre mí, pero no me importa en lo más mínimo, solo necesito que una persona me observe y es ella.
Ella no lo sabe pero es la octava maravilla del mundo, de mi mundo; sus ojos brillosos, su sonrisa, su aroma, todo de ella es hermoso, resplandeciente. Me atrae como la luz a las polillas.
Eso último no sonó muy romántico.
Lo que digas.
- Xavier, ¿Me estás escuchando siquiera?
- Claro que sí ricitos - muestro mi mejor sonrisa.
- Si, seguro, a ver repite lo que acabo de decir -cruza los brazos.
- ¿Khiss se iría a Corea? -respondo al azar.
- No, dije que es tarde y debemos irnos -muestra la pantalla de su móvil mostrando la hora "11:00 pm"
- Culpo a tu belleza rizitos -ella solo rueda los ojos.
- Basta de halagos, nuestro vuelo sale en un ahora y no tenemos nada listo -terminó su copa de vino.
- Un momento, ¿Cómo sabes que nuestro vuelo sale en una hora? -no recuerdo haberle dado esa información.
- Sebastian me dio esto -muestra un sobre rojo.
—Claro, ellos dos tenían que estar detrás de esto —murmuro, rodando los ojos.
- Si, ese par es más organizado que tú -señala
- Eso no es cierto -respondo indignado.
—Xavier, me enviaron el correo.
Resoplo, recordando la intromisión de mis amigos en mis propios planes.
—¿Esa es la razón por la que no te enojaste tanto?
—Oh, aún sigo enojada. Me hiciste pensar que eras un pésimo amigo... aunque tampoco eres el mejor —me lanza una mirada divertida, aunque el reproche queda flotando.
—Sé que he fallado, pero intento mejorar. ¿Eso no cuenta? —le sonrío, buscando su perdón.
—Khiss es mi persona, y aunque no fui yo a quien trataste así, estuve ahí cuando ella recayó. Incluso Ross estuvo ahí, pero tú no —sus palabras son suaves, pero firmes.
Le devuelvo una mirada seria. —Soy consciente de eso y les agradezco a ambas. Aceptaré cualquier castigo que quieras darme.
Ella suelta una pequeña risa. —Claro que lo harás, Xavier —me amenaza juguetonamente con el tenedor.
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Matrimonio a un clic de Distancia
Teen FictionDos casi desconocidos, Las Vegas, un pequeño secreto y una escritora algo loca. ¿Qué podría salir mal?